Thursday, July 29, 2010
Envidio a Uruguay
Por Alfredo Leuco *
Confieso que desde siempre tengo una sana envidia por Uruguay. Una parte muy chica de mi familia vive allí y es el país en el que me gustaría vivir si por algún motivo extremo, no pudiera vivir en Argentina. Les envidio muchas cosas. Su forma de beberse la vida más lentamente. De frente, más campechana y menos enloquecida de ese vértigo que no lleva a ninguna parte. Su Pilsen helada, sus productos Conaprole que huelen y tienen el sabor de lo que son: dulce de leche, queso, jamón. Amo sus genios de letras y papel y me pongo de pie con Eduardo Galeano y Mario Benedetti que hoy cumpliría 89 años. También sus poetas aguerridos del estadio. Desde Obdulio, el negro jefe, hasta el pelado Santiago Silva que ayer hizo dos goles para Banfield. Disfruto del mercado del puerto o mirando pasar las murgas de talento irónico y crónica combativa.
Me gusta Montevideo, y Jaime Ross en Durazno y Convención y Colonia y esa manera maravillosa que encontraron de convivir en la diversidad y el respeto que tiene el Frente Amplio. Admiro su vocación por la decencia entre los funcionarios. La honradez como bandera, las elecciones internas abiertas que son un ejemplo.
Escucho la voz de don Alfredo Zitarrosa y me conmuevo como si
hubiera nacido en Paysandú donde nacieron mis parientes. No digo que los uruguayos sean perfectos. Cada pueblo tiene lo suyo. Botnia es un ejemplo. Pero los veo menos frívolos, más profundos y austeros y menos crispados y pendencieros. Me gusta que la pelota logre su pintura más perfecta con nombre de Víctor Hugo y apellido de Morales. Que siempre se sienta el candombe del negro Rada, los tamboriles del empedrado, el río, el mar, tanta belleza agreste y tan poco marketing. Por todo esto y mucho más envidio sanamente a Uruguay. Pero desde ayer tengo otro motivo para la envidia. Uno muy poderoso que es la educación. Uruguay está a punto de consagrarse campeón del mundo en tecnología para aprender y enseñar. Vamos arriba la celeste, en poco tiempo, Uruguay será el primer país en lograr una utopía punto com. Todos los alumnos primarios tendrán su computadora portátil con internet inalámbrica. ¿Escucho bien? Todos los chicos de escuela primaria, de los 2.360 colegios estatales van a tener su cuaderno con teclado y pantalla para navegar por el mundo, bajar fotos, videos, bucear en el conocimiento y acceder a la biblioteca más grande de toda la historia de la humanidad. Así combate Uruguay el analfabetismo digital. Los chicos le enseñan a los padres.
Los docentes están obligados a capacitarse. Viven en un paisito pero tienen una puerta al mundo entero. 360 mil botijas, gurises, van a tener su laptop. Empezaron por los pueblos más chicos para recién ahora completar el plan en Montevideo. De la periferia al centro. De los más necesitados a los que menos necesitan. Equidad, se llama eso. Sensatez. Eficiencia sin grandes pavoneos.
Esta es la manera de apostar a la justicia social desde la cuna. Igualar las oportunidades. Hay computadoras para chicos ciegos, para los que tienen otras capacidades diferentes o problemas motrices e incluso auditivos. Hay educación del futuro para todos. Es una forma de desalambrar. Para que la tierra del conocimiento sea de Pedro, María , de Juan y José. Es la mejor forma de sembrar justicia y educación para que ese paisito sea cada vez más una Nación orgullosa donde se disfrute la vida.
* Periodista argentino . Es columnista de 'Bravo Continental'.
Publicado en El País/Montevideo
Imagen: Alfredo Zitarrosa
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