Wednesday, February 16, 2011
Complace a Gabriel Santander Premio Casa de las Américas
lunes 31 de enero, 09:16 AM
* Declina adquirir compromisos que coarten su creatividad
Por Manuel Bello Hernández
México, 31 Ene. (Notimex).- Convencido de que para llegar a ser un buen autor hay que comprometerse 100 por ciento con las letras, el escritor mexicano Gabriel Santander Botello consideró que ser literato en México representa una tarea difícil que él no quiere ver como una carrera.
Y es que no sólo ser escritor es difícil, también ser campesino, albañil, todo tiene su dificultad, consideró en entrevista el ganador del Premio Casa de las Américas, en la categoría literaria, por su novela "La venganza de las chachas".
El también productor de televisión del programa de música y cultura urbana titulado "Esquizofrenia", se dijo sorprendido y emocionado por haber obtenido el galardón por el mencionado trabajo.
"El premio tiene gran tradición, es importante y para un escritor es muy valioso, pues no se trata de los tres mil dólares y la publicación de la obra, sino lo que cuenta es el prestigio que tiene. Es un premio que tiene que ver con la calidad, el talento y un grado de suerte", consideró.
Tras confesar que el galardón fue como caerle un costal de azúcar, expresó su confianza porque este premio le abra las puertas en varios proyectos.
Autor de seis libros, en su mayoría de poesía: "Didacta para idiotas", "Novias sin lengua", "Utopía del desamor" y "Ladrón de plumas", principalmente, refirió que la carrera del artista, de manera especial la del escritor, es muy incierta.
Al menos así lo vislumbra ahora el egresado en sociología por la UNAM, quien contempla la posibilidad de que escribir obras siga siendo una de sus preferencias.
No obstante, aclaró, "yo no quiero pensar que viviré de eso, porque si mi carrera es esa, me tengo que comprometer con algún grupo o una serie de cosas que al final terminan coartando tu creatividad", dijo.
"Por eso siempre he trabajado no he tenido ninguna beca, éste es el primer reconocimiento y siempre he vivido de mi trabajo como productor o haciendo otras cosas", subrayó orgulloso.
Según él, nunca ha querido vivir de la literatura, pues aunque se podría, al final del día eso piensa que afecta el espíritu de las obras, y esa es una situación muy presente en México, pues la gente (escritores) que vive de la literatura, muchas veces la ve como una carrera y no como algo excepcional, que al final toda obra literaria e importante es excepcional.
En su caso, aclaró, lo veo como algo que hace porque no le queda de otra, pero nada que ver como una carrera, "eso yo lo tengo descartado".
Sobre "La venganza de las chachas", primera novela que ya le dio un premio, indicó que no se trata de un trabajo que tenga que ver con un conflicto entre una ama de casa.
Por el contrario, explicó que es una narración desmesurada, desbordante y gozosamente eximida de las reglas de lo correcto, de la contención, o de las proporciones que se lanza a las peripecias más bien disparatadas de dos mujeres de vidas erráticas y de un niño asombroso que oscila entre la genialidad y la simple inadaptación.
"Se trata de una historia que sucede en un lugar imaginario que se llama los Estados Unidos del Bajío, que bien pudiera ser México o no. De manera que es un área como neutral", dijo.
Reveló que haber escrito esta novela inspirado en la ciudad ficticia en donde la serie de televisión de dibujos animados estadounidense Los Simpson está ambientada.
"Es como la ciudad donde habitan Los Simpson pero región cuatro. Y es ahí donde suceden las peripecias de dos mujeres erráticas que quieren a un niño que se llama Bertín y cuya mayor ilusión es escribir musicales.
"Pero este niño es complicado porque supuestamente es bipolar pero no es lo es, sino un chantaje. Y en ese marco se desarrolla la historia, es un poco difícil contar, pues el chiste de este trabajo es el lenguaje mismo", explicó.
El jurado, integrado por Roberto Burgos Cantor, de Colombia; Claudio Ferrufino-Coqueugniot, de Bolivia; Martín Kohan, de Argentina; Andrea Jeftanovic, de Chile, y Rogelio Riverón, refirió que la obra de Santander presenta un mundo carnavalesco y expresionista que se deja iluminar por un lenguaje brillante.
Novela que propone una espacio híbrido en el plano del territorio y del lenguaje, dando cuenta de una condición contemporánea, a la vez que utiliza un humor feroz que revela y potencia las acciones.
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