Saturday, August 13, 2011
LA NOCHE COMO UN ALA
Mauricio Rodríguez Medrano
«¿Alargar, ¿es genial o no es genial?», escribe Macedonio Fernández en su única novela publicada: Una novela que comienza. En el caso de esta obra: alargar es genial. 1. Por la ironía, el juego al que nos introduce el autor: prólogos y más prólogos escritos sobre una novela que jamás tendrá inicio. 2. Por el humor que a veces es crítica, que a veces es chanza. Macedonio se ríe de sí mismo, se ríe de la literatura, se ríe del papel que desempeñaba el escritor en aquella época (principios del siglo XX): serio y lacónico, serio y comprometido, serio y mustio.
En el caso de La noche como un ala: alargar no es genial. Con esta obra, Máximo Pacheco ganó el Premio nacional de novela 2010. En la contratapa dice: «La noche como un ala recrea los tiempos de la Colonia desde una nueva perspectiva, privilegiando las tensiones que se suscitan a partir del encuentro entre lo indígena y lo criollo desde una visión religiosa y ritual». Dos preguntas: ¿La literatura sólo debe recrear? O mejor: ¿La máxima misión de la literatura es recrear? ¿Qué nueva perspectiva establece esta novela sobre los tiempos de la Colonia?
Antes de responder a estas preguntas es necesario hacer una breve sinopsis de la obra: La noche como un ala posee dos tipos de capítulos. Capítulos que describen (sólo describen) los preparativos para erigir a una momia llamada kuraka Aira Ampu. Capítulos que narran (y describen) la historia del licenciado Pozo que tiene la obsesión de coleccionar momias, además de tener la misión de realizar la mejor fiesta de Corpus Cristi. Nudo de la trama: el licenciado Pozo le confía su secreto al padre Urreda. El padre Urreda no está de acuerdo con que el licenciado Pozo coleccione momias. Es anormal. Es herejía. Final: el padre Urreda intenta impedir que la fiesta de Corpus Cristi se realice. Final de vuelta de tuerca: ¡Sorpresa! El licenciado Pozo había estado muerto hace muchos años. Entonces se infiere que el padre Urreda está loco. Entonces se infiere que el padre Urreda habló con un fantasma. Forma de escritura: se intenta utilizar el estilo que utilizaban los cronistas de la Colonia.
Respuesta a la primera pregunta: la máxima misión de la literatura no es recrear. La máxima misión del arte no es recrear. Los escritores que comprendieron esto hicieron obras memorables. Como dice Harold Bloom: «Clásicos». El primer problema de La noche como un ala es que intenta recrear un intento de crónica de la Colonia a través de la voz del narrador. Y se queda sólo en eso. Usa frases enlatadas que bien se pueden encontrar en cualquier crónica de aquella época. Usa el estilo de descripción a través de enumeraciones. Ejemplo: perro, gato, casa, ventanas, puertas, piso, catre, hombre y mujer encima del catre, brazos, manos entrelazadas, gemidos, saliva, saliva, saliva. Ese estilo lo utilizaban los cronistas porque les era difícil describir la realidad del nuevo mundo. Pero Máximo Pacheco lo utiliza para sólo recrear, hacer dar la impresión de que la novela fue escrita en tiempos de la Colonia.
Respuesta a la segunda pregunta: esta novela no establece una nueva perspectiva sobre los tiempos de la Colonia. Potosí 1600, de Ramón Rocha Monroy ya estableció el sincretismo de lo profano con lo sagrado. Crónicas de la Villa Imperial de Potosí (aunque no sea novela), de Bartolomé Arzans Orsúa y Vela ya fusionó lo fantástico con lo real, de una manera exitosa. Luego están las crónicas del padre Alonzo Ramos Gavilán. También las obras de Julio Jaimes. Y otras obras memorables sobre esos tiempos.
Otros problemas: La noche como un ala es una novela que comienza cuando está a punto de terminar. El autor se empeña de sobremanera a recrear el estilo de la crónica y se olvida de hacer avanzar la trama. Este hecho no sería deficiente si hubiese sido pensado y planeado de antemano. Allí se hubiese encontrado la ironía. Allí se hubiese encontrado el humor. Allí se hubiese encontrado la parodia a las crónicas coloniales. Pero no es así. La realidad: La noche como un ala es una novela que no satisface, que no llena, que no deslumbra. Una conjetura: La noche como un ala hubiese sido un muy buen cuento si se lo trabajaba en ese formato. El autor hubiese tenido que eliminar varias hojas de descripción para quedarse con lo esencial. El final hubiese sido intenso. El lector hubiese querido volver a leer aquel cuento. Hubiese reído con la forma de ser del licenciado Pozo. Hubiese esperado con ansias que el kuraka Aira Ampu se erigiera. Pero la realidad carece de brillo.
Imagen: Portada de La noche como un ala/Máximo Pacheco Balanza
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