Wednesday, October 26, 2011
Monbar en la Petite Bayonne
Miguel Sánchez-Ostiz
La Petite Bayonne, entre el Nive y el Adour, un dédalo de callejuelas, de arcadas, de muchas casas sórdidas y oscuras junto a otras señoriales, flanqueada por cuarteles hechos aulas universitarias, y en su corazón, la rue Pannecau –¿Quién no sabía dónde estaba? Algunos se jactaban de frecuentarla y de estar en el secreto–... La rue Pannecau y el Hotel Monbar. A lo largo de mi vida he pasado muchas veces delante de ese bar. Hoy a mediodía estaba lleno de parroquianos que por la pinta y la edad no parecían estar festejando nada de lo que se celebraba al otro lado de la muga.
El 25 de septiembre de 1985, dos mercenarios del GAL que organizó el gobierno español, asesinaron a cuatro activistas de ETA. Parece ser que cobraban 200.000 francos por cabeza. Una guerra del ojo por ojo que salió mal y de la que en tiempos se hablaba con nostalgia: «Un GAL bien montado», decían en la sobremesa vinosa de Belarmino, y lo decían en serio. Se dijeron muchas cosas, en muchos lugares, se brindó por muchas muertes, por demasiadas, en nombre de un país, en nombre de una patria, cada cual por la suya: demasiada sangre y demasiado vino.
No voy a recordar nada a toque de cornetín de órdenes ni a favor del viento que mejor sople. Me dejen o no me dejen (eso dicen), escribiré lo que me de la gana y como me de la gana, con arreglo a mi conciencia, no al fondo de reptiles, no para pasar la gorra, no para pertenecer a fratria alguna, me aburren todas las fratrias, sin excepción.
Publicado en el blog del autor (Vivir de buena gana), 23/10/2011
Imagen: Hôtel Monbar, Bayonne
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