Thursday, April 19, 2012
El juego de Ender
Francisco Ontanaya
Quizás estamos hablando de una de las novelas que se ha convertido en paradigma, tanto en la identificación psicológica de los personajes como en un aspecto los juegos de guerra, y es, sin ninguna duda, una obra pionera en la descripción de la realidad virtual. Es una de las novelas indiscutibles del género; sin embargo, se ha quedado en una tierra de nadie entre la ciencia-ficción clásica y la New Wave, un pequeño encallamiento que no impide que sea merecidamente lo que es: una de las piezas más importantes de la historia de la ciencia-ficción, digna merecedora de un Nébula y un Hugo.
Ender Wiggin es un niño de seis años, el tercero de la familia, algo totalmente inusual. Es elegido para ser entrenado en una estación espacial, después de que su hermana mayor y su sádico hermano Peter no fuesen declarados aptos. El entrenamiento es descrito con todo detalle; en la estación, los jóvenes se distribuyen en grupos que compiten entre sí, en gravedad cero, con rifles que paralizan sus armaduras. Ender asciende rápidamente en la jerarquía de la estación, convirtiéndose en un líder nato. El objetivo final es encontrar a alguien suficientemente capaz como para dirigir las flotas terrestres contra los insectores, una especie alienígena con un modo de pensar completamente diferente al humano.
Con tan excelentes mimbres, quizás EL JUEGO DE ENDER haya acusado el tener un protagonista infantil (aunque la novela deje claro que de una notable inteligencia), y por ello tal vez cueste más de la cuenta tener esta novela en la mayor consideración. Además, se hizo en su tiempo una película, más o menos en la época de Juegos de guerra, y quizás a su sombra; la película era bastante infame, y lo cierto es que seguramente vino a perjudicarle aún más. Sin embargo, solo una gran obra soportaría todo esto manteniéndose en lo más alto de las listas de mejores novelas de la historia.
Hay algunos apuntes que hacer sobre esta novela, ya que Ender y buena parte del trasfondo son la remasterización del Ansset y la Casa de Canto de EL MAESTRO CANTOR, escrita siete años antes. Evidentemente, este extraño reciclaje de ideas resta genio a la novela, pese a lo cual, por sí misma y de forma independiente, sigue siendo una excelente obra.
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