El libro Como literata, tengo más libros queridos de los que puedo nombrar. Pienso y pienso buscando ser precisa y ante el reconocimiento de lo difícil que se pone jerarquizar, recuerdo los que he releído últimamente. Tengo que mencionar a El amigo que no me salvó la vida y El protocolo compasivo de Hervè Guibert, que relata los últimos años del autor, cuando se entera que tiene sida. Exilio voluntario de Claudio Ferrufino, porque es una construcción ficcional impactante y singular dentro de la narrativa boliviana; tiene como protagonista a un migrante boliviano en EEUU. Periférica Blvd. de Adolfo Cárdenas es un hito narrativo que puede leerse en varios niveles y códigos: policial parodiado, novela urbana nocturna o posmodernismo abigarrado. Pienso también en la dulzura y reflexividad de Fragmentos de un discurso amoroso de Roland Barthes. Estos libros, más allá de la mirada crítica, son textos que me conmueven una y otra vez.
La pelicula La maestra de piano de Michael Haneke que habla de la profunda soledad humana y la fragilidad de las apariencias a partir de una masoquista. Celda 211 de Daniel Monzón; tiene un argumento bien pensado y muy original dentro de una cárcel. El plan perfecto de Spike Lee, que descontando la típica heroicidad gringa, es una muestra de perfección estratégica de robo a un banco y de un montaje muy bien logrado. Babel de Alejandro González refleja una mirada profunda de las culturas, las relaciones, los afectos, las pasiones y, otra vez, la fragilidad humana. Si encuentro en la TV El conde de Montecristo de Kevin Reynolds la veo nuevamente. Imagino que amo los amores que, inconclusos, perduran en el tiempo. Te doy mis ojos de Icíar Bollaín, de gran belleza y sensibilidad que ayuda a entender el mundo de un golpeador de mujeres. Amo los dibujos nimados, especialmente la saga de La era del hielo y El camino hacia el Dorado.
La musica Preguntar eso a una música es otro problema, porque es mucha la música que disfruto y muy variada. Amo a los románticos rusos, a Brahms, casi todo el barroco, al divino Claudio, las óperas de Puccini y Verdi, Joaquín Rodrigo, Piazzolla, la música popular y folklórica; y las buenas cumbias y salsas. Más que música en general, disfruto de temas concretos de géneros absolutamente heterogéneos en los que encuentro algo de mí.
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De PÁGINA SIETE (La Paz), 08/03/2015
Foto: Daniela Renjel
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