JORGE MUZAM
Corre brisa del noroeste. Las nueces quebradas transitan sin rumbo, algunas chocan, otras se vuelcan, como un convoy de hormigas lectoras de Camus. Las sombras de la media tarde se esfuman bajo las nubes grises. Parecen rastrojos de espíritus que luchan por una última oportunidad, por ser al menos ilusiones vanas, claroscuros que besan el suelo para agradecer a un dios con Alzheimer. Los acacios florecidos aromatizan las cantinas refrescando a los borrachos sin mujer. Limas y verdeolivos se disputan los lomajes. Las viejas casonas se descascaran, no hay brochas ni cal, nadie quiere prepararla para encubrir las arrugas del tiempo. Se necesita una luz, una luciérnaga, un sueño, un descampado sin alimañas. No hay dónde poner ese aviso.
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De CUADERNOS DE LA IRA
Gracias por publicar mi texto, querido amigo. Un fuerte abrazo.
ReplyDeleteGrande, como siempre, Jorge.
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