Saturday, July 31, 2010
La novela de Claudio Ferrufino
Ramón Rocha Monroy
Editorial El País, de Santa Cruz, publicará la novela “El exilio voluntario”, del escritor boliviano Claudio Ferrufino Coqueugniot, ganador del Premio Casa de las Américas, gracias a un convenio de autorización que nos permitirá leer la segunda de dos novelas escritas por Claudio: “El señor don Rómulo”, también finalista en dicho Premio, y “El exilio voluntario”, que será presentada el 3 de junio en la Feria del Libro de Santa Cruz, con la presencia del autor y posiblemente la de Roberto Zurbano, editor de Casa de las Américas. Es la primera vez que Casa de las Américas realiza una coedición de uno de sus premios, al conmemorarse medio siglo de intensa actividad editorial y coincide con los 50 años de la Casa. Claudio es un amigo muy apreciado en nuestro medio. Radica en los Estados Unidos y sólo a veces se lo ve en nuestras calles. En una entrevista concedida en Chicago dice que Casa de las Américas fue siempre un premio emblemático para su generación. “El hecho de ganarla, siendo escritor en lengua española viviendo en los Estados Unidos, es importante como síntoma de una nueva realidad, la del país del Norte como apéndice fundamental de la economía regional del Sur, y, poco a poco, un nuevo foco y centro cultural nuestro. Ya hay expresiones latinas, como las músicas pachuca y tejana, largamente afianzadas como propias acá. Es tiempo, luego de tan extendida e intensa migración, que nuestra lengua vaya produciendo obras de valor acá. Primero, como en mi caso, provenientes de una primera generación y luego ya expresión singular de un nuevo grupo cultural de raíces hispánicas”, sostiene Ferrufino. “El exilio voluntario” es una novela sobre “la emigración de un boliviano, por azar en principio, que se ve después absorbido por el rodillo económico de los Estados Unidos y termina formando parte, como cualquier otro inmigrante, del fenómeno: la lucha por la supervivencia, la ubicuidad relacionada con su estatus migratorio, el dolor, el choque de culturas pero, también, la interrelación de dos culturas tan dispares. Es un proceso de pérdida y de aprendizaje; con el tiempo de recuperación, todavía de aprendizaje y de asimilación. Sin contar la nostalgia siempre presente en quién se va del lugar al que "pertenece" (entre comillas porque el personaje, de a poco, pertenece de igual manera a su nuevo entorno). Hay una cronología, marcada por acontecimientos esenciales de tipo histórico, que sugiere el avance de los años. Y un péndulo mental constante el allá y el acá”, agrega Ferrufino. Un juicio muy importante de Claudio Ferrufino: “Estados Unidos es el crisol donde se forja un nuevo idioma. Tantas son las fuentes que la lengua se enriquece cada vez. Me sorprendo, como boliviano, de tener un amplio léxico mexicano, sin contar con herencias argentinas de mi madre, vocablos colombianos, peruanos, salvadoreños. Se está formando aquello que Valle Inclán vislumbró en su notable "Tirano Banderas", una lengua de matices tan variados que es -o será- más rica que cualquiera de los castellanos locales.”
Ramón Rocha Monroy, es periodista y escritor.
Publicado en Los Tiempos (Cochabamba), 2009
Imagen: Erich Heckel/Retrato de hombre, 1919
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