Thursday, March 15, 2012
Un recorrido por la vanguardia que juntó arte y compromiso
15/03/12
Abrió "Claridad, la vanguardia en lucha", una revisión del grupo de Boedo, que buscó construir una identidad proletaria. En el Museo Nacional de Bellas Artes.
POR MAURO LIBERTELLA
Para delicia de los urbanistas, las vanguardias argentinas del siglo XX se nuclearon alrededor de avenidas y barrios. Los años 60 conquistaron Corrientes y la “manzana loca”, actualizando una tradición que venía de los años 20, cuando la escena literaria se quebró en dos grupos antagónicos: Florida y Boedo. Hoy sabemos que esa enemistad fue mas bien un chiste, un curioso equívoco que terminó siendo materia de estudio académico. Sin embargo, había algo verdadero en aquella oposición, porque las dos poéticas en disputa –el arte autónomo contra el arte comprometido– todavía tensan la literatura que se escribe hoy.
Ya en pleno siglo XXI, esas dos bandas terminaron en sendas muestras en el Museo Nacional de Bellas Artes. En 2010 fue el turno de los floridistas, con El periódico Martín Fierro en las artes y en las letras y hoy inaugura, también curada por Sergio Baur, Claridad, la vanguardia en lucha , que cierra el arco de una época furiosa de las letras nacionales.
Si los martinfierristas eran los chicos refinados y cultos de la escena vernácula –Borges, Macedonio Fernández, Xul Solar, Oliverio Girondo, etc.–, los escritores nucleados en torno a la mítica editorial y revista Claridad (cuya base de operaciones funcionaba en la calle Boedo) buscaban, en sintonía con las grandes convulsiones soviéticas, la toma de conciencia social y la construcción de una identidad cultural proletaria . “El error de los artistas es creer que el arte solo tiene que ver con el arte”, espetaba Elias Castelnuovo en 1935, y frente a esa impronta supuestamente diletante y aburguesada de las vanguardias martinfierristas, Claridad lanzaba libros de precio accesible y portadas incendiarias, de anclaje marxista, anarquista y de propuestas radicalizadas.
Muchas de esas primeras ediciones, que arman el rompecabezas de una hermosa época idealista, se pueden ver en la amplia sala sobre la que se montó la muestra. Además, para mostrar que el arte de la época estaba enhebrado con estas ideas, la sala ofrece cuadros de Alberto Belocq, Cochet, George Grosz, Berni y hasta un Picasso, porque a su modo toda la cultura occidental tuvo en los años de las tensiones de la modernidad su veta socialmente epifánica.
Según Sergio Baur, el grupo Claridad “tuvo como objetivo la búsqueda de las innovaciones vanguardistas en torno a las preocupaciones sociales, las luchas obreras y sociales”. Ese cruce, vanguardia y compromiso, se hace nítido en poetas como Gonzalez Tuñón, que han sobrevivido a su época. El resto –Yunque, Castelnuovo, etc.–, literariamente hablando, son hoy piezas de museo.
Publicado en Revista Eñe (Argentina), 15/03/2012
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