MAURIZIO BAGATIN
Annus horribilis, todas las distopias y las infamias del tiempo, la peste y luego la muerte…
Y se fue el
Baudelaire del fútbol, según Gianni Brera, que en versos intentó toda la vida
rimar gladiadores de la modernité y funambulistas del balompié, Diego Armando
era Baudelaire, poeta sublime, era tótem e redentore, simbolo e sovrano, era
Nápoles y era Argentina.
Quien lo
vio jugar sabe de cual maravilla estamos hablando, sacar telarañas de las
esquinas de los arcos, usar las manos como los pies, los pies como un Dios… apolíneo
en su arte, dionisiaco en su vida…a partir de ahora se escribirá mucho.
Y algunos
recuerdos… si la FIFA no fuera lo que es la FIFA, en el ’94 Argentina hubiera
ganado otro Mundial y esto gracias al Pibe de oro; si algunos defensas y
algunos arqueros siguen con insomnio es gracias al Pelusa, si los muertos
enterrados en el cementerio de Soccavo se perdieron algo, este algo fueron las
jugadas del Diego…
Y como
Baudelaire, sembrando flores en el asfalto, porque la belleza es una paz feroz.
25 noviembre 2020
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