Monday, April 11, 2011

Mañana de Cochabamba


Miguel Sánchez-Ostiz

No creo que este sea el mejor día para preguntarse nada acerca de Bolivia ni de mi relación con el país o sus gentes. Ando baldado del viaje y del recibimiento (y de alguna que otra sorpresa que me aguardaba al abrir el equipaje).
Aún así, a media mañana me he echado a la calle, hacia la plaza 14 de Septiembre. Un día muy luminoso de buganvillas, penachos de nubes sobre las cumbres del Tunari y en la calle, lo de siempre: gritos, marchas, petardos, sol picante y paraguas. El reclamo que no cesa, el termitero que no duerme. En el centro de la plaza, un charlatán vendía remedios amazónicos y otro anunciaba el reino de la Bestia, los Estados Unidos, el 666, que es algo que siempre tiene clientela...

En los diarios el presidente Morales acusa a los mineros de la COB de golpistas de la derecha, en una revista que me han dado en la librería Plural (por comprar No le digas, la obra de teatro que escribió y monto David Mondacca sobre la obra de Jaime Saenz), leo acerca del “Cauteloso desánimo en las filas del proceso”, escrito por un dirigente de la COB. Quien esto vive a diario me dice que hay más derrotismo que hace un año, más hartadumbre, de la derecha y de la izquierda, más comentarios apocalípticos, y más fortaleza gubernamental de lo que parece: por la puerta del café de París pasaban a grito pelado los manifestantes. Todos los días. Una manifestación de vitalidad social y política... en la boca de los más entusiastas.

Publicado en el blog del autor (VIVIR DE BUENA GANA), lunes, 11 de abril, 2011

Imagen: Cochabamba

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