Friday, January 27, 2012

LA FALSÍA DE LAS VERDADES/BAÚL DE MAGO


Roberto Burgos Cantor

Sería de interés para la comprensión de los seres humanos preparar una antología de las sentencias que de repetirlas se envuelven del prestigio de la verdad. Adquieren el tono de salmos inobjetables. En veces sueltan una prepotencia que pretende acallar la reflexión. Terminan por parecerse a las palabras de la fe que cuales mantras se repiten para el propio convencimiento y para alejar la duda o la intromisión ajena.
En la zona resbaladiza que se ha vuelto la administración pública hay varias que merecen la pena de ser invocadas para examinar su legitimad o su engañifa. Resbaladiza se refiere a que los principios que informaron a la administración, los esfuerzos por modernizarla y tecnificarla, la imaginación de los juristas por desarrollar criterios sobre el servicio público, mucho, volvió a la época de bárbaras naciones. Son pocos, si acaso quedan, quienes aplican su saber para el cumplimiento de la ley, de la regla, de la norma. La crítica que como quejas o sufrimientos reiteramos los ciudadanos contra procedimientos, actos, atenciones, torpes o abusivas, se convirtieron en arma en manos de quienes administran y gobiernan. Se piensa hoy en cómo evitar, transgredir, la ley. Y todo se hizo complejo porque desde el humilde portero de oficina pública hasta el señor director, se consideran representantes de una ideología partidista, por lo general hecha de cuotas obligatorias y dos o tres simplezas. Ello permite confundir administrar, prestar servicios al ciudadano, con gobernar.
Estos días, funcionarios de los cuales se presume una alta exigencia técnica han dicho: es que uno gobierna o administra con sus amigos. No cabe duda de que gobernar es más delicado y difícil que administrar. Limitemos el tema a la administración. Una respuesta como la anterior surge cuando a la autoridad administrativa se le cuestiona, los medios de comunicación o los organismos de control o surge una controversia judicial. Es respetable el concepto de amistad que cada quien tiene. La respuesta conduce a quien pregunta a verificar si alguien tiene la felicidad de una variedad de amigos que le permita, sin selección, o concursos amañados, hacer los nombramientos de una planta de personal con sus amigos.
La amistad es al lado del amor uno de los vínculos de humanidad que quedan en el mundo de extravío y demencia. Humanidad quiere decir que los amigos lo son por el hilo que escapa a los intereses, a los favores como prueba, a los pedidos de lo inaceptable, al ruego pervertido de quien no admite tener testigos. Unas palabras dichas por un ciego en el amanecer de Roma, de la cinta Perfume de mujer, es Gasman, dicen: ser amigo es reconocer que tu amigo, es un hijo de mala madre, y aún así quererlo.
Quién acepta que la amistad sea utilizada para violar las exigencias para el desempeño de empleos públicos o particulares. En las empresas privadas la plata está cerca de alguien y son celosos en el cumplimiento. En la pública no se acaba de entender esa noción y se piensa que aquello que es de todos no es de nadie.
Así vamos: inventando lo imposible.

De El Universal (Cartagena de Indias), enero, 2012

Imagen: Jackson Pollock/Sin título, circa 1944

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