Friday, August 31, 2018

Todas las revoluciones y una sola reacción


MAURIZIO BAGATIN

“La realidad es una impureza de la idea” - Ernst Robert Curtius -

Es muy probable que el lenguaje sepa más que nosotros, tal vez mucho más: la ciencia, ya sabemos, es una irritable forma del pensamiento, y no ha perdonado a la literatura su invención. Deberíamos desconfiar de toda revolución… desde Sócrates hasta Kafka, los más lúcidos han desconfiado de las revoluciones, Pessoa las aborrecía, Kant y Goethe a la sola noticia de una revolución, el primero interrumpió un paseo y el segundo lo prosiguió, según Louis Aragon los dos eran unos presuntuosos… y de Shakespeare qué decir, tal vez fue el que más penetró su esencia: según él Revolution es la revolución de las estrellas y el movimiento cíclico, por lo tanto destinado a la repetición… mientras que reacción, en términos científicos tiene una connotación totalmente agresiva y vital, opuesta a su significado ideológico.

Alguna lucha, entre semántica e ideología la entendió muy bien Umberto Eco, el medioevo fue la época que lo atrapó, tal vez porque no fue escenario de ninguna revolución…

Revolución implica una voluntad de renovación, reacción una negativa a cambiar: así, al menos, los dos significados nos han sido entregados por la práctica ideológica en nuestro siglo, que ha encontrado su culminación en la oratoria política. Esto hubiera sido suficiente para desconfiar. Son los libertinos quienes preparan las revoluciones, pero los puritanos las hacen, algunos se atrasan, otros llegan a juegos ya hechos y se apoderan de toda la reacción… y los más oportunistas suben al carro del revolucionario ganador, a cualquier carro, todo fluye, resbala, así pegajosamente, asquerosamente hacia el poder…

“Nada se parece a nada y todo es siempre lo mismo. Nuestro progreso está contrapuesto por una serie de coincidencias fortuitas que forman una cadena lógica” - Peter Hammil -

El Marqués de La Fayette hizo la revolución en América y se hizo liberal en Francia, Garibaldi en Italia buscaba la unificación y en Sudamérica la fragmentación de las antiguas colonias… opuestas acciones revolucionarias para los dos héroes de dos mundos.

La tercera ley de la dinámica, o principio de acción y reacción, establece que para cada acción hay una reacción igual y opuesta; Masaniello y Pisacane, entre miseria y nobleza el populismo y la utopía… acciones y reacciones en Newton y Guillermo Tell, uno eureka y el otro leyenda de unas manzanas revolucionarias… Robespierre y Danton, la guerra y la técnica en toda su ridiculez y en toda la comedia humana, hasta el limo kafkiano y la muerte.

A soberanía revolución, a governance tumultos… Alejandro Magno una vez llegado a Persépolis habla como Hitler en París. He venido a liberarlos de x o y (las discrepancias del preámbulo no cuentan). El mensaje decisivo sigue: sigan trabajando, el trabajo no se detiene. Eso sí, el cambio no debe convertirse en una oportunidad para demostrar el más mínimo deseo. Para los deseos, vuelvan. Ellos pueden esperar. Fin del oráculo (Augusto Illuminati).

“Los hombres luchan y pierden la batalla; lo que lucharon fue conquistado, a pesar de la derrota, por lo que no será por lo que lucharon, para que otros hombres tengan que luchar para obtener lo que querían, incluso si ahora se les llamará de manera diferente” (William Morris). Eso lo entendió mucho tiempo antes Hegel, el cual robó esta otra cita de una novela sobre una conspiración veneciana del 1310: “De la acción de los hombres resulta algo más, en general, de lo que se proponen y alcanzan y que inmediatamente saben y quieren”.                       Revolución es una palabra que deberíamos devolver a la astronomía.

Todas las revoluciones y una sola reacción: Homo erectos que vira y Homo demens que retorna en el vientre materno, Jonás y Pinocho en la búsqueda de lo absoluto y de la libertad.

Todas las revoluciones y una sola reacción - amor y odio - revolución democrática, revolución gentil, revolución de los claveles, oxímorones y atrocidades, violencia y poder, amor y odio.

Todas las revoluciones y una sola reacción: “Non é male/titubare, non riuscire/a finire come il potere./Non é inutile/cercare una abitazione: E’ l’uomo/quel che vuole piú/della natura/e ad essa superar/le soglie/di un indicibile seme;/ritornarle in ventre/senza ritroso explorar/questo eterno divenire”.

("No está mal / vacilar, no lograr / terminar como el poder. / No es inútil / buscar una habitación: Es el hombre / el que quiere más / de la naturaleza / y a esa exceder / los umbrales / de una indecible semilla; / retornar en el vientre / sin explorar hacia atrás / este eterno devenir”).
Agosto 2018 

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Imagen: Afiche chileno

Esas mujeres llamadas salvajes

ALICIA ORTEGO

Rosita Forbes es una de esas viajeras y escritoras de viajes que no dejan indiferente, así que no dudé en adquirir este libro en cuanto me topé con él en la librería de viajes Altaïr. Ya había leído sus andanzas por Uzbekistán, Irán y Afganistán, en el título que acertadamente llamó La ruta prohibidaSabía que era una mujer de armas tomar, y con un gran sentido del humor. 

Pongámonos en situación: nacida a finales del s. XIX, un matrimonio que acabó en divorcio hizo que esta dama inglesa empezara a recorrer mundo en los destinos coloniales de su país.

Tras el divorcio, recuperando o más bien estrenando su independencia, se lanzó a recorrer el mundo. Por supuesto disponía de un colchón de dinero y contactos que hacía todo más fácil pero... en la primera mitad del siglo XX, siendo mujer, sola, utilizando todo tipo de transportes, no dudando en disfrazarse para entrar en lugares prohibidos (sobre todo a las féminas, pero en general a los extranjeros), aprendiendo a hablar árabe, y con una buena dosis de humor y paciencia... no le vamos a quitar mérito sino todo lo contrario!

Viajes que por necesidad debían durar meses y contaban con una buena dosis de riesgo. Ya entonces había conflictos, guerras, lugares en los que cualquier extranjero era sospechoso, y por supuesto gente dispuesta a robar, estafar o quién sabe qué al viajero. Pero también, como ahora, el mundo existía y era practicable en buena parte de sus regiones.

Yo creía que Rosita había circulado fundamentalmente por Asia, pero entonces me encuentro con este título ya de por sí rompedor: Esas mujeres llamadas SALVAJES, y con él una vuelta al mundo!!

En realidad es un compendio de relatos escritos a base de sus recuerdos y con un objetivo: contar las historias de sus encuentros con mujeres de todo tipo y condición, de muchos rincones del mundo: esclavas, grandes señoras, mujeres que viven atrapadas en el harén, mujeres revolucionarias en Rusia y Asia Central (Azerbaiyán, Kurdistán), mujeres del fuego en la Guyana Holandesa.

Vamos saltando de la Amazonia a Turquía, pasando por supuesto por Tíbet, Java, Siria, China en plena guerra... De los ritos sagrados a las costumbres y modos de vida que a Rosita más le chocan, y que no deja por ello de comparar o de criticar si así lo cree conveniente. De una cárcel china a la penumbra de la selva o los ritos de vudú.

¡Menudo carácter, menuda vida!

No es un libro "para mujeres", que conste, dado que hay muchas historias entrelazadas y también hay hombres protagonistas de las mismas. Tampoco es un libro escrito en clave femenina. Rosita Forbes era una mujer sumamente práctica, y en buena medida se tenía que despojar de su feminidad para sobrevivir y seguir camino, aunque nunca del todo...

Sí es un libro para pasarlo muy bien y para imaginar los paisajes y ambientes que con calidad fotográfica Rosita describe magníficamente, sin que haya palabras de más.

En Miani, lugar famoso por el tamaño y apetito de sus insectos, el telegrafista, al que un enjambre embravecido había despertado de la modorra, me ofreció "una habitación muy limpia perfectamente dispuesta para que yo la ocupara". Subimos al sitio y me encontré con un hombre despatarrado sobre la cama, roncando. Sin ceremonia alguna, lo sacaron a rastras de aquella "habitación muy limpia", copiosamente provista de escupideras y, después de echarlo, arrojaron la ropa de cama por la ventana. Pero a la hora, más o menos, el hombre regresó a presentar sus más humildes disculpas y a recoger sus menos discretas y, por tanto, inefables, pertenencias. Así que lamenté que antes del amanecer apareciera el conductor voceando: "oh, noble señora de gran fortaleza, es tan tarde que vamos a envejecer de camino a Tabriz", lo cual significaba que quería ponerse en marcha.

Quizá mi capítulo favorito es cuando se encuentra con Alexandra Dávid-Néel en un restaurante de París. Se fijó en ella porque le resultaba conocida pero no sabía de qué, y es que hacía no muchos años Rosita Forbes había viajado por Tíbet y en el camino se encontró con una monja anacoreta con la que no cruzó palabra pero... esos mismos ojos la miraban ahora unas mesas más allá.

Resulta que esta viajera no conocía a la otra gran viajera y escritora contemporánea, que sin embargo ya era muy popular en la sociedad parisina, pues ya había viajado hasta 5 veces al territorio prohibido y había vivido en la misteriosa y lejana Lhasa.

Fueron presentadas y Rosita cayó rendida a sus pies enseguida, pues la famosa dama viajera, Alexandra: "poseía todas las virtudes, incluido el sentido del humor (...) Su erudición le permitía redactar -en seis idiomas- temas tales como 'Teoria individualistas de la filosofía china' y 'El budismo contemporándeo en contraposición a las enseñanzas de Buda', pero hablaba de forma directa y natural. Su boca se abría en una amplia sonrisa. Ella había sabido disfrutar de lo que a otros les habría parecido intolerable.

Quedémonos, pues, con este libro de Rosita Forbes que sin duda es una buena elección para soñar, viajar con la mente y acordarnos en nuestros próximos viajes de esa mirada que se fija en los detalles y disfruta de la vida con poco material y mucha voluntad, que al fin y al cabo es de lo que se trata ¿no?

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De LEER Y VIAJAR, 30/12/2014


Thursday, August 30, 2018

GRAL. JUAN JOSÉ TORRES GONZALES (1970-1971)/LAS CAUSAS DE SU CAIDA EN SUS 318 DIAS DE GOBIERNO

JOSÉ ANTONIO LOAYZA PORTOCARRERO

El 7 de octubre de 1970, Torres asumió el poder apoyado por un levantamiento popular, con la participación de trabajadores, campesinos, universitarios y militares leales, a fin de evitar un golpe de estado contra el gobierno del general Ovando y con la idea de establecer un gobierno militar de izquierda nacional. Estados Unidos vio con mal ojo la formación del eje socialista en América del sur, el caso de Salvador Allende y el proyecto de socialismo en Chile; el grito agrarista del Gral. Velasco Alvarado y la Reforma Agraria en el Perú; la formación del Gral. Torres y su alianza con los grupos más reaccionarios de Bolivia, fueron observados en su momento por el Evening Sun de Washington, El Clarín, y el Asociated Press del Brasil.
Torres tenía el descrédito social por haber formado parte del tribunal que decidió la muerte del Che, y por haber sido en septiembre del 63, comandante de la guarnición de Oruro, cuando en Siglo XX se tomaron de rehenes a los técnicos extranjeros y a miembros de la Embajada estadounidense. Pero antes que se descubra más de lo ocurrido, urdió la idea de formar un gobierno socialista a costa de dar a la COB el 51% del gabinete para obreros y universitarios y 25% para los campesinos. Fue por esa prontitud, o por esa paranoia que es parte genuina de la inmadurez política, que Torres se encumbró como socialista hasta incluir una asamblea popular y anunciar como en 1952, no por un fin humano sino por una política de acercamiento, la reposición de salarios a los 20.000 obreros de Comibol, la anulación de la rebaja de sueldos decretada en 1965 durante la “restauración barrientista”, la fijación de un sueldo tope de 1.000 dólares a los ejecutivos de las empresas del Estado, el retiro de tropas del ejército de las minas, la anulación de listas negras, la rescisión del contrato de arrendamiento entre Comibol y la International Metal Processing Corporation IMPC, la expulsión del Cuerpo de Paz de los EE.UU., el retiro del Centro de Transmisiones Estratégicas de los EE.UU. “Guantanamito”, el acuerdo con la URSS para la instalación de un Centro de Astronomía en La Paz, el inicio de negocios con Checoslovaquia, Polonia y Hungría. Con todo, Bolivia se ubicó en la órbita de los Países no Alineados, y planteó reanudar y afianzar su amistad con los gobiernos de Cuba y Chile. 

A los Estados Unidos, no le agrado su fogosidad, y suspendió los préstamos del BID y del Banco Mundial. No faltó el toque diplomático del Embajador americano Ernest Siracusa, y el inicio de un plan de conspiración. En diciembre de 1970, el Cnel. Banzer, Comandante del Colegio Militar de Irpavi, les recordó a los cadetes sobre la gran virtud de un buen militar: Lección Nº 1: el cuartelazo, y les ordenó detener al Presidente durante su visita al colegio. Pero Banzer no sabía que Torres que atinadamente no asistió, pasó aquel curso con notas meritorias.

1 de enero de 1971, Torres convoca a elecciones. 

10 de enero, inaugura la planta fundidora de Vinto, dicta la reversión de colas y desmontes.

11 de enero, Banzer intenta derrocar a Torres, una huelga general detiene la asonada, y Banzer acusa desde el exilio que Torres facilitó la libertad de Regis Debray, condenado a 30 años, y la libertad de Ciro Bustos, quien de manera clandestina salió a Chile.

12 de enero, la COB desecha la convocatoria a elecciones y exige una nueva Constitución Política del Estado. Toma las oficinas de Comibol en Oruro, y clausura la policía minera.

31 de marzo, por DL. 096368 se conforma una comisión para planificar la participación obrera en la conducción de Comibol.

1 de mayo, el Gobierno nacionaliza la mina Matilde al grito de “Jota jota no se agota, Jota jota con la revolución, los gorilas al paredón”. Torres le pide a Lechín. “Don Juan, me están poniendo muchas piedras en el camino, y por recogerlas voy a caer y los voy a llevar a todos”.

La euforia se muestra en los festivales de música protesta, en la poesía revolucionaria, en los homenajes al Che, la música indígena, las chompas de alpaca, los debates sobre la ideología marxista, las rememoraciones de las costumbres andinas, la lectura de los astros, la aparición de filósofos de la cosmología andina, la develación de los enigmas centenarios, etc. 

22 de junio, se inaugura en el Palacio Legislativo la Asamblea Popular, 221 delegados pasean con banderas rojas, carteles y retratos de Mao, Guevara y Lenin. Analizan la amenaza de un golpe de Estado. Se elige al estilo bolchevique el Presídium dirigido por Lechín, que algunos pronunciaban Lenin, toman parte Víctor López, Casiano Amurrio, Oscar Eid, Alfredo Llanos, Miguel Verastegui, Félix Callapa y Guido Quezada. 

16 de julio, se forma la Comisión de investigación sobre crímenes del pueblo. Los Tribunales del Pueblo empiezan a actuar. 

14 de agosto, los oficiales exigen la reestructuración de las FF.AA., rechazado por la jerarquía militar. El documento Vanguardia del Pueblo, plantea instaurar la justicia social frente a las mayorías humilladas. Ese documento es el detonante para que sus contrarios preparen el golpe.

19 de agosto, el bloque contrario a Torres, el MNR y el FSB convocan a una manifestación y convulsionan la ciudad. Toman Radio Piraí, la Universidad, y después de tres horas asaltan la COD. El Regimiento Ranger de Montero al mando del Cnel. Andrés Selich, marcha a Santa Cruz, pide la renuncia de Torres. Beni y Pando se pliegan al movimiento. En Cochabamba, Oruro y Potosí, las asambleas populares decretan resistencia al golpe.

20 de agosto. La COB acusa a Torres de ser el causante de la situación, decreta estado de emergencia en todo el país contra la derecha reaccionaria y antinacional. La Asamblea Popular propone la movilización de escuadrones de seguridad de las milicias armadas de la COB. La UMSA decreta la movilización de estudiantes. En Santa Cruz se reúne el Gral. Florentino Mendieta, el Cnel. Hugo Banzer, y el Cnel. Andrés Selich. Potosí cae bajo el control del Regimiento Pérez. 

21 de agosto, la Asamblea Popular reunida en el Palacio Legislativo, se concentra en la plazoleta del Estadio Siles para organizar la resistencia. 13.30, el Gral. Reque Terán, Comandante del Ejército, lanza un ultimátum a Torres para que se rinda. Los Colorados de Bolivia bajo la dirección del Mayor Rubén Sánchez, apoyan a Torres. Cientos de obreros toman el cerro Laikaqota. 15.30. El grupo Aéreo de Combate de la base del Alto, retira su apoyo a Torres. El Regimiento Motorizado de Viacha apoya el golpe. 17.30. Dos Mustang y dos AT-6 sobrevuelan La Paz, y desde las 18.15 ametrallan la resistencia. 20.45. Torres abandona el Palacio y se asila en la Embajada del Perú, 15 minutos más tarde, Radio Illimani se despide. Hubo 98 muertos y 560 heridos. 21.30. Aún se oyen tiros aislados de los francotiradores.

A medianoche, Banzer era el nuevo Presidente de Bolivia. 

Eisejuaz, el caminante

ARIEL MARTÍNEZ

Editorial Dum Dum se inicia con la publicación de la novela Eisejuaz (1971), de la escritora argentina Sara Gallardo. Fue un rescate, un volver atrás, descubrir un tesoro perdido. Eisejuaz retorna del pasado, dando una inusual perspectiva a la literatura boliviana.

En la novela aparece el desarraigo con una fuerza narrativa extraña, precisa, la de no pertenecer al mundo. En la narración lo que dice Eisejuaz es que Dios le ha enviado señales y él maneja su vida de acuerdo a ellas.

En Eisejuaz no hay la faceta de evangelización que vivían  las tribus. Tampoco está la vida del explorador británico Percy Fawcett en busca del descubrimiento de una misteriosa civilización perdida y su desaparición sin dejar rastro. Aquí hay un Eisejuaz que sigue las voces que se vuelven su instinto de vida. Eisejuaz es el extraño caminante del mundo.

Eisejuaz me recordó el tiempo que trabajé en el Chapare. En esa época conocí a unos amigos que aún transitan en mi memoria: los Yuquis, esa población indígena diezmada por la tuberculosis; eran recolectores, vivían de la pesca y no sentían agrado por el mundo fuera de la selva, me refiero a ese que los obligó a ser quienes no eran, a los que obligamos a sentirse extraños.

Eisejuaz es el indio mataco que escucha voces, o es él en sus delirios. Es la naturaleza quien habla con él, es la voz de las aves al amanecer. Él no es un extraño, el mundo es extraño para Eisejuaz, los mensajeros están para guiarlo, asustarlo o recordarle muchas cosas que habitan el mundo. Eisejuaz tiene el poder de la comunicación, él habla con la naturaleza, lee las estrellas, entiende lo que pasa a su alrededor, es la lectura del mensaje que es entendido únicamente por los elegidos.

Pienso a momentos que la narración nos cuenta la vida de un muerto que camina entre nosotros y que lo seguimos en cada página. Asistimos el recorrer de su alma que camina en otras metáforas que ahondan en otros parajes de esta gran novela. Desde ahora caminaré atento a escuchar las voces, esas que ahora siento que provienen de mi corazón, mi cabeza y mi alma.
2018

Wednesday, August 29, 2018

La poesía de Francesco


MAURIZIO BAGATIN

“In ogni passione avvengono prodigi” - Simone Weil -

Eh ya, Francesco, ya el nombre me conduce hacia alguien conocido… hay poetas que dejan huellas con las palabras, algunos forjan obras inmensas y humildes a nuestros ojos, otros hacen de su vida una entera poesía. Sentados, “ò cafè” siempre amargo, como el secreto que está en su palabra, charlábamos, robábamos all’alba un po’di notte, se enfriaba el café y seguíamos, una de Fabrizio De André y otra de lo profundo del sur del mundo, de las bellezas sin metafísica…y me acordaba de las raíces de los hombres: su perfil de Cartago, el color de su piel como la tierra de su padre, el obstinado carácter umbro, fruto umbilical indomesticable.

Inquieto y pasional, hizo la primera pizza con harina de coca en Bolivia - yo estoy dispuesto a creer que en el mundo - con el debido éxito en la Feicobol del 2006, a noche honda volviendo nos reíamos de las caras de los caseritos, de cómo logramos llegar cargadísimos hasta lo imposible en la heroica Suzuki Forza, nos reíamos de las exageradas contradicciones que nos regalaron cien años de soledad. Su comunidad en Piñami ya no era su comunidad, se había acabado un ciclo, se venció el tiempo, su inquietud y su pasión deseaban un horizonte distinto, creía en construir un futuro diferente. Visitamos, a través de un inolvidable viaje homérico, al Maestro Masashi Asano, con él Francesco persistió en el tema de la educación en nuestros tiempos, de la transmisión de los valores altos, lo vio como al viejito de Akira Kurosawa en Los sueños, en sus sueños. El viaje de retorno fue pero para Francesco una pesadilla: la venganza de Moctezuma lo persiguió toda la noche y en Pojo tuvimos que organizarnos para encontrarlo… no estaba solo, el implacable Moctezuma supo ofrecerle por lo menos compañía aquella noche, los dos, Francesco y un compañero de Llallagua fueron encontrado que ya el dilúculo empujaba la noche, bajo un molle sufriendo en silencio y hablando de ecología. En la casa sigue el bambú que Asano nos ofreció como símbolo de su cultura, lo riego siempre recordando aquellos bellos momentos.

Y luego las salsas de tomate, su pasión por “le mulegnane” (las berenjenas tanto amadas en su tierra), el Toscano, si llegaba de Italia y que no soltaba nunca, ni para irse a dormir, el Mítico Grande Torino (Ecce Toro, un bellísimo libro de Giuseppe Culicchia que nos trajo Aurelio de Italia…) con el cual se identificaba, las pizzas hechas con sus manos de verdadero panadero y horneadas a cualquier hora, el café sin su cuccumella, hecho en la moka sobre el motor sobrecalentado de los autos, la necesidad que hace el genio, la genialidad que lo rinde poeta.

Al vento che importa la bandiera a mezz’asta                                                                                                            Volano al largo anche i furgoni da traslochi                                                                                                   Essere al servizio della vita non basta                                                                                                                                   La morte é l’essenza stessa di tutti i giochi                                                                                                              Che sassaiola fitta da ambo le parti                                                                                                                               Dopo un momento ogni fronte é un formicaio                                                                                                            Verso il sasso non fai a tempo ad inchinarti                                                                                                                    Pietraia la tua mano grazie al vento gaio                                                                                                      Cosa importa ormai sapere chi comanda                                                                                                                 Guardi il formicolio diventi estatico                                                                                                                             Oh potenze angeliche anche voi propaganda                                                                                                                         La morte ricacciate in timore automatico                                                                                                                              Ma il vento che oggi soffia dentro e fuori                                                                                                                 Questa é realtá dove esisti anche se muori.              - Edoardo Cacciatore -

Inquieto y sincero, entrando con su mirada en los ojos del mar, o de un lago, en lo que ayer era un impenetrable océano, si ahogarse pudiera, sin nadar se lanzó… se enamoró, perdidamente sincero, perdidamente loco de amor, el amour fou, el amor sin medidas ni clemencia, llevando su imposible pasión a la construcción de un amor posible…

El Pueblito, aventuras para Buster Keaton, exageraciones para un realismo mágico sin fin: mientras algunos intentaban frenar a los supuestos dueños de casa (los mismos que habían secuestrado todas las pertenencias de Joky y de la Georgina), Francesco silenciosamente sacaba los bienes de Joky, uno a uno a paso de gato felpado - yo logré solamente sacar las mokas para nuestros interminables cafés… y darle una buena patada al miserable Jaime…- en una increíble y funambulesca acción junto al Napo, al Coco y protegidos por dos policías ecológicos de Villa Tunari y un abogado con un dudoso conocimiento de los hechos, perdimos solo el generador de corriente de la Fundación Agrecol Andes…                                                                                                        

Pero a la vita spericolata de Francesco, ahora acompañado por su amor, la chica que nos enseñó a pronunciar correctamente a Van Gogh… van og… debían sumarse otras, y aún más increíbles aventuras, una vez instalados en la casita de la Gabriel René Moreno, una mezcla hipnótica de lo absurdo con lo real, a la vez que con dosis magníficas de surrealismo generó situaciones fantásticas… aun hoy para mí, felizmente, inexplicables: decía el maestro de este género, Juan Rulfo, que no se puede contra lo que no se puede… y así una vez los desvalijan a plena luz del día, otro día les ofrecen recuperar, previo pago, el DVD que les habían robado… el lugar no parecía tranquilo para unos frescos amantes. A muchos pidieron socorro, ayuda y consejos, y muchos vieron que el amor a veces juega increíbles jugadas hasta con las percepciones. Vivieron una tumultuosa, pero feliz luna de miel.

Ik heb geweten, maar ik ben het vergeten ! (¡Yo lo estaba sabiendo, pero lo estaba olvidando!)

Llegaron otros momentos, el Charly que tomaba el lugar del Francesco en El otro mercado, el Marcelo que - un poco hermano y un poco más hijo - obtuvo aquel cariño que hasta los anarquistas necesitan y desean tener, y el Sergio con su hermana, siempre pendientes del Francesco, la señora del mercado Calatayud que guardaba el fideo Don Victorio para su Francesco, y quien aún hoy se acuerdan del italiano que traía el yogurt desde Piñami hasta la estupefaciente Cancha de Cochabamba. Huellas impregnada de vitalidad, de memorias, de pasiones hechas prodigios - como decía una autora cara a Francesco - recuerdos de nuestras nostalgias, de nuestra mal diestra melancolía, de nuestro necesario pathos.

Un día escuchando una canción se emocionó tanto que quiso encontrar el disco, se trataba de Massimo Liberatori… un castastorie a la antigua, uno de aquellos nómadas de las fabulas, de los cuentos escuchados alrededor de una chimenea, de la poesía hecha de sudor en las frentes y de callos en las manos, de cultura contadina y esfuerzos humildes, sinceros, puros. El ayer que su generación tuvo que dejar hasta de soñar toda aquella belleza, para que mucho tiempo después, como unos locos, algunos vayan a retomar la huerta, hacerse el pan, leer una poesía de Pasolini.

Con esta inspiración nació La casa dell’asino, una sencilla vivienda adonde criar las nuevas llegadas, Flor y Camilla, adonde acompañar la amada Joky y compartir con los amigos logros y fracasos, todos los desafíos y una utopía que más humana que así, solo otros hombres pueden cultivar, en otros lugares, en otro tiempo…

En esta comedia humana tuvo que luchar contra la prepotencia de un fantasmagórico Pizarro ante litteram, uno de estos frutos transgresores de la raza humana… tuvo que sufrir humillantes burocracias para obtener lo que él deseaba simplemente ofrecerle amor… y mirar siempre desde lo alto, mirar lo absurdo, mirar lo controversial de esta comedia humana, alejándose de la bulla y del caos, acercándose solamente a lo que para él valía, y él amaba.

Y su Fillmore extemporáneamente fabulosa… las gallinas que ponían solamente un huevo al día…muchas promesas de buitres siempre listos…nada de nuevo, en fin.                                                                                                               

Como si fuera todo escrito, como si de una cualquier materia al hombre fuera suficiente            -gracias a un trabajo finísimo, como un destilador de elixires mágicos o un alquimista medioeval- extraer la vida, llega en su lugar la enfermedad, silenciosa, implacable, malditamente democrática… a la que Francesco enfrentó, conociendo el dolor, conociendo el cuerpo, conociendo su cuerpo.

Fuerte espiritualidad, darle un sentido a la vida, un día hablando de fe y de verdad nos enfrentamos con nuestra profunda ignorancia, la hoja sagrada nos mantenía lúcidos, el café activaba nuestras endorfinas y así recordamos al cardenal Martini, el cardenal más escéptico que tuve la suerte de seguir, en sus textos, en algunas entrevistas, y concordamos, luego de una bellísima tarde, en que en un creyente auténtico hay también una duda que empuja a progresar en su búsqueda como, en un no creyente auténtico hay una exploración, por lo tanto ambos viven unos exámenes permanentes, así conciliamos fe y verdad, la hoja sagrada y los cafés. Escuchábamos La buona novella de Fabrizio De André siempre, una altísima interpretación de lo que el hombre devolvió al hombre en forma de suma poesía, discutíamos sobre Il vangelo secondo Matteo de Pasolini, imágenes que devolvían sin dogmas, sin pecados, sin culpas el humano al hombre… como sentíamos nuestra esta cultura, esta ausencia, estas vidas humanas.               

El canto del cisne lo oí en diciembre, me llamó y conversamos casi una hora, me habló de sus sueños… volver un día a la casa dell’asino, de sus paseos con Flor y Camilla por los parques holandeses… me imagino inmensos campos de tulipanes y a este Van Gogh (se pronuncia van og…) de la vida que define los colores como si el caleidoscopio de su vida le pasara de frente… y Flor e Camilla con su aún desdeñosa sonrisa andina mirar las flores y mirar la sonrisa de su padre. Él es el Poeta. Así lo recuerdo afortunadamente yo, y de eso agradezco a la vida…

P.D. Esta nota me la pidió Joky, quería que un día sus hijas Flor y Camilla pudieran leer algo sobre su padre, algo escrito por quien lo había conocido. Francesco fue un amigo sincero y más aún desprendido. La sinceridad y el desprendimiento hoy son calidades en vía de extinción. La poesía que acompañó su vida me acompaña hoy en la mía. 
Enero 2018     

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Imagen: Ernst Ludwig Kirchner/Retrato del poeta Leonhard Frank

Monday, August 20, 2018

Un escudo de soledad


JORGE MUZAM

El veranito de San Juan se disuelve, la antesala del solsticio de invierno, del we tripantu, de la noche donde las higueras florecen iluminadas por la leyenda.

Abro el Libro de la Misericordia. Leonard Cohen le escribe a esa ráfaga de arenilla que contradice la desertitud de la historia: Bendito seas tú que has dado a cada hombre un escudo de soledad para que no pueda olvidarte. Luego el silencio, el sueño de los perros, la luna trepando hasta la copa desnuda del ciruelo. 

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De CUADERNOS DE LA IRA (blog del autor), 07/2018


El gringo loco

MAURIZIO BAGATIN  

“L'autunno negli occhi l'estate nel cuore, la voglia di dare l'istinto di avere” - Fabrizio De André - 
                                                                                                                                                                             El gringo loco, así lo llamaban en Cochabamba, viéndolo pasar con su bicicleta a motor: había adaptado el motor de una cortadora de pasto a la rueda trasera de su mountain bike y así andaba que parecía volando por las calles aún semivírgenes de la Llajta… una noche se presentó al Marangatú, el pequeño restaurante que con mi esposa intentaba ser nuestro principio de responsabilidades… los hijos, el presente, el futuro, sueño, ilusión, utopía… Marangatú: todo lo mejor de tu vida. Empezó hablándome de salsas de tomate y de la historia del pomodoro, de la solanácea que más tardó en introducirse y hacerse reconocer en el viejo continente, me habló de la Taranta, de aquel baile alucinante y embriagador que acompaña y alivia el sudor del trabajo campesino de su tierra, el Salento, tierra tan cerca de Grecia y tan demasiado Italia, y siguió, con esta su profunda poética como la de Esopo, historiadora como la de Herodoto, hablándome de los olivos, de la posibilidad de hacer aceite de oliva también aquí, en Bolivia. ¿Porque no, si existen plantas de olivos en plena producción y a pesar de su abandono, en la Plaza Humboldt de La Paz? En la ciudad de la eterna primavera sería aún más fácil…                   

Después de tres días ya estaba viviendo con nosotros, aunque su traslado resultó ser una misión imposible: desde Sausalito tuvimos que llevarnos todos los inimaginables inventos de Giovanni, casi me olvidaba así se llama el gringo loco… y un Arquímedes posmoderno, un Leonardo Da Vinci contemporáneo como es él, viajaba con todas las ideas y toda su voluntad, luego en los lugares adonde se instalaba obraba su dran paciente y caótico, siempre humanísticamente proyectado hacia la convivialidad pacífica y constructiva… así nos llevamos prototipos de molinos, arquetipos de prensas, modelos de extractoras y despulpadoras de tomate, tentativos de tapadoras y selladoras de botellas, muestras de moledoras y ollas, planchas de acero, soldadoras, taladros, cachivaches, libros (Arqueología del desarrollo de Wolfgang Sachs, una hoya, queda entre los dones que me introdujeron en este paciente y lúcido mundo del decrecimiento, y así música, discos de taranta y música clásica que siempre lo acompañaron: Carataranta ahora me acompaña mientras preparo la salsa de tomate…).

Aquel año, año de canícula para Europa y de alarma climática para toda Sudamérica, fue extraordinariamente productivo para los olivos presentes en Cochabamba, cosechamos aceitunas en el Parque del Poeta, al borde del Río Rocha, en el Country Club, en los bordes de las canchas de fútbol del Félix Capriles, en el ex IBTA de San Benito, adonde existió un día un centro experimental con la presencia de más de dos mil plantas de olivos, introducidas desde Argentina por el ingeniero Saavedra, visionario y olvidado agrónomo cochabambino. Cosechamos adonde había una planta de olivo y adonde los disponibles dueños de casas nos abrieron sus puertas, entusiastas con ser partícipes de tan innovadora iniciativa. No todo fue delicia, la cruz de la envidia fue echada por el entonces presidente del colegio de abogados de Cochabamba, el cual viviendo en la calle Ribereña sostenía que las plantas de olivos eran de propiedad de la OTB a la cual el pertenecía, y que nada valía la autorización que teníamos, emitida por EMAVRA. Cosechamos lo que pudimos y sin polémicas nos retiramos… el 1º de mayo, en contra de todos mis tentativos de persuasión Giovanni quiso cosechar, transcurrimos alegremente el día de los trabajadores encima de las plantas de olivos, en el Parque del Poeta: una de sal y una de arena para el arte que es el sucio trabajo que alguien tiene que desenvolver…        

Molimos día y noche todas las aceitunas cosechadas, la primera “spremuta” en casa es aún recordada por la mancha que dejó una chisgueteada de aceitunas sobre una de las paredes ( como un fresco de Giotto la dejamos… y ahí permanece, obra de arte de nuestra aventura que es la vida misma…) y por el pan que tuve que buscar hacia las tres de la mañana, pan que el mismo Giovanni quiso hacer humedecer con las primeras gotas del oro amarillo que dulcemente bajaban de la prensa, enésima invención del gringo loco. La emoción fue fuerte, el primer aceite de oliva boliviano nació entre las paredes de la casa desde adonde ahora estoy escribiendo esta nota. Logramos extraer alrededor de 600 litros de aceite de oliva extra virgen, una cantidad increíble, muchos lo probaron, amantes de la buena e sana cocina, burócratas “perditempo”, funcionarios oenegeistas sin sentimientos y muchos caseritos (los clientes de las ferias a las cuales asistíamos y seguimos asistiendo), lo probó el Arzobispo de Cochabamba Tito Solari y casi todos los miembros efectivo e inefectivos de la Caritas boliviana.

El aceite de oliva elaborado en Cochabamba era noticia, en diciembre de aquel año participamos a la primera ECO Feria de Cochabamba y allí la presencia y la oferta del aceite fue un suceso, desencadenó interés entre privados (que ya sacaban ganancias…) y ong (que ya veían financiados nuevos proyectos…), toda esta excitación nos ilusionó pero fueron promesas de marineros.

Luego fueron las asceblasti, nunca estoy seguro de que se escriba así, nos enseñó a prepararla con amor y maestría, largas charlas para hacernos conocer una receta tan noble y nunca llevada al comercio, estas exblatti (del griego antiguo): informe, casi un despreciativo para una receta buenísima, hecha a uso y consumo de panaderos, pizzaioli, de quienes trabajan en los hornos, hecha con la masa recuperada, a la cual se le añade lo que se encuentra: tomates, aceitunas, zucchini, frutos del campo y de la estación… mientras charlábamos y él tomaba interminables tazas de mate de coca y nosotros acullicábamos… así largas pedaleadas para buscar un buen electricista o un tornero, todos metidos en conseguir la mejor compañía de transporte hacia Argentina. Una noche Giovanni fue al cine, lo de la Alliance Francaise y lo vimos volver cabizbajo: “¿Cómo se puede ver una película adonde una mujer escapa, escapa siempre, después de haber hecho matar el marido…?”, había visto Ascensor para el cadalso de Louis Malle, y aquella noche ni las aplastantes notas de Miles Davis pudieron tocar el ánimo del gringo loco. Se fue a dormir triste, creo que aquella Jeanne Moreau se parecía a uno de sus amores perdidos, en el Salento o en la Milán adonde frecuentaba Dario Fo y su compañía teatral. 

Otra noche la transcurrimos hablando hasta el dilúculo, yo de un amor dejado y el de un periodo que había vivido, como yo, en Castel del Rio, entre los Apeninos emilianos que miran con nostalgia a la Romagna, allá abajo… luego, antes de que llegue el invierno viajó hacia Carmen de Patagones, un viaje homérico, al cual supo dar prueba de cuanto Borges escribió: “dime cómo te llamas y te diré quién eres”, apunto él se llama Giovanni de nombre pero Pellegrino de apellido. En Catamarca logró convencer al conductor del bus de que tenía que realizar una diligencia urgente, y así hizo parar el bus por todo el tiempo que le fue necesario para ir hasta el vivero de una amiga, comprar cien plantas de olivos y organizar el despacho, contrabando hormiga, traslado y bus desde Yacuiba hasta Cochabamba, así siempre funambulesco e imprevisible el gringo loco.

Transcurrieron dos meses de su partida y un día el cartero se acerca entregándome un paquete insólito, insólito debido al nombre del destinatario que llevaba, el cual debía ser un tal Maurizio Valverde, o sea mi nombre y el apellido de mi esposa… adentro un celular con cadena enganchada, una cadena con las que uno podría llevar a pasear su perrito… pero a esto estaba acostumbrado Giovanni, quedarse siempre a una distancia de seguridad de su celular. Para no perderlo.

Pasó el tiempo, el gringo loco y sus peripecias siguieron, a través de este Aleph que es hoy en día el internet, en esta página que fue Zollino nel mondo, Giovanni lanzó otra vez una de sus geniales iniciativas, y esta vez me siento culpable de no haber seguido a la letra sus indicaciones… en lugar de confiar en la burocrática y decadente institución académica estatal boliviana… que lanzaron la iniciativa de “Mille olivi per Cochabamba”(mil olivos por Cochabamba) a plantarse en un parque o en varios parques, para sensibilizar y hacer conocer las potencialidades del olivo. Confié en la universidad y con el financiamiento recibido apoyamos una tesis de laurea que debía realizar la reproducción por tálea de las mil plantas de olivo: el laureando se esfumó y las plantas resultaron ser no más de veinte.

El gringo loco sigue en plena forma, en su Salento guía a los jóvenes que vuelven a la tierra, sigue sembrando cultura y tecnologíe appropriate (tecnologías que sean utópicas) soñando que su juguete de la tercera edad podría ser la olivicultura en Bolivia… cada vez que nos hablamos me pregunta: “¿cuándo es el momento?”  

Mientras, gocen con esta versión de Paco Ibañez de una poesía de Miguel Hernández, dedicada a los olivos de Andalucía, quizás esta poesía y la poesía del gringo loco inspire a otro poeta palabras para los olivos de la Llajta. 


Nota: esta breve nota acompañó una publicación de Giovanni y se puede leerla en italiano en su perfil Facebook. Aquí va levemente aumentada.
Agosto 2018 

Monday, August 13, 2018

El capullo, la identidad italiana


PAZ MARTÍNEZ

Pues no, no vi las perseidas anoche, ni caí por el burato que el Marisquiño creó en el puerto. No porque no quisiera, que tampoco, es que me lo impidieron unos pantalones. Sus cuento. Me he mudado tantas veces que todavía tengo cajas cerradas en el trastero y ayer, que las vi, se me dio por abrir una de las de abajo. Sólo había ropa, esas cosas que guardas no sabes muy bien por qué y entre toda la borralla colorida, aparecieron los pantalones de muñequitos. Mira que son feos, los jodíos, pero a pesar de que botón y ojal no se hablen, que agacharse se convierta en un deporte de riesgo, me los puse olvidando que tenían superpoderes. Lo primero que noté fue la chulería, tanta que si me presentan al inventor, lo desbanco. También aportan sapiencia y fuerza para arrastrar un continente como si nada, de hecho se me ocurrió que podía arreglar el trastero de una vez por todas, aunque me lo impidió otra de sus habilidades extraordinarias. Una especie de viaje en el tiempo en la que a pesar de vestirlos, están en el escaparate. Me paro a observarlos y me voy. Otra mañana, cuando el hombre más guapo y que mejor besa en el mundo me lleva de la mano, vuelvo a parar y me fijo en esas minúsculas gallinas fosforescentes, en las ranas subidas a una flor de loto, en unas cosas que parecen florecillas campestres o a quién le importa porque son preciosas y le digo: "cariño, comprar souvenirs es una horterada. Yo compraré moda ¡I-TA-LI-A-NA!" y entro en esta preciosa boutique italiana con etiquetas italianas en una calle italiana con un dependiente italiano que se parece a mi primo, primera causa de que me caiga mal. Al ponerlos se ve que me los han hecho a medida y el primo empieza a exagerar con ese movimiento de manos capullil para seguir exagerando hasta que fastidia y decido no comprarlos, pero el rubio de mis amores sonríe y me besa y paga los pantalones con los pasearé el resto del día y al siguiente y al otro, día en que uno de esos mejunjes pastosos que los italianos llaman helado, churretea por la pierna y no me quedará otra que aparcarlos. Debo decir que no sé si podrán llamarse efectos adversos por sobreexposición de muñecos, porque tras esperar tres días a que los limpiasen y recogerlos exactamente igual a como los envié, comencé a no soportar a los italianos y su manita en forma de capullo - esa que los caracteriza- aunque luego se extendió a españoles, franceses, rumanos, ingleses, croatas, herzegovinos, portugueses, japoneses, daneses, suecos, noruegos, finlandeses, argentinos, cubanos, colombianos, chilenos, venezolanos, brasileños, beliceños, canadienses, alemanes, austríacos, belgas, islandeses...bueno, no, los islandeses se salvaban y los italianos eran de lo peorcito, aunque en la actualidad se va igualando la cosa. ¿Entienden ahora, por qué no presencié las efemérides del día? Viajaba por Italia.

Sunday, August 12, 2018

Sin ti no soy nada


PAZ MARTÍNEZ

Hace un tiempo, un amigo facebookiense o facebookiano decía que lo único que le pedía a la vida era una mujer limpita y, a poder ser, para él sólo. Me hizo mucha gracia - ¿qué quieren? tengo un sentido del humor tenebroso - por el patetismo y el golpetazo de realidad que significa. A pesar de los avances tecnológicos, médicos o de conocimiento, el ser humano sigue fracasando en lo básico, siglo tras siglo, y lo peor es que a medida que pasan los años, se complica un poco más. Somos pasto del miedo y la bobería. Todos hijos de Confucio, aquel que inventó la confusión. 

El humano, es un ser social, como las abejas o las hormigas, pero al contrario de éstas, dotado de mente razonadora y comprensible. Somos seres comunicativos por antonomasia, necesitados del otro para existir, sentir o tener identidad. Todo esto, a través de un cuerpo diseñado en pos de su consecución y cuyo máximo exponente sería el sexo. Cada palabra, gesto, movimiento o sonrisa, cada roce o tono de voz serán pormenorizadas, analizadas, racionalizadas por el cerebro y lo que podría parecer un acto altamente egoísta - no olvidemos que lo hacemos por y para nosotros- necesita de un enorme grado de generosidad y aquí, encontramos algunos de los problemas de los hijos de Confucio.

Soy de las que cree que una comunicación de calidad se establece a través de parámetros igualitarios, es decir, dar y recibir voluntariamente entre libres, al margen de etiquetas sociales, culturales o mentales. Quien tengo enfrente puede aportarme, enseñarme, darme posesión, hacerme crecer, ya sea positivo o negativo, porque de lo que mejor y más rápido aprendemos es de lo adverso por su inmediatez, mientras que debemos esperar para darnos cuenta de lo provechoso. Y ya tenemos otro feixiño de obstáculos que dificultan algo tan simple y cotidiano.

Desde que en tiempos de maricastaña, las religiones encontraron el gurú de la culpa aplicada al sumun del modelo de intercambio -el sexo- comienza el declive de la comunicación, ya que desaparecen igualdad -una de las partes es inferior y por tanto sometida-, generosidad y voluntariedad. El sexo se convierte en un fin reproductivo, en vez de comunicativo, que debe ser filtrado por terceros o cuartos ajenos al acto en sí. Se establecen reglas externas, modos de conducta, distorsionando la conexión hasta hacerla incomprensible y pecaminosa. A partir de aquí se corrompen el resto de los signos, como un castillo de naipes, apareciendo pecado y miedo, mixturado con propaganda y aislamiento. Para cagarla un poquito más, llegamos a las redes sociales. Artilugios que en vez de socializar hacen lo contrario. Desaparece el cuerpo. Oído, olfato, tacto, incluso podemos obviar la intención comunicativa en una red social, convirtiéndose en un álbum de ego y soflamas, del "y tú más y peor", de la pintura en vez del signo. En definitiva, que ha ganado el cacareo, la normativa, el objeto y mientras no se revierta y alguien se decida a mostrar sus caries al otro, no se arriesgue a desaparecer en otro, no se convenza del "sin ti no soy nada", seguiremos escuchando el ruido de los grilletes del fantasma y preguntándole al espejo quien es la más guapa del mundo.

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Imagen: Kandinsky


Cirobayesca boliviana


MIGUEL SÁNCHEZ-OSTIZ

Por fin... seis años de espera, desde que envié a un editor el cuaderno de viaje del año 2011 con mis primeras pesquisas bolivianas de las andanzas de Ciro Bayo entre 1893 y 1897, muy a finales, o comienzos de 1898.  Bayo se fue de Bolivia, después de dejar atrás los territorios salvajes de Riberalta–Madre de Dios y antes de que empezara la guerra civil (1898–1899) en la que se enfrentaron viejos conocidos y amigos suyos, liberales unos, conservadores otros, tanto de Sucre como de la Amazonía.

Espero que haya merecido la pena la espera. Lo digo pensando en sus posibles lectores.  https://www.editorialrenacimiento.com/los-viajeros/2051-cirobayesca-boliviana.html …

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De VIVIRDEBUENAGANA, blog del autor, 12/08/2018 

Friday, August 10, 2018

La marcha del silencio triste/1998


JORGE MUZAM

Esa noche le correspondía a Salinas. Era su fiesta privada de finalización de la secundaria. Salinas invitó a todo el mundo, pero asistieron los de siempre, los que tenían auto o camioneta o ambición por mostrarse entre los populares y solventes muchachos que ascendían a la adultez. Hijos de terratenientes y de profesionales. Algunos eran también hijos de empleadas domésticas o de dependientas de almacén y hasta de desempleados, pero evitaban hablar de sus familias. Sólo se preocupaban de vestir ropa de marca, jeans Levi’s de etiqueta roja, camisas y chaquetas Ellus y las últimas zapatillas Adidas del mercado. Lo demás era cuidarse la piel y el cabello y los dientes y hablar como los nenes ricos y nadie les preguntaba nada. Pasaban a ser uno más de ellos. 

Luego de servirnos el plato con asado, papas y ensaladas, y comer un sabroso pedazo de torta campestre, nos pusimos a bailar. Estábamos alegres y nos movíamos desordenadamente  al ritmo de Git, de Soda Stereo  y Os Paralamas. Levantábamos polvo con nuestras sacudidas. Tarareábamos los estribillos y lanzábamos risotadas por cualquier improvisación en el baile. El vino era por cuenta de la casa, de la viña del anfitrión, un buen amigo por el que nunca sentí la más remota envidia sino un enorme cariño. Algunos preferían el pisco. Yo siempre bebí sólo vino. 

Para llegar hasta allí habíamos pedido un taxi.  Previamente me había conseguido un smoking que me quedaba grande y me había puesto una corbata tiesa que encontré en un armario, quizás de antes de la Primera Guerra Mundial.  Amparo se veía hermosa con su corto vestido negro,  casi transparente y apegado a su culito y a su cinturita delgada.  Cada vez que se envolvía el cabello en trencitas parecía una diosa indú. Al subirse al taxi gran parte de sus piernas envueltas en medias negras quedaban expuestas. La deseaba tanto. Hasta entonces no habíamos hecho el amor y apenas me había dejado acariciarle el trasero y los pechos, no sin darme una fuerte bofetada la primera vez que lo intenté.

La noche avanzó a la par que los ojos de los convocados se iban enrojeciendo de licor y cansancio. Poco a poco se empezaron a marchar en sus vehículos. Con Amparo nos quedamos hasta el final mirando desgastarse el fogón del asado. Alguien nos ofreció un café. Amparo tenía las manitos heladas. La madrugada estaba muy fría. Cuando ya no quedaba nadie más que Salinas, algunos borrachos y los empleados ordenando el desborde nocturno, nos despedimos y emprendimos el regreso a casa.

Estaba oscuro. No había luna y escasamente distinguíamos las formas del camino. Apenas avanzamos unos metros y pedí a Amparo que nos sentásemos sobre el borde de un puente cubierto por sauces viejos. Quería estar con ella. Mi sexo y mi alma relinchaba de excitación. No había un lugar completamente plano donde estar y tropezábamos entre las ramas y troncos secos. Olía a vacas tranquilas y a hierba mojada. Nuestros hombros empezaban a llenarse de rocío. Amparo tiritaba y yo no paraba de manosearla. Quería recostarla, desnudarla, lamerla, succionar sus fluídos, pero dónde, estaba lleno de zarzamora, y Amparo no se sentía cómoda. Me daba besos esporádicos sólo por cumplir pero sé que lo único que quería era largarse de allí. Eran casi las cinco de la mañana. Para llegar a San Carlos debíamos caminar no menos de cinco kilómetros. Le pedí explícitamente que me besara y se negó. Yo seguía muy excitado y cargoso. Estaba acostumbrado al frío y a la incomodidad, y era un menudo semental tan jodidamente insaciable que habría culeado hasta una lagartija sobre un colchón de cactus. Pero ella no, ella era mi fina morena acostumbrada a rituales de limpieza, horarios, sábanas impolutas y comidas predispuestas para cada día de la semana. Los nenes ricos se habían largado hacía rato. Se oían bufidos de toros y caballos a lo lejos y una secuencia de gallos cantores despertaba a los campesinos de la comarca.

Entonces pensaba que el sexo oral era sólo hablar de sexo, y por eso me llamaba la atención que se hablara con tanta suspicacia del tema. Por eso no le dije a Amparo que quería sexo oral, sino que me besara el pico y que yo a su vez le besaría con gran gusto su vaginita. 

Amparo intentó tocarme, calmarme, darme besitos en la boca medio exasperados, hasta que entendí que mi proposición no tenía sentido en ese lugar.

Nos acomodamos la ropa y empezamos el largo regreso a casa. Los luceros se veían enormes, el aroma del amanecer, la creciente claridad, el silencio, todo era maravilloso, no sentimos cansancio, nos fuimos lentamente, porque los zapatitos de Amparo eran frágiles y de suela delgada y el camino era pedregoso.

A cada paso parecíamos más contentos. Nos reíamos de la floja luna que ni siquiera se había presentado a dar excusas, nos reíamos de lo bobos que éramos cuando empezamos nuestra relación, de los cientos de mensajitos en papeles arrugados que nos enviábamos durante cada jornada escolar, nos reíamos de los compañeros más estúpidos y también de lo escarabajitos solitarios que cruzaban con gran donaire el camino, como si fuesen a una reunión de directorio.

A los costados, se distinguían cercos oxidados de alambre de púa apenas sosteniéndose de los polines podridos, y más allá, aromos y robles tan viejos como la memoria de Cristo. Croaban ranitas en las acequias con lodo y cientos de grillos ejecutaban la marcha del silencio triste.

Poco antes de entrar a la ciudad nos íbamos topando con los primeros campesinos que se dirigían a sus labores. Nos saludaban y le miraban las piernas a Amparo. Sé que muchos, sino todos, se la habrían cogido con brutalidad. Ella era el único jazmín en medio de esa inmensidad de púas y bostas de vaca y bestias poco refinadas. Desde algunos camiones los trabajadores nos gritaban obscenidades, que me la llevara a un motel, que a Amparo le lamerían todo el culito y las tetitas y que la romperían a cachas, mientras  la claridad solar se anunciaba detrás del horizonte. 

Llegamos a su casa como a las ocho. Amparo casi se caía de sueño. Le di un beso y me fui. Hubiese querido acostarme con ella y dormir boca a boca el resto del día, pero en ese tiempo y a esa edad era imposible.


Imagen: Xilografía de Oscar Milicich, Osmi. 
http://osmiblog.blogspot.cl/

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De CUADERNOS DE LA IRA (blog del autor)

Thursday, August 9, 2018

Ficción no ficción: pulp sobre Lo llamaban Jeeg robot

MAURIZIO BAGATIN

“No es necesario imaginar el fin del mundo en el fuego o en el hielo, existen dos otras posibilidades: una es el papeleo y la otra es la nostalgia” - Frank Zappa -

Ragazzi di vita ya mayores de edad en un submundo tan real cuanto imaginario, gánsteres de todas las edades engendrados en una periferia del mundo, en todas las periferias del mundo, parecen salidos de una Gomorra que es la de Quentin Tarantino y es la de Roberto Saviano: siempre una vida violenta para la cual prepararse del cuero necesario, de las vacunas indispensables a la sobrevivencia. El desafío es reconocer que el poder está en todas partes, es el cáncer inextirpable del hombre, el cáncer que solo el amor curará, el amor hará desaparecer y… el héroe es el verdadero sujeto de la modernité porque para vivir la modernidad es necesaria una disposición heroica (Walter Benjamin).

…cuántas bellezas pero, en reconocer la poesía que desnuda nuestras imperfecciones, nuestros eternos errores, nuestras bellezas en el encuentro y en el despido…ya jóvenes y viejos, jamás carcomidos por la mediocridad, de la avaricia, de la ambición, de la soledad estúpida que reduce al hombre en esclavo del poder, de cualquier poder destruya la esencia de nuestra ceniza, del polvo, de la nada.
“La normalidad es una ilusión estéril” - Fernando Pessoa -

Las fábulas no terminan nunca, todos podemos ser héroes si nos convertimos en humanos, y el héroe que se hace hombre ya es humano, es el Jesús cyborg posmoderno, es el ladrón bueno contemporáneo… mientras el Alí de los ojos azules sigue esclavo, explotado, deshumanizado… adentro la locura y la exclusión, en una fábula urbana, en una fábula de todas las monstruosidades que seguimos alimentando. Pulp, slang y jerga de una periferia del mundo y de todas las periferias del mundo. Poesía de la violencia, poesía en búsqueda del resplandor necesario. Poesía en búsqueda del hombre…
Agosto 2018 

morir de celebridad / postales desde el Hafa


PABLO CEREZAL

Antaño recopilábamos instantáneas, fotografías, durante nuestros períodos vacacionales: aquí la abuela congregando canículas mediterráneas al albur de su falda negro duelo, allá la catedral de flamígera piedra inflamada por las llamaradas del agosto patrio, acullá la caricia que no debiera, sorprendida en la cintura de la prima. Momentos, instantes, reflejos de una vida que pretende justificar las horas que parca desmigaja mientras rumias el pan duro de porcentajes que serán pan de leche del empresario. Finalizado el verano, reuníamos aquellas fotos en álbumes que enseñaríamos, de tanto en tanto, a familiares, amigos, integrantes de ese círculo íntimo que hoy, progreso manda, se amplía hasta hacernos perder fronteras y horizontes. Porque tenemos miles de seguidores en Facebook, Twitter y, cómo no, Instagram, a los que mostrar ese selfie (antes se llamaba autorretrato, por si queda algún neandertal leyendo esto) tomado en Santorini, por ejemplo.

Ahora que madre economía suplanta a madre tierra, y ni billetes que transmutar en acelga hay a la vista, pasamos (paso) el verano en casa, intentando conjugar termómetros hostiles con muñecos desordenados, junto a mi hijo, que aún piensa que vacaciones es siempre. De tanto en tanto, me asomo al vértigo de las redes sociales, y ahí os veo: flamantes de sol y enfebrecidos de cerveza, andariegos de confines exóticos y sobrados de bronceado fugaz. Y mucho me alegro, sinceramente, que de la envidia no tengo ni noticia.

En uno de esos momentos, descubro un video apabullado de likes y visionados. El título del audiovisual refiere a una de las más bellas y famosas librerías planetarias, la Lello de Oporto. No todo va a ser playa, arqueología y cerveza, me digo, antes de pulsar el play dispuesto a darme un baño de cultura libresca. Pero el clip que soñaba me haría soñar torna pesadilla. En escena, un desaforado tropel de turistas armados de cámara fotográfica, teléfonos móviles con la misma incorporada, y palos con estos incorporados a sus extremos, subiendo y bajando las barrocas escaleras de Lello, entorpeciéndose unos a otros en su febril contienda por encontrar la perspectiva óptima para esa instantánea que los inmortalice en el interior de un templo de la cultura profanado al grito de wow y my God, con los flashes de sus dispositivos móviles en tiroteo de fugacidad detenida. Los libros, mientras tanto, aúllan en sepia su descanso eterno, como queriendo llamar la atención sobre el óxido de palabras que los habitan. El visionado se me hace demasiado doloroso, como el de una de esas escenas que tanto gusta filmar Von Trier, un suponer.

Munay ha aprovechado el momento para tomar entre sus manos la deliciosa edición de la poesía reunida de Pablo del Águila que me regaló, hace poco, el amigo Losada (gracias, siempre). A punto estoy de gritarle: ¡no!, ¡deja el libro! La psicomotricidad fina es territorio que el pequeño no termina de conquistar. Pero, haciendo alarde de calma, le pregunto si quiere que le lea ese cuento, y así abandonamos de una vez la versión infantil de El Quijote que tanto venera. Le mal recito un par de poemas. Se aburre, no sé si por la poesía, por mi voz, o por la ausencia de dibujos en las páginas del volumen. Regresamos al Quijote, y el que se aburre, ahora, soy yo. El cuento, por demasiado frecuentado, ha muerto para mis estímulos. Ha muerto de celebridad. Pienso si no habrá ocurrido lo mismo con la librería Lello, si la celebridad no ha provocado su deceso, escenificado con esas exequias en que los turistas lanzan sonrisas como flores muertas al fondo de sus estanterías.

Últimamente, mueren de celebridad no sólo las librerías hermosas, también las ciudades en que se ubican, los países lejanos, los restaurantes caros, los festivales de música y los mares cristalinos. Sin ir más lejos, ahí tenemos nuestro Mediterráneo. Hoy sabemos que engulle nuestras aguas residuales sin el debido procesamiento higiénico. Así lo asevera la Unión Europea, para justificar la millonaria multa impuesta por ello al estado español. También engulle los residuos, igualmente sin procesar, en que convertimos a miles de personas explotadas en el propio beneficio. En el nuestro y en el de cada integrante de la misma Unión Europea que multa la falta de higiene patria. Un lodazal, o sea, por más que nos hagamos fotos entre sus oleajes de dudosa espuma. 

Así que la fama mata, y no me extrañaría si tanto veraneante autorretratado fallece tras un espectacular aumento de likes en las redes sociales. Antes, cuando nuestros familiares, obligados a ver las fotos del veraneo año tras año, dejaban de venir por casa, comprendíamos que nuestras vacaciones habían muerto de tedio. Ahora, dado que el millón de amigos que soñaba Roberto Carlos es más accesible, siempre hay ojos dispuestos a mirar tus fotos del verano. Incluso los del empresario de turno, ese que te paga las vacaciones, el que te deja ilusionarte con las siguientes a cambio de perder la vida entre sus onerosas cifras. Pero ya sabemos que los empresarios no buscan tu felicidad. Así que igual les da por bajarte el sueldo o plantearte como próximo destino turístico la oficina de empleo. 

Antes dije que de la envidia no tengo ni noticia, pero esta absurda parrafada no deja de ser un selfie que evidencia mi envidia por veros a todos tan felices, durante este verano infernal, en las fotos que subís a las redes sociales. Así que me haré otro con mi hijo, leyendo poesía, y lo cuelgo en Facebook y aledaños, debidamente tuneado con un fondo de playa caribeña. De esta forma, me las doy de literato, y tal vez alguien confunda el like con el botón de comprar situado junto a uno de mis libros. De paso, se ahorrará el viaje hasta Oporto, que en Lello creo que ya sólo hay literatura muerta.

Publicado originalmente en el blog del autor, postales desde el Hafa (8/8/2018)
https://postalesdesdeelhafa.blogspot.com 

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Publicado en PLUMAS HISPANOAMERICANAS, 09/08/2018