Tuesday, January 6, 2015

Nicholas Shakespeare: Bruce Chatwin

Juan G. Baigorri

Idioma original: inglés

Título original: Bruce Chatwin
Año de publicación: 1999
Traductor: José Manuel de Prada Samper
Valoración: muy recomendable (imprescindible para fans)

Ante todo, me atrevo a solicitar un aplauso para el autor de este libro: hay que tener valor para desarrollar una carrera literaria en Gran Bretaña, con tal apellido (a ver quién se atrevería a hacer lo mismo en España apellidándose Cervantes o Quevedo). Esta circunstancia, además, supone una amable ironía: el biografiado aquí, el escritor Bruce Chatwin, contaba que de niño solía visitar a unas tías-abuelas en Stratford-upon-Avon y las acompañaba a la iglesia, donde él mismo mostraba la tumba de William Shakespeare a los soldados aliados. Justo es que luego otro Shakespeare nos haga de guía en la visita del "mausoleo" de Chatwin (aún más metafórico, puesto que no está enterrado en ninguna parte).

Pido otro aplauso, además, en reconocimiento a la labor titánica llevada a cabo para esta biografía. No sólo por la extensión resultante (603 páginas, más notas y fotos), sino por la dificultad inherente para llevarla a cabo, pese a la colaboración de la viuda del biografiado y los numerosos testimonios de amigos, amantes, colegas, mentores y conocidos del mismo... Porque la de Bruce Chatwin quizá no fuera la vida más azarosa de un escritor en el azoroso siglo XX, pero seguro que sí una de las más inquietas y poliédricas: nacido en una familia de clase media de las Midlands, durante la II G. M., después del colegio no pasó por la universidad, sino que entró a trabajar como mozo en la casa de subastas Sotheby's. Allí, gracias a su legendario "buen ojo", pronto se convirtió en experto en arte y antigüedades (y en cebo sexual para los clientes) y con veintipocos años frecuentaba lugares, personas y ambientes de los más granado de la "sociedad internacional". Cansado de esta ocupación y (supuestamente) enfermo de la vista, comenzó a viajar, y a los 25 dejó la empresa para estudiar arqueología en Edimburgo... actividad que también abandonó cuando iba a comenzar una carrera profesional en esta disciplina. Pasó a trabajar para el Sunday Times, primero como asesor artístico y luego como reportero, llevando a cabo entrevistas y artículos brillantes sobre distintos aspectos de la actualidad de los años 70... Empleo que también desecharía para viajar a la Patagonia y escribir luego un libro sobre el viaje que ya se ha convertido en un clásico del género. A partir de ahí, comienza una carrera literaria que le proporcionó un éxito fulgurante y un reconocimiento creciente, hasta su muerte en 1989.
Aparte de esta variada actividad en tan distintos ámbitos, Chatwin fue posiblemente uno de los culos más inquietos de su época y, si bien resulte exagerado considerarlo como un "nómada" (una de sus obsesiones), sí que es cierto que se pasó la vida viajando por buena parte de los rincones del globo, por motivos profesionales o por propia inquietud. Por no hablar de una vida social también de lo más variopinta (en las páginas del libro, encontraremos desde miembros de la high-society a pintores, escritores, antropólogos... o pastores africanos y guías pashtunes). Con lo cual, se comprende aún más la dificultad de biografiar una existencia tan agitada e intensa.

Y aún así, la biografía resulta de una prolijidad abrumadora, casi excesiva. De hecho, creo que esta exhaustividad provoca una cierta distorsión en la visión que nos ofrece N. Shakespeare del personaje: en ocasiones, se nos presenta como un tipo chismoso, mixtificador, promiscuo, excesivamente esteta, más dilettante que erudito, agotador... (desde luego, no es una hagiografía); aunque los mismos testigos son los que también nos hablan de su encanto, originalidad, talento, excepcionalidad... Y el propio Shakespeare, para ser justo, también recoge -dentro de lo posible, claro- los momentos solitarios de estudio, de frenesí, de frustración y de hallazgos que acompañan a toda creación literaria. y que quizás fueran los más intensos en la intensa vida de Chatwin. Resultan en especial interesantes los capítulos en los que se explica cómo iba recogiendo los mimbres para tejer sus libros y también este proceso, propiamente dicho. Así como la otra cara de la moneda de la literatura: la dolorosa elaboración de su primer y fallido título, La alternativa nómada; un fracaso que le acompañaría hasta sus últimos días.

En todo caso, una biografía inmejorable para conocer a un personaje fascinante y, sobre todo, a un escritor inclasificable, pero no por ello menos imprescindible, más allá de modas o reivindicaciones.

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De UN LIBRO AL DÍA, 14/11/2014

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