Sunday, April 29, 2012

CULTURA.ENTREVISTA A CARLOS SAURA: "ESPAÑA TIENE PACIENCIA HASTA UN PUNTO, PERO PUEDE EXPLOTAR"



Por Anahí Aradas

CARLOS SAURA
Carlos Saura, de 80 años, sigue siendo un anarquista del cine. Arduo defensor del cine de autor, es un artista veleta que tanto le dio jugar con el neorrealismo, la comedia, el documental o, en sus últimos tiempos, con el género musical.

Este hijo de la guerra civil española se mantiene a flote tras medio siglo de batallas en un sector que dice siempre estar en crisis, pero que ahora parece tener contundentes argumentos que lo avalan: víctima de un tijeretazo estatal del 35%, con una caída del 70% en número de rodajes respecto a 2011, el cine español, dicen, está en cuidados intensivos.
Pero cuando BBC Mundo interrogó a Saura sobre el enfermo en una breve visita a Londres, su respuesta fue "en realidad el cine español ha estado demasiado protegido".

¿Cómo financió su primera película?

Fue a través de un productor, Miguel Guzmán, que quería hacer una película e hicimos Los Golfos. La hicimos en la calle, con la cámara en la mano. Para la España del 59 aquello era muy novedoso, nunca se había hecho una cosa así. Fue seleccionada en el 60 por el festival de Cannes y tuvo cierta repercusión y eso me facilitó el seguir haciendo películas.
¿Cree que un cineasta español hoy en día tiene las mismas, menos o más oportunidades que en aquellos tiempos?

Tiene más oportunidades y también menos. Ahora con las cámaras digitales cualquier persona, con un poco de cabeza y talento puede hacer una pequeña película. Menos también porque, aunque en mi época también era difícil, la dificultad hoy es que lo que hagas lo vea la gente. Hacer una película hoy no es complicado, pero es más difícil encontrar una distribución o a una televisión que le interese.

Maltrecho, descalabro, muerte, recorte salvaje... Son algunas de las palabras con las que la prensa describe la situación del cine español actual. ¿Cuál es su descripción?

No lo sé, no soy productor, pero no veo yo que sea más complicada la situación ahora que la que teníamos nosotros cuando empezamos a hacer cine en los años 50, cuando era imposible entrar en el mundo del cine. Antes había sindicatos y tú no podías dirigir una película tan solo con un productor. Tenías que hacer de ayudante de dirección en al menos cinco películas con directores conocidos, pasando un proceso.

Las salas de cine en España están cada vez más vacías...
El cine ha cambiado, ahora el cine se ve de muchas maneras. Se puede ver a través de la televisión, en DVD, en tu casa con un proyector. Hay unas posibilidades enormes para ver lo que te da la gana. El problema es que necesitas información para eso. Todo tiene que ver con la publicidad y eso está en manos de los estadounidenses, que han sido los más listos, que hacen películas que van al gran público. Contra ellos no se puede luchar.

¿Qué se puede hacer entonces?

El cine personal, lo que he hecho toda mi vida, que sí tiene un público. Yo tengo un público y así he podido seguir haciendo películas.

Comentaba que España está deprimida, asustada. ¿Qué puede aportar el cine a este contexto de crisis?

Es el momento de hacer películas, buenas películas. Se ha hecho mucha mala película. Parte de nuestro problema es que se han hecho muchas malas películas, aunque también algunas buenas. Ha habido un nivel bastante bajo que no ha conseguido atrapar al público. Va a haber una limpieza feroz, terrible, dramática en todo. Lo que no sé es si van a quedar los mejores o los peores. Creo que el cine español ha estado demasiado protegido.

No somos nosotros lo únicos que estamos en crisis. Ahí está el cine italiano, que controlaba el cine mundial desde el punto de vista del prestigio y está peor que el nuestro. El cine alemán está por ahí, el cine francés se va salvando y el inglés se salva gracias a Estados Unidos.
El rey, los desaparecidos del franquismo.. La crisis parece haber exaltado un debate latente, ¿tendrá su reflejo en el cine?

Qué duda cabe, seguro que sí. Hay un creciente interés sobre la guerra española. Parecía olvidado, toda una generación parecía no querer saber nada de la guerra. Hay un creciente interés precisamente por la Repúbica española, que fue una época fantástica. Fue un tiempo de crecimiento intelectual de un talento enorme, de poetas, de pintores, de escritores… No se sabe cómo va a ser el futuro, pero España tiende hacia una república.

¿Y ese pensamiento más progresista no choca con el hecho de que la derecha tenga hoy mayoría absoluta en España?
Bueno, sobre el PP, no se qué va a pasar. Hasta qué punto se va a vender a la banca internacional, a las necesidades de otros países. Tengo la sensación de que alguien está controlando todo esto y no sabemos quién es, que es lo peor, no saber quién es, si es una entidad, una empresa, los americanos, si es una mezcla de todo. Antes, al menos sabíamos dónde estábamos, ahora no lo sabemos. Depende de otras cosas. Creo que el PP está acentuando ese miedo.

Es muy peligroso porque España tiene paciencia hasta un punto, pero puede explotar, que es lo que me da miedo. Una guerra civil, parecida a la que hubo en el 36, es una posibilidad lejana pero hay que tener cuidado con eso, porque la gente se puede cansar.

Países como Argentina se han mostrado preocupados sobre el impacto que los recortes en España pueda tener en sus cooproducciones.

Muchas películas, por no decir la mayor parte, son coproducciones con España. Ha habido un flujo muy grande de producciones con Argentina, Cuba, Chile. Eso es muy interesante y no se debería perder nunca. No sé que va a pasar ahora con eso.

Por último, qué le aconsejaría un cineasta de la llamada "generación perdida", con nula posibilidad de conseguir subvenciones o créditos privados.

Pues le diría que se dedicase a otra cosa… Tal y como lo presentas. Si no tienes nada, ¿cómo lo vas a hacer? Depende de qué tipo de recursos. Necesitas un mínimo, una cámara de vídeo, un sistema para procesar eso, unos amigos actores que sean muy buenos y ya está, haces una película.

De joven yo soñaba con cámaras con las que no tuvieras que pasar por todo el proceso de grabar sonido a parte, procesar la cinta –lo que costaba una fortuna- hacer copias y montar eso.

Hoy puedes grabar tú mismo sonidos en la calle, utilizar Final Cut. Te puede costar ocho meses hacer una película, pero puedes hacerlo. Antes no lo podías hacer.  
Fuente: BBC Mundo
Foto: Carlos Saura

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