Saturday, November 22, 2014

El Coseveru, especie cuyo hábitat está en peligro por el crecimiento urbano de Santa Cruz

© Silvia Antelo Aguilar | Redacción Sol de Pando

El pasado 27 de marzo, de acuerdo a lo publicado por Sol de Pando reproduciendo la crónica de un medio colega, el municipio de Santa Cruz reportó el hallazgo de un pequeño armadillo llamado “hada rosa”, al que las autoridades ediles identificaron como un “pichiciego” y que se encuentra en la lista de especies amenazadas desde 1970. La información difundida, al parecer, no era exacta, ya que se confundió el armadillo hallado en las riberas del río Piraí con una especie lejana que habita en el centro de Argentina, el llamado “pichiciego pampeano”, cuyo nombre científico es Chalamyphorus truncatus, y del cual existen abundantes datos en la red internet.
Aquel ejemplar hallado en las orillas arenosas del Piraí y trasladado al Zoológico Municipal de Santa Cruz no es un “pichicigo pampeano” ni su nombre científico es Chalamyphorus truncatus como informaron el 27 de marzo los funcionarios de la Alcaldía cruceña.
Se trata, en rigor, de otra variedad denominada Calyptophractus retusus, comunmente conocida en los pueblos del oriente boliviano y el Chaco con los nombres de ”coseveru”, “culotapao” o “topo rosado”, según aclara el biólogo Huáscar Bustillos Cayoja.
El Coseveru (Calyptophractus retusus) fue descubierto en 1859 por Herman Burmeister (naturalista de origen alemán), en la zona del Pari, Santa Cruz. | Ilustración: Victor Manuel Sossa
El Coseveru (Calyptophractus retusus) fue descubierto en 1859 por Herman Burmeister (naturalista de origen alemán), en la zona del Pari, Santa Cruz. | Ilustración: Victor Manuel Sossa

El misterioso armadillo

El Coseveru (Calyptophractus retusus) fue descubierto el año 1859 por Herman Burmeister (naturalista de origen alemán), en la zona del Pari, lugar donde se libró la mítica batalla por la independencia de Bolivia en 1816.
Han pasado 154 años desde el hallazgo de Burmeister y muy pocos ejemplares han sido colectados en Bolivia para estudiar su biología, salvo los iniciativas que se desarrollan en Paraguay, donde el naturalista alemán desempeñó buena parte de su actividad científica.(Referencias del trabajo de Burmeister en PDF).
“Los pocos avistamientos debido a sus hábitos subterráneos, seguido por la extrema dificultad de su manutención en cautiverio, imposibilita la descripción de su historia natural, por lo que se conoce muy poco sobre su ciclo reproductivo, tiempo de vida y preferencias alimenticias”explica Bustillos Cayoja.
Es un mamífero bastante tímido y esquivo; al menor ruido comienza a excavar desapareciendo bajo la arena en pocos segundos, lo cual explica su poca observación en el campo.
El Calyptophractus retusus mide entre 14 a 18 cm. a diferencia del Chlamyphorus truncatus cuyo largo es de 12 a 14 cm. | Foto: H Bustillos.
El Calyptophractus retusus mide entre 14 a 18 centímetros, a diferencia del Chlamyphorus truncatus cuyo largo es de 12 a 14 centímetros. | Foto: H Bustillos

Incansable excavador

Al pequeño armadillo se lo conoce también, en el Chaco boliviano, con los nombres de “tapa frasco”, “pichiciego chaqueño”, “yeta” y, en su denominación guaraní, “tatujeikurajoyava”, aclara nuestro entrevistado. Su aspecto recuerda a un pequeño “topo rosado” y es una especie que prefiere lugares secos como el Chaco y pampas arenosas circundantes a la ciudad de Santa Cruz.
Esta especie es pequeña, mide aproximadamente 17 centímetros; su pelo es largo de un color blanquecino, moderadamente tieso y distribuido en los laterales del cuerpo.
El caparazón es flexible y de un color rosado claro, lo que sugiere que el Coseveru tiene un mimetismo (camuflaje) para ambientes secos-arenosos, evitando a potenciales predadores como lechuzas y carnívoros (zorros y felinos).
El nombre “culotapao” se debe a la peculiar forma que presenta la parte posterior de su cuerpo la cual tiene forma plana y su cola, a diferencia del resto de los armadillos, parece una pequeña espátula y cumple una función de “quinta pata”; pues sostiene el peso del cuerpo al momento de excavar ya sea para huir o buscar alimentos, explica el experto.
La cola parece una pequeña espátula y cumple una función de “quinta” pata; pues sostiene el peso del cuerpo al momento de excavar. |Foto H. Bustillos
La cola parece una pequeña espátula y cumple una función de “quinta pata”; pues sostiene el peso del cuerpo al momento de excavar. |Foto H. Bustillos


Bio-geografía y distribución

La distribución del Coseveru (Calyptophractus retusus) se halla confinada “aparentemente” a los ecosistemas chaqueños más secos del sudeste de Bolivia, oeste de Paraguay y el norte de Argentina, asegura el taxónomo R.M. Wetzel, destacado estudioso de los armadillos en el mundo.
Según Bustillos Cayoja, en Bolivia los datos sobre la distribución de este mamífero son todavía preliminares debido a la escasez de reportes.
“Espacialmente la mayoría de los registros atribuidos a esta especie provienen de la zona chaqueña de Santa Cruz, y en menor rango hay reportes de registros y observaciones en la zona de las pampas del Urubo”, dice. En todo caso la distribución tentativa actual se restringe al departamento de Santa Cruz. “Es muy razonable el hecho de que puedan existir poblaciones de Calyptophractus retusus en departamentos que compartan al Chaco como unidad vegetal como es el caso de Tarija y Chuquisaca ampliando su distribución en el país” estima Bustillos.
En el departamento de Santa Cruz se ha postulado que las poblaciones tienen una distribución disjunta, la denominada población “Chiquitana” en las pampas próximas a la ciudad de Santa Cruz de la Sierra y la población “Chaqueña” presente en el Gran Chaco.
El llamado "boom" de la construcción hacia zonas de alto valor ecológico como las pampas del Urubo, Grigota, Viru Viru, además de la intensa actividad de extracción de áridos pone en riesgo el hogar de este armadillo. | Foto: H. Bustillos.
El llamado “boom” de la construcción hacia zonas de alto valor ecológico como las pampas del Urubo, Grigota, Viru Viru, además de la intensa actividad de extracción de áridos pone en riesgo el hogar de este armadillo. | Foto: H. Bustillos

Hábitat amenazado

Por ser muy pequeña, esta especie no es cazada para fines alimenticios a diferencia del corechi (Tolypeutes matacus) o el tatu negro (Dasypus novencinctus). Sin embargo, los principales problemas que enfrenta son la perturbación y destrucción de su hábitat. Por ejemplo, en la zona chaqueña del Isosog la amenaza más notoria es la expansión de la frontera agrícola y la ganadería extensiva con la cría de vacas y chivos. Si bien las poblaciones del Coseveru ubicadas en el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado ANMI Kaa-Iya del Gran Chaco, gozan de cierta protección, la situación es diferente para las poblaciones en las pampas próximas a la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
El llamado “boom de la construcción” que implica la edificación de condominios privados y la polémica Quinta Municipal en zonas de influencia del rio Piraí, así como la progresiva expansión de la ciudad hacia zonas de alto valor ecológico como las pampas del Urubo, Grigota, Viru Viru, que circundan el lecho de este río, están poniendo en riesgo la existencia de esta emblemática especie cruceña y boliviana.
Otro factor de presión contra la supervivencia de esta especie es la creciente actividad económica de la extracción de áridos para construcción en las márgenes de rio Piraí, que altera completamente su hábitat. “Es de conocimiento público, que muchos armadillos Coseveru (Calyptophractus retusus) han sido extraídos accidentalmente en camiones de arena y depositados en lugares dentro del área urbana de la ciudad” denuncia el experto.
Otra amenaza directa que sufre el Coseveru es el folclore, debido a que el pueblo guaraní del chaco cruceño tiene la creencia de que es “malagüero”, pues es un emisario de “muerte” para algún miembro de la comunidad, lo cual es conjurado matando y quemando inmediatamente al indefenso animal. Esta práctica puede deberse a que el Coseveru emite un sonido lastimero (chillido) muy parecido al llanto de un niño pequeño. Ese nombre se origina, precisamente, en la etimología de la lengua bésiro de los chiquitanos con que evocan el espíritu de los bebés fallecidos.

Diferencias entre los armadillos de la Pampa argentina y del Chaco boliviano-paraguayo 


Diferencias entre ambas especies
El Coseveru boliviano y el Pichiciego argentino comprenden dos géneros distintos (Calyptophractus y Chlamyphorus). Aparentemente son parecidos a simple vista, pero se diferenciables por las siguientes características: 
Reducción de los ojos y orejas (truncatus); menor tamaño corporal (truncatus); el caparazón esta unido al borde del cuerpo (retusus), miembros delanteros musculosos y garras muy grandes (retusus); la cola es mas espatulada (truncatus), mayor cantidad de pelo (truncatus); hay una diferenciación entre el caparazón y la cabeza (retusus); el pelo es más claro (truncatus), escudo pélvico grande (retusus). El Coseveru boliviano y el Pichiciego argentino comprenden dos géneros distintos (Calyptophractus y Chlamyphorus). Aparentemente son parecidos a simple vista, pero se diferenciables por las siguientes características:

 Otra diferencia entre ambos géneros es el tamaño ya que el culotapao (Calyptophractus retusus) es un poco más grande y robusto que la especie argentina.


Existen también muchas similitudes ecológicas como el uso de la arena para poder realizar sus excavaciones pues ambas especies son especialistas en excavación que solo pueden realizar en un medio arenoso ya que las investigaciones sobre la locomoción y comportamiento excavador de C.retusus muestran que ambas especies comparten características morfológicas – funcionales y evolutivas



En cuanto a su dieta ambas especies se consideran insectívoras, pudiéndose alimentar también de raíces de plantas y frutas.     

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De SOL DE PANDO, 22/11/2014. Mejor Trabajo en la categoría Periodismo Digital del Premio Nacional de Periodismo 2014 convocado por la Asociación de Periodistas de La Paz (APLP).

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