Sunday, December 22, 2019

Los alebrijes de mi mamá


MAURIZIO BAGATIN

“Nunca sabremos si existe una intención detrás de aquello que llamamos muerte”                          
 -Elias Canetti-

La vida es sueño 
Una noche fuimos al locutor - estaba trabajando en Camerún, y en la brousse el teléfono, y el primer village con teléfono, estaba a 30 kilómetros, de ahí pude comunicarme con mi hermana, sabía que mi mamá seguía con su depresión galopante, y que no me hubiera podido comunicar con ella, ella siempre encerrada en casa, mirando de tras de las cortinas quienes pasaban por la calle, cuando era verano, imaginándolos pasar, en invierno. Mi hermana me asombró, fue el entusiasmo con el cual me contestó, fue la magia con la cual me preguntó si estaba preparado para el milagro; después de varios años mi mamá, de la noche a la mañana, se transformó, un día se levantó y decidió ser la que siempre fue, antes de la depresión; a mi vuelta a Italia mi mamá era otra, veinte kilos menos y una efervescencia para dar envidia. Ella todo lo atribuyó a mis viajecitos por aquí y por allá: fui algunas veces a visitar a un amigo a Pietrelcina, el pueblo donde nació y fue el autor de algunos milagros, el ahora Santo, Padre Pio. Ella creía y sigue sosteniendo que mis viajes fueron para pedir el milagro de curarla de la depresión. Yo, sigo siendo gnóstico o tal vez ateo, para mi mamá, sigo siendo milagroso.     

Fisonomías 
No recuerdo los nombres, me olvido fácilmente de una ruta, confundo fechas y hechos históricos pero no puedo nunca confundir la fisionomía de una persona; aquel se parece a aquel otro, mientras que esta señora es igualita a esta otra. Sosias y semejanzas se confunden y entremezclan en el espacio y en el tiempo. Mi mamá es así, ella se entiende sola… par descrizión… diríamos en nuestro dialecto. Pero describe una persona con toda la genialidad de las palabras campesinas, con apodos y strafalcioni llenos de poesías doméstica, del campo, de las calles llena de gente durante una procesión en el pueblo, vacías en la canícula del verano… Descripciones para unas carcajadas en compañía, para luego pensar en que querían decir, quien habrá sido aquel tipo, o la señora de la cual estaba hablando.

Memoria 
No puedo creer que haya sido el aforismo de Borges, la memoria modifica el pasado, la memoria en un mundo campesino es memoria oral, la de los cuentos oídos sentados alrededor de una chimenea en invierno, bajo la sombra de un árbol (un higo, un sauce llorón, una nogal tal vez…) en verano, en el establo de las vacas, aquel centro cultural de antaño, el único lugar caliente en invierno adonde inventar historias, escuchar mentiras, chismear lo bueno y lo malo de los patrones (casi siempre lo malo…) y creer a todo y a nada de lo oído aquellas noches; bajo la sombra de un morer, imaginando amores imposibles… la única vez que fue al cine con mi papá, fue a ver Guerra y paz - Audrey Hepburn y Henry Fonda eran Natasha y Pierre y mis papas se acordaron, mientras veían recorrer imágenes de una epopeya única, que mi hermana tal vez no estaba cómoda en la casa de mis tíos. Y se acordó del juego de la morra, de su prohibición, porque era fuente de peleas campales, de puñetazos, de camorra; se acordó de un tal Toni Ziliga, el cual pasó de ser fascista a ser partisano, y a raíz de esta metamorfosis, por salvar el pellejo, tuvo que escaparse a Roma; y luego de Amore, un mercenario que venía contratado para delinquir y cometer crímenes barbaros; de sus cuñadas, de las malvadas de siempre y de las buenas, de las que iban a tomar el café después de las misas y entre charlas y charlas, chismes y más chismes habían vaciado toda su memoria, todo su repertorio de mentiras y medias verdades, de fantasías y de sueños reprimidos.

Alucinaciones
Hablar, de sus cosas, de su vida, y a través de esto de las vidas de todos los demás, de una época, de dos guerras, la primera a raíz de cual murió su papá, mi abuelo, y ella con apenas algunos meses de edad, nunca pudo decir papá, y la segunda, entre bombardeos nocturnos  - el Pippo que llega y haces luces que explotan - y hambre, mucha hambre, de jóvenes sin amor, de jóvenes que no fueron nunca jóvenes - fue la generación que le siguió la primera en conocer esta fase de la vida, y por primera vez -, y se asomaban a ver lo irrazonable del hombre, el tío que por fascista enviaba a vaciar la miserable despensa de su hermana – él, por maricón, no lo hacía personalmente - y el partisano que no fue menos cruel: las guerras, como el amor, vacíos los mundos sin ellas, sin ellos, sin toda la humanidad: el poeta que las necesitas, la felicidad que reclama…

Animales fantásticos 
Un gato negro, no de la ingenua mala suerte, sino el gato negro de Frank Zappa; de mi último viaje a México le traje una estatuita de la Virgen de Guadalupe; de otro viaje a Quito, una hermosa cruz andina intensamente coloreada; de Piura un Cristo que llora; de Cali una Sagrada Familia. A mi vuelta siempre había un recuerdo, una artesanía del lugar…no seres imaginarios, imágenes de su religión, de su fe. Y fuerte es la fe, para ella, para quienes como ellas creen de verdad.

Día de los muertos 
Fueron veinte días agitados, vida y muerte, días de insurrección popular y de un cuerpo que no reconoce ya la mente, que es distante de su tierra, de su gente, del respiro y el aliento de su aire. Fue el exilio, la emigración, ser emigrante a los 87 años. O la razón.  

Nirvana 
Aceptó la vida como aceptó la muerte, así, dejando fluir cristianamente, las torpezas del hombre, sus macanas… “Dura viver, fadiga morir”, en nuestro dialecto, el Meneghél, hay alegrías y fuerzas que solo las palabras logran describir, hay también violencia o dureza o firmeza… la me ha fát recordar “el freschín”, una palabra que la filología reconoce ser única, solo en este dialecto, en el venezián…la palabra dicha en nuestro dialecto es la palabra que contiene todo el amor por un territorio, por su gente, por su Historia, contiene también todas sus debilidades, la de los frutos, la de sus gentes. Lo dijo estupendamente Emanuel Levinas, “Todo se puede intercambiar entre los seres, salvo el existir”, cada vida merece una narración. Y cada uno debería, por el hecho de haber muerto, ser único como Dios. 

22 diciembre 2019



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