Tuesday, May 25, 2021

Recuerdos de la ciudad mágica de Toledo


DIANA KOFSZYNSKI

Fue un día de verano, caluroso y lleno de luz, cuando logré conocer la ciudad de Toledo. Decía Kipling que la primera cosa que había que hacer para conocer un país era olfatearlo. Aunque pasé poco tiempo mi recuerdo es vívido e intenté impregnarme de sus colores y su esencia y de su bello atardecer. Emocionada frente a la casa de El Greco y admirando el fluir del Tajo, sintiéndome en un mundo mágico dentro del Alcázar o caminando por sus calles .Toledo parece áspero y hermético, como dice Ortega, pero quizá en eso consiste su magia y de perderse por sus calles estrechas pensando en Don Quijote, en García Lorca, Buñuel, y Dalí y en sus constantes viajes líricos y etílicos. Un viaje de la memoria con el deseo firme de regresar.

"Hace algunos años tuve ocasión de recibir con breve intervalo, tras de la impresión de Sevilla, la que causa Toledo. ¡Qué diferencia entre la ciudad ancha y el encrespamiento urbano de Toledo! Es aquella una población abierta y asequible; en Toledo, por el contrario, áspero y hermético, más bien que entrar tenemos que insinuarnos (…). Y al hallarnos dentro del recinto mágico nos sorprende el acierto con que la arquitectura ha obedecido la razón topográfica del más ilustre cerro manchego, siguiendo palmo a palmo los relieves del suelo." Ortega y Gasset

Autora texto:©Diana Cofsinski

 

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