Wednesday, February 16, 2022

HAMBRE ROJA


ELIANA SUÁREZ

 

El destino, dice Borges, es inescrutable y no nos deja en paz hasta que hayamos cumplido aquello que debemos. Y aunque puedan hacerse miles de objeciones, hoy que todos objetan al resto de los mortales, algo de verdad hay. Pero, ¿cuál será ese, nuestro destino? Nada como una buena dosis de información para aclarar un poco la mente, eso dicen algunos.

Sólo diez minutos de noticias arrojaron, este tercer miércoles de febrero, el siguiente resultado:  en México se mata a otro periodista; tiembla el planeta ante la amenaza de invasión rusa a Ucrania; el hambre de los niños del tercer mundo no cesa; en Medio Oriente, Israel siempre contra Palestina y eternamente bajo fuego, se cobra, vaya a saber uno qué cosa, en cuerpos de jóvenes, niños, mujeres y ancianos; se sigue sangrando a los trabajadores en los cuatro puntos cardinales, gota a gota en un sudor casi bíblico. También está la sangre que se enfría en el mar, donde se diluyen en la sal cientos de nombres.

Sólo diez minutos bastan para interrogarse acerca del sentido de la existencia. La muerte, esa que puede ser bella, abre la boca y engulle miradas, sentires y experiencia sin siquiera ser advertida. ¿Para qué existir si, en definitiva, los pasos están marcados? Discurrir acerca de este tema, pierde sentido cuando sólo importa el segundo presente que ni siquiera es un instante. La muerte, entonces, aumenta su glotonería que pasa desapercibida siempre y cuando sus dientes no nos alcancen.

Hay un hambre roja, una necesidad de destrucción inusitada. ¿Desde su origen la humanidad fue así? Pues no. Ha empeorado. El hombre no ha podido sobreponerse a su furia y a sus miedos. “Un solo hombre ha nacido, un solo hombre ha muerto en la tierra” (Borges, 1969-1972)

 Las redes son el nuevo circo romano. ¿Quién de nosotros no sintió curiosidad por ver en HD alguna tragedia? Nadie, nadie ni siquiera un niño, puede arrojar una piedra porque no está libre de esa tentación. ¿Hacia qué Ilión iremos con los estómagos clamando tragedia? Si sólo hay hambre roja de roja sangre, probablemente tengamos el fin de un minotauro cualquiera. Si el cálido sabor de la muerte seduce e impide los sueños y el despertar; si la realidad se vuelve una densa niebla, página absurda de un libro de arena, desecho de lo que no fue… Nos resta, en este umbral en el que hacemos equilibrio como en una cuerda floja, abrir los ojos y dirigir bien la mirada.  Y más nos vale que atendamos a la recomendación de aquel hombre gris, a la realidad, a la existencia que puede de una vez por todas ser: “Mírela bien.  (O) Ya no la verá nunca más.” (Borges, 1972)

 _____

Imagen: Alfred Kubin

No comments:

Post a Comment