El nuevo libro
del periodista Ioan Grillo sobre crimen organizado en Latinoamérica ofrece un
fascinante recorrido por cuatro organizaciones criminales, proporcionando un
profundo análisis y narraciones de primera mano que ayudan a entender mejor las
“guerras del crimen” en la región.
En su más
reciente libro, “Gangster
Warlords: Drug Dollars, Killing Fields, and the New Politics of Latin America” [“Caudillos criminales: dinero de
las drogas, campos de muerte y la nueva política de América Latina”], Ioan
Grillo explora “el paso de la Guerra Fría a una serie de guerras del crimen que
sumen a Latinoamérica y el Caribe en un río de sangre” (Lea un fragmento del
libro aquí).
La pregunta
central que orienta la investigación de Grillo acerca de lo que ha permitido
que el crimen y la violencia hayan crecido en América Latina desde el final de
la Guerra Fría es: “¿Por qué el continente americano está inundado de sangre en
los albores del siglo XXI?”.
Para responder
esta pregunta, Grillo —amigo de InSight Crime y antiguo colaborador de nuestro
sitio web— tiene varias explicaciones. Entre ellas se encuentra el colapso de
las dictaduras militares y las fuerzas guerrilleras en la región, que dejaron
como resultado arsenales de armas y combatientes en busca de empleo. Además, en
las democracias emergentes de la región abundan la debilidad y la corrupción,
lo que ha impedido que se establezcan sistemas de justicia efectivos y que se
imponga el Estado de derecho.
Estas condiciones
fueron propicias para el surgimiento de los criminales, que de ser simples narcotraficantes
se convirtieron más tarde en un “extraño híbrido entre gerente del crimen,
estrella de rock criminal y general paramilitar”. Grillo intenta explicar estas
híbridas organizaciones criminales “siguiéndole el rastro a los nuevos campos
de batalla del continente americano”.
Para ello,
“Gangster Warlords” dedica cuatro extensos capítulos al estudio de casos
específicos que representan “diferentes estilos de personajes y organizaciones
de la región.” Estos son: el Comando Vermelho de Brasil, el Shower Posse de Jamaica, la Mara Salvatrucha (MS13) de Centroamérica y Los Caballeros
Templarios de México.
La intención de
los cuatro estudios de caso escogidos es demostrar que el surgimiento
simultáneo de las “milicias del crimen” en diferentes países “no es casualidad”
sino “una tendencia regional, un producto de circunstancias históricas”.
Sin embargo,
antes de adentrarse en los estudios de caso, Grillo hace referencia a un debate
pertinente: la discusión acerca de cómo entendemos los conflictos posteriores a
la Guerra Fría en Latinoamérica, y cuál debería ser la respuesta de los
gobiernos.
Es decir, las
“guerras del crimen” de la región no son guerras tradicionales o conflictos
armados declarados, sino más bien un “una mezcla de crimen y guerra.” Dentro de
“esta mezcla de crimen y guerra”, afirma Grillo, “los criminales armados a
menudo alcanzan sus objetivos de una manera más efectiva de lo que lo hacen las
grandes fuerzas gubernamentales”.
Grillo sostiene
que estas organizaciones criminales basan su poder en el control de ciertos
territorios y amenazan la naturaleza fundamental del Estado, “no tratando de
tomárselo por completo sino dominando algunas de sus partes y debilitándolas”.
En ciertas áreas, estos grupos criminales “se inmiscuyen en el monopolio
estatal de la violencia —o, más precisamente, en el monopolio de la guerra y la
administración de justicia”. Sin embargo, a diferencia de los grupos
insurgentes o terroristas, los criminales latinoamericanos están motivados
principalmente por incentivos económicos, no por objetivos políticos o
sociales.
Por lo tanto,
Grillo se interesa por entender “cómo estos criminales ejercen el poder, cómo
hacen la guerra y cómo operan como fuerzas políticas y combativas”, así como
los móviles de los “irracionales niveles de violencia” y la manera cómo podrían
detenerse.
La búsqueda de
respuestas a estas preguntas lleva a Grillo a un interesante viaje por algunas
de las zonas más peligrosas de Latinoamérica. Excelente escritor y narrador,
Grillo combina a la perfección fascinantes entrevistas con delincuentes,
policías y otros actores de la región con conceptos teóricos y contextos
históricos.
El resultado es
una discusión interesante y llena de matices sobre múltiples aspectos,
organizaciones y personas relacionadas con el auge de la criminalidad en
Latinoamérica.
Desde las favelas
brasileñas, pasando por las guarniciones jamaiquinas, hasta sus reportajes
sobre el terreno durante el apogeo del movimiento paramilitar en Michoacán, México, Grillo habla con influyentes y
experimentados actores criminales de la región.
Se trata de personas —como los miembros iniciales de Comando Vermelho en Brasil y los socios del conocido criminal
jamaiquino Michael Christopher “Dudus” Coke— que fueron testigos de primera
mano de la evolución del crimen en sus respectivas comunidades. Sus aportes son
de un gran valor para el análisis de Grillo, y le permiten al lector entender
las perspectivas de los actores criminales regionales y las razones o
autojustificaciones de sus conductas.
En los estudios
de caso de las organizaciones criminales seleccionadas, Grillo identifica
varios paralelos en la manera como operan los grupos criminales
latinoamericanos.
Básicamente,
Grillo sostiene que a estos diversos grupos los unen sus intentos de controlar
territorios y emprender este nuevo tipo de conflicto. Como resultado, para
Grillo resulta más adecuado considerar a los hombres armados de la región más
como milicias que como meros pandilleros.
Grillo introduce
entonces el concepto de “caudillo criminal” (“gangster warlord”), término que
considera mejor para explicar los híbridos líderes criminales de la región,
como “Dudus” Coke de Jamaica o Heriberto Lazcano de Los Zetas. Es decir, aunque estos hombres son
criminales que dirigen bandas, son más que simples narcotraficantes, al mando
de las milicias que gobiernan sus feudos, “protegen las fronteras de sus
dominios, asesinan a los enemigos armados que entran a su territorio, cobran
‘vacunas”, realizan juicios, respaldan a los políticos y realizan trabajos
sociales”. Estos caudillos criminales, sin embargo, controlan ciertos aspectos
de su país, y le dejan al gobierno la provisión de electricidad y otros
servicios.
Grillo sostiene
que, para poder detener las actividades de los caudillos criminales de
Latinoamérica, los gobiernos deben entender realmente cuál es el problema,
aunque puede resultar doloroso admitir que los criminales desafían al Estado y
su monopolio sobre la violencia. Por eso, Grillo termina su libro haciendo
recomendaciones con respecto a tres áreas donde los gobiernos deberían tratar
de mejorar sus acciones: reforma a la política de drogas, construcción de
sistemas de justicia y transformación de los guetos. Si bien estas
recomendaciones no son novedosas, son conclusiones pragmáticas y razonables
derivadas de años de trabajo de Grillo en Latinoamérica y le aportan a
“Gangster Warlords” la necesaria nota de optimismo con respecto al futuro.
En general,
“Gangster Warlords” es una excelente obra que presenta una mirada macro sobre
las tendencias políticas y socioeconómicas, y que a la vez incluye condiciones locales,
para proporcionar una imagen completa de la oleada criminal en Latinoamérica
después de la Guerra Fría. Quienes pretendan tener una mejor comprensión de las
condiciones que permitieron el surgimiento de los grupos criminales en
Latinoamérica, y sobre la manera de entender y responder a los “caudillos
criminales” y a las milicias criminales de la región, descubrirán que esta obra
es un recurso muy valioso.
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De INSIGHT CRIME,
25/02/2016
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