ANTONIO GÓMEZ
Cediendo a la
fascinación que parecen provocar en los documentalistas los proyectos
inconclusos o fracasados, los textos incompletos, los restos, el director
haitiano Raoul Peck construye I Am Not Your Negro a partir de las treinta y tantas páginas que
el escritor y activista neoyorquino James Baldwin (1924-1987) alcanzara a
producir de un libro que iba a recoger sus memorias en torno a tres de sus
amigos, los tres figuras centrales de la lucha por los derechos civiles de los
años cincuenta y sesenta del siglo pasado, los tres asesinados en un lapso de
cinco años: Medgar Evers (1925-1963), Malcolm X (1925-1965) y Martin Luther
King, Jr. (1929-1968). Estos fragmentos de lo que se titularía Remember
This House, en los que Baldwin trabajara por casi una década, no habían
visto la luz hasta el estreno de la película y la publicación de la
transcripción del guion en un pequeño libro que la acompaña.
Sin embargo, I
Am Not Your Negro no quiere, como la mayoría de los documentales
hechos en torno a proyectos que quedaron en amagues (entre otros notables
ejemplos recientes: Santiago, de João Moreira Salles, 2007, y Jodorowsky’s
Dune, de Frank Pavich, 2013), reconstruir la historia del texto,
hablar de las razones por las que el libro quedara inconcluso, rastrear y
exhibir su forma inacabada. Porque es claro que el proyecto inconcluso del que
prefiere ocuparse la película no es el de Baldwin, sino el de Evers, Malcolm X
y King. Así es como el texto de Baldwin, desde los años ochenta y en la voz de
Samuel L. Jackson, hace de bisagra entre el pasado de lucha contra la
segregación en el sur de los Estados Unidos y el presente de Black Lives Matter
en todo el país.
La superposición
de capas de tiempo materializadas en voces, en imágenes, hacen evidente que el
tiempo histórico es el eje sobre el que reflexiona la película. Pero el
esfuerzo por establecer una cronología se desdibuja irónicamente mediante, por
ejemplo, el uso del color: vemos que algunas imágenes de archivo de los sesenta
de repente, arbitrariamente, se colorean; se nos muestran, en cambio, en un
blanco y negro anacrónico los recientes enfrentamientos entre manifestantes y
policías en Ferguson, Missouri. El efecto final es el de sumergirnos en un
presente eterno que nos obliga a ser pesimistas, a pesar de la reflexión del
propio Baldwin en una de sus entrevistas para televisión: “No puedo ser
pesimista porque estoy vivo. (…) Estoy obligado a ser optimista”.
Peck, empleando a
Baldwin como un oráculo que nos habla desde la muerte, denuncia entonces la
parálisis del proceso de liberación racial estadounidense. Pero al convertirse,
aun en el contexto de la gran industria, en producto de un “cine nacional”,
atado a una historia nacional, que responde a un mercado nacional, e interviene
sobre una coyuntura nacional, I Am Not Your Negro funciona
también como una denuncia del provincianismo rampante que amenaza con cerrar
las fronteras permeables de la cultura norteamericana y convertirla también en
una cultura nacional.
I Am Not Your
Negro (Estados Unidos, 2016), dirección de Raoul Peck, 93 minutos.
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De OTRA PARTE, 09/03/2017
Imagen: Afiche del filme
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