Te desvaneces
como niebla de mediodía y no has hablado de ti lo suficiente. Has escabullido
el gran tema, bailas sobre el ring como un boxeador escurridizo, das informes
meteorológicos sin que nadie te lo pida, y no asestas ningún golpe, ni nadie
sabe cómo golpearte, porque en el fondo eres una sombra sin sujeto, un payaso
fantasmal sin repertorio, tienes el corazón en un lugar extravagante, la ética
en un cuarto de violines, la memoria encerrada en un búnker de plomo, te gusta
ver brasas encendidas avivadas por soplidos inexactos, chispas imprevisibles de
eucalipto seco y pezones erectos de lectora de noticias; te gustaría ser un
asceta, tener cornamentas de carnero y hasta morir así, morir simplemente, sin
masticar nubes, sentado sobre la roca más alta, donde nadie pueda disuadirte,
morir sin mirar abajo ni arriba, sólo al frente, o más bien hacia adentro, muy
adentro, donde no hay acceso a servicios de emergencia, donde no hay grifos ni
cascadas, sólo una memoria obstinada dentro de un búnker de plomo que se
incendia con su cuota de universo.
Fotografía: © Jorge Muzam
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De CUADERNOS DE
LA IRA (blog del autor), 14/03/2017
Muchas gracias, querido amigo. Un fuerte abrazo sanfabianino.
ReplyDeletePequeñas joyas, estas, querido Jorge. Pequeñas solo en la extensión. Gracias.
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