Thursday, May 25, 2017

En la fiesta de Caballero Bonald

JAVIER YUSTE

"Escribo una vez más la gran pregunta incontestable: ¿eso que se adivina más allá del último confín es aún la vida?". Recita Caballero Bonald en su intervención durante el homenaje que le ha dedicado la Residencia de Estudiantes bajo el título "¡Por Caballero Bonald! Con él, en la residencia". El poeta se muestra emocionado y agradecido ante un salón de actos repleto, no solo de lectores y admiradores, también de amigos (entre los que se encontraban Ana Belén, Víctor Manuel o el político Alfonso Guerra) y colegas. Desde el púlpito, con el sombrero bien calado para no dejar a la vista "unas lesiones cutáneas muy poco presentables", según sus propias palabras, Caballero Bonald lee el último párrafo de unos de sus libros y conmueve al público con su inconfundible dicción andaluza. No son versos porque, aunque la organización le sugirió la posibilidad de leer un poema inédito, afirma que ya no tiene, que no ha vuelto a escribir ninguno después de su último libro porque "la poesía es una visita inesperada, no se sabe cuándo llega ni cuándo se va, y todavía no ha llegado esa visita". Por eso lee un párrafo de uno de sus libros en el que se considera que él mismo está "muy bien expresado por su carácter testamentario". Antes de esto, el escritor da las gracias a todos los participantes, sobre todo a los poetas que han subido al estrado para leer un poema propio y otro del maestro: Clara Janés, Antonio Lucas, Aurora Luque, Carlos Pardo, José Luis Rey y Javier Rodríguez Marcos. "Que me hayan ofrecido su tiempo y su poesía me supone una satisfacción impagable. Ellos son realmente los que constituyen la máxima altura de la poesía española actual", asegura Caballero Bonald.


El acto arranca sin embargo por el final, por Examen de ingenios, el último escalón de la obra del poeta de Jerez de la Frontera, o al menos eso asegura él. Publicado recientemente por Seix Barral, se trata de una recopilación de cien perfiles de personalidades de la cultura en español con los que a lo largo de los años tuvo algún encuentro el autor. Un libro que, de Azorín a Juan Gelman, repasa las sucesivas generaciones literarias, la del 98, la del 27 y la del 50, así como a célebres artistas, bailaoras, actores, guitarristas… En la Residencia el encargado de presentar el libro es el académico Manuel Gutiérrez Aragón que, cómo todo el mundo, empezó a leer el libro directamente por el perfil de Camilo José Cela. "Aquí la tentación principal es ver como se retrata el retratista después de hacer los retratos", opina Gutiérrez Aragón. "Aunque Examen de ingenios rebosa ironía y mordacidad, tanta que tiene miedo de haberse pasado, también es cierto que hay mucha seriedad y un gran trabajo detrás. Son retratos implacables, pero también únicos e irrepetibles como somos todos los seres humanos. Todos los textos están hechos con una gran cercanía, pero una cierta distancia". Para el académico, se trata de una nueva entrega de memorias que demuestra que la literatura de Caballero Bonald ha ido creciendo con el tiempo.


Tras Gutiérrez Aragón desfilan los poetas por el escenario. Clara Janés primero leyó palabras de Bonald sobre temas importantes como la vida, la literatura ("una defensa sobre las ofensas de la vida"), la política o la cultura para seguidamente recitar su poema La casa de Mazandarán y Causus belli del jerezano. Antonio Lucas aseguró que Caballero Bonald "es uno de esos poetas cuyos poemas suelen durar más que las ciudades donde fueron escritos y cuyo sedimento irá haciendo poco a poco placas tectónicas hasta sumar montañas para nuevas generaciones". Por su parte, Aurora Luque afirmó que le había enseñado que "la literatura es una cuestión de lealtad, de tormentosa fidelidad a las palabras, de enamoramiento de las músicas difíciles del idioma, de ardiente respeto hacia los poetas solventes de los ayeres y del hoy, de erótica codicia hacia los que son los escondidos en las aulas infractoras de las gentes, de búsquedas siempre insaciadas".


Carlos Pardo recordó que leyó por primera vez al maestro con 17 años y que en sus versos encontró "la capacidad para que nombrar la realidad fuera también nombrar lo irracional, nombrar los sueños, las pesadillas y sobre todo acosar ese lugar de incertidumbre que es la propia conciencia". José Luis Rey habló en nombre de los poetas de Córdoba, donde Caballero Bonald es "muy leído y admirado" y, por último, Javier Rodríguez Marco agradeció con bastante gracia no haber sido uno de los retratados en Examen de ingenios. "En este libro yo he encontrado rastros de Pepe en los retratados", explica Rodríguez Marco. "De Bergamín dice que era insolente con los bienpensantes, cortés con los humildes e implacable con los dogmáticos y Caballero Bonald también es así".


Para acabar, José María Velázquez Gaztelu recordó que el flamenco siempre formó parte de la obra de Caballero Bonald y presentó un emocionante fin de fiesta con el cantaor David Lagos y el guitarrista Alfredo Lagos. 

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De EL CULTURAL, 23/05/2017


Imagen: José Manuel Caballero Bonald. Foto: José S. Gutiérrez

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