Monday, December 29, 2014

Biblioteca Puto Mutante

Pietro Salemme

He pensado mucho y finalmente creo que debo escribirlo para terminar de desordenar esta madeja de ideas. Tiene que ver con la Memoria. Tiene que ver con el Archivo. Tiene que ver con lo que se Conserva. Tiene que ver con el Olvido. 
Esta Biblioteca, mi biblioteca que decidí compartir al mundo en el 2009  nació conmigo. Y habla de mis manías, de mis motivos, de mis razones, de uno de mis caminos. Lo que uno quiere dejar. Lo que uno elige conservar para que otros no olviden. De eso se trata. Guardar un libro, un recorte, una foto que ni siquiera tiene que ver conmigo directamente para que un otro, mañana, pasado o quizá nunca sepa de eso. Quizá nunca, si. Hay cosas que no van a estar. Hay cosas por las que nadie va a preguntar. Hay cosas, libros, objetos, recuerdos, episodios. Y hay personas por las que nadie va a preguntar. 
En el principio era por mí. Por mi gusto y placer. Y por aprender. No tenía ni diez años cumplidos y ya hurgaba diarios y revistas en busca de un guiño que me hablara de la homosexualidad. Y si lo encontraba, lo recortaba y lo guardaba. Eran otros tiempos. Ahora, a pocos días de cumplir 39 años y desde hace ya muchos años, la información circula de otra manera. Luego, cuando fui creciendo, en mis largos recorridos por librerías gastando lo que lograba juntar compré libros que sabía nunca leería, pero la sensación era de tener que comprarlos para guardarlos como testimonio, como registro, como archivo. 
Nací en una casa donde había muy pocos libros. Hoy tengo más de 15.000 ejemplares distribuidos entre la Biblioteca y mi librería. 
Antes de decidir compartir mi Biblioteca, mi archivo circulaba entre conocidos; amigos de amigos de amigos de amigos que sabían que yo podría llegar a tener tal o cual cosa y generalmente la tenía. En esos préstamos perdí varias cosas. Y otros ganaron buenas notas en sus tesis. 
Durante décadas junté además VHS. Llegué a tener cerca de 4.000 Mas del 90% de esa colección fue donado a diversos lugares. He guardado algunas películas y cientos y cientos de horas de grabación de las que soy responsable. Mis videocaseteras tenían siempre un vhs virgen en su interior y el control estaba siempre a mano para grabar lo que considerara pertinente. Otros programas los grababa dejando programada la videocasetara. 
De algún modo se armó la biblioteca, la videoteca, la hemeroteca. Y también lo otro, ese plus que tiene este espacio de la Biblioteca del cual cada persona que la visita me habla. Algo que hace que cada uno que entra se conecte con algo de la Biblioteca pero a la vez con algo muy suyo. Esas cosas suceden por una sola razón: por amor. Y yo amo los libros. 
Muchas visitas me han hablado de otros archivos, porque casi todas las organizaciones LGTBI lo han tenido. Pero siempre fue descuidado, descuartizado ante peleas de egos y finalmente olvidado. Cuando en 2009 la Biblioteca llamó la atención de los medios y me hicieron notas, ciertos archivos comenzaron a hacer su puesta en valor. 
Lo cierto es que a mi propio rejunte de cosas, se le fueron sumando otras. Otras memorias: las de escritores, las de lectores, las de visitas que dejaban libros, revistas, o algo que sumara a la Biblioteca. 
Me siento responsable de todo aquello. Lo cuido. Lo conservo. Y trato de darle difusión. 
Y vale recordar tres palabras: 
-Autogestión (esta biblioteca se mantiene de dos bolsillos, no pide subsidios ni recibe los guiños de agrupaciones políticas que siempre quieren algo a cambio)
-Independiente (la biblioteca no pertenece a partido político alguno, ni agrupación, ni nada. Para ser más obvio, la Biblioteca soy yo)
-Gratuita (la biblioteca abre sus puertas de manera gratuita desde hace 9 años y cada vez que alguien la visita yo cedo mi tiempo de trabajo)
Memoria. Archivo. Olvido. De eso era que quería escribir. He guardado cosas pensando en una suerte de inconsciente colectivo. Lo peor es cuando se mete la nostalgia. Y está casi siempre. El archivo puede perderte, puede arruinarte, puede ser un laberinto. Mi labor en estos años fue desgastante. Y me fui dando cuenta que a fin de cuentas, la mayoría de las cosas están destinadas a ser olvidadas. Yo he ofrecido un espacio a muchos libros para que eso no suceda. Porque siempre pensé esta Biblioteca como una capsula de tiempo. Y espero que así sea. Porque uno no sabe qué sucederá cuando uno no esté. Aunque deje la tarea hecha. Si, pienso en la muerte. Siempre lo he hecho. Siempre he tenido conciencia de lo finito. Por eso en parte pude fundar esta Biblioteca. Pero este año, todo se ha transfigurado. 
Hace pocos meses, murió una de mis hermanas, con 45 años. Muerte súbita. Eso significa que no hubo un malestar, ni una internación, ni un aviso. Nada. Fue encontrarla sin vida. Así de absurda es la vida. Y eso también lo supe siempre. Todo es absurdo, ridículo, y dura un ratito. 
Mi vida estalló en mil pedazos. Cada día una esquirla perdida vuelve a rasgarme la carne y el alma. El pasado se volvió obsoleto. Y me empecé a hacer aún más preguntas. Muchos de los que leen esto habrán pasado por la situación de enfrentarse con las cosas de un ser querido fallecido. Yo me he encontrado con el mundo de mi hermana, que era su casa, sin ella. ¿Qué carajo se hace con todo eso? Entonces las cajas, las bolsas, lo que se tira. Aquello que hasta hace unos días era algo útil ya no tiene sentido alguno. Es algo así. 
Mi curiosidad hacia el pasado, hacia el archivo, ha cambiado. Ya no quiero todo lo que tengo. Ni pretendo conservarlo. Muchas cosas (salvo las donadas) he decidido sacarlas de la Biblioteca. Algunas tienen un estrecho lazo conmigo, pero también con ese inconsciente colectivo. Pero necesito sentirme más liviano. Y porque me he dado cuenta de que la Memoria es una palabra muy bastardeada, que queda muy bien en discursos políticos, pero llegado el momento nadie sabe nada, nadie recuerda nada. 
En estos años he intentado salvar y recuperar más de una biblioteca de escritor@s que, al morir, sus libros son tirados, o vendidos por miserias o por fortunas. En algunos casos lo he logrado. He invertido tiempo, dinero, energías...
No sé de qué manera pero la Biblioteca se irá transformando, porque como siempre digo es una extensión de mi cuerpo, de mi interior. Si cambio, ella cambia. 
Hace tiempo siento que este no es el país para esta Biblioteca. Que este país no se la merece. Por algo será que las Bibliotecas personales de muchos de nuestros grandes escritores están fuera del país. Mirá la de Pizarnik, por ejemplo. 
Este país es una ruina salvaje que gobernantes tras gobernantes han ido destruyendo. Elegiría quemar casa libro antes de dejarle uno solo al gobierno de turno. Sobretodo tratándose de gobiernos que como el que desde hace diez años padecemos. 
En tiempos de desmedida violencia, ya no puedo abrirle la puerta de la Biblioteca a cualquiera. Lo siento. Nos acostumbramos a fuerza de miedo y muertes a vivir llenos de candados y a mirar para todos lados al salir, al entrar, al andar. En diez años han logrado separar amigos, familias, vecinos. Han logrado enfrentar. Lo de "divide y reinarás" no es solo un dicho. Pensar diferente trae serias consecuencias. Y mientras el pueblo se pelea, ellos vacían las arcas. 
El activismo ha cambiado mucho en estos años. Se ha convertido en algo bien pago. Se ha amigado con los políticos de turno. Y ha elegido traicionar la propia historia marica en pos de un cheque gordo. En fin, que se han sometido al sistema. A mí los que organizan la Marcha del Orgullo no me representan. Al menos en su mayoría. Son los mismos que en más de una ocasión me bastardearon y luego pretendieron capitalizar mi trabajo de años en la Biblioteca. El poder parece que tiene eso, te hace sentir con derecho a maltratar. Esas no son maricas, esas son forras que le chupan el culo a los políticos que le ponen el plato de comida balanceada en la mesa cada día. Yo prefiero rascar el fondo de mis bolsillos antes de traicionarme. 
Yo no voy a someterme al sistema. Pero tampoco voy a seguir haciendo el tonto, regalando mi tiempo. 
Elijo a aquellos que han encontrado en la Biblioteca el su propio escarabajo dorado. Aquellos que buscan algo que en otros espacios no encontraban. Y han sido muchos. Y de los lugares mas recónditos. No me quedo con los tristes saqueadores de ideas, los pobres de entusiasmo que en cualquier lugar pueden encontrar la gloria con pensamientos o ideas ajenas. Pero lo individual prima, lo que uno es prima. Y esta Biblioteca me unió a muchos seres maravillosos. Y otros que ni siquiera han aprendido a dar las gracias. Y no es que las busque, pero vale para resaltar un mal de este último gobierno. Han comprado la incertidumbre, la falta de trabajo, la carencia con planes sociales. Los dan tirado a la marchanta. Y ahora muchos creen que todo debe ser dado, que no es necesario siquiera dar gracias. Allá ellos. Pobre de ellos que creyeron. 
Esta Biblioteca no es Argentina. Aunque aquí esté emplazada. Aunque yo haya nacido aquí. esta Biblioteca Lésbica, Gay, Trans, Travesti, Bisexual, Intersex, Queer también es Hétero. Y a la vez nada de ello. La etiqueta solo me fue necesaria para que los demás pudieran encontrar este espacio. Para que pudieran saber que hay un espacio con cierto tipo de material. Yo no creo en las etiquetas. No las necesito. No necesito que me ordenen el mundo, ni que me digan qué corresponde a cada etiqueta. Las etiquetas cuentan generalidades y reprimen las particularidades. Las travestis ahora son trans, y así de un plumazo fue borrada toda una Historia. Por conveniencia, porque "lo trans" se acomoda al sistema, y "lo travesti" incomoda al sistema. 
Mientras yo respire, la Biblioteca será un espacio para much@s. Luego no lo sé. Pero lo voy pensando. Asi que si necesitas algo, no lo dudes, me escribís: bibliotecalgttb@gmail.com

Pietro


De BIBLIOTECA LGTTB, 28/12/2014 

Las matanzas de anarquistas en la Revolución Rusa

 Juan Manuel Ferrario


Alguna vez un luchador social latinoamericano, afirmó que para comprender el siglo XX era preciso analizar con detenimiento la Revolución Rusa, la Revolución Mexicana y la Revolución Libertaria en España.
En efecto estos tres procesos brindan muchas claves para desentrañar el trágico devenir de las clases y sectores oprimidos y explotados. Además es preciso esclarecer el papel que en cada una de esas luchas cumplieron los distintos protagonistas.
De la Revolución Rusa se han brindado diversos testimonios, los bolcheviques se ocuparon y se ocupan de contar una historia oficial que escatima datos fundamentales, por ejemplo los antecedentes de los primeros soviets o consejos obreros y populares de 1905. Lenin, Trotsky y Stalin, troika principal de quienes toman el poder en Rusia a partir de octubre de 1917, aparecen como los adalides del proletariado, cuando en realidad fueron quienes forjaron los mecanismos de un siniestro capitalismo de Estado que oprimió, explotó a millones de personas. Los señalamientos de Mijail Bakunin a Kart Marx, acerca de la militarización de la sociedad que implicaría la supervivencia de la maquinaria estatal luego de una revolución socialista, se han cumplido puntualmente. El aniquilamiento de los soviets del Báltico (Kronstadt 1921) y de la guerrilla maknovista, demuestran la irracional megalomanía que inspiró desde el vamos a los burócratas bolcheviques.
Años después, en España persiguieron a quienes impulsaban la autogestión de campos, fábricas y talleres, asesinaron a luchadores sociales como Camillo Berneri (Mayo 1937), prefirieron el triunfo del fascismo a la instauración de una sociedad comunista libertaria, con federalismo, justicia social y libertad. Entre otros, Piotr Kropotkin y Emma Goldman señalaron tempranamente el error de centralizar el poder, de no eliminar los mecanismos de la burocracia. Ironías del destino cuando el entonces máximo líder de la URSS, Mijail Gorbachov, lanzó la Glasnost y la Perestroika lo hizo desde un edificio ubicado en la avenida Kropotkin, el dirigente del PCUS, reconocía en cierto modo las críticas manifestadas por el luchador ácrata más de sesenta años antes.
Vivimos en un mundo cruel, en el que el capitalismo no para de aniquilar vidas, de afiatar mecanismos de explotación y barbarie, en muchos casos como China de la mano de partidos que autodenominan comunistas. La verdadera historia la escriben los pueblos con su sacrificio, sus dolores y su coraje. Estas páginas nos hablan de una porción de la historia que pretendieron borrar, nuestro desafío es rescatarla del olvido, porque las injusticias de ayer persisten y el camino a transitar requiere de la memoria y el reconocimiento para con aquellas mujeres y hombres que hicieron de la solidaridad una bandera digna y refulgente. Bandera que empuñamos con coraje y alegría en la lucha por la emancipación integral de los individuos y los pueblos. Por una sociedad sin explotadores ni explotados, sin opresores ni oprimidos. Carlos A. Solero Rosario, verano de 2005
Introducción.
Una de las causas por las cuales elegí tomar estos temas es porque son cuestiones casi desconocidas de la revolución rusa, que fueron tapadas o tergiversadas por los historiadores de derecha y de izquierda. Por lo que sólo en bibliografía de historiadores anarquistas pude obtener datos y un desarrollo importante de estas problemáticas como así también fue posible la lectura de fuentes directas. En el caso de historiadores profesionales como Hewllett Carr, los sucesos de Kronstadt y el machnovismo solo son nombrados superficialmente y no hay un análisis detenido de estas cuestiones específicamente. En cuanto a la historiografía marxista y bolchevique, utilizo un folleto de S. Chernomordik, titulado "Majno y el movimiento majnovista", que da la visión bolchevique sobre lo ocurrido en Ucrania.Cabe destacar que no hay mucha bibliografía marxista sobre estos temas. Existe un escrito de León Trotsky en inglés titulado "Hue and cry over Kronstadt", y editado en 1938, que es su justificación respecto a Kronstadt, pero no pude utilizarlo al no existir edición en castellano del mismo. En cambio tomo su obra "Terrorismo y comunismo", donde no se detiene en lo sucedido en Kronstadt pero al menos hace alusión a eso. La opinión de Lenin y Trotsky al respecto puede verse también en notas de ellos aparecidas en el diario ruso "Pravda", transcriptas por Paul Avrich. Hay que recordar que cuando la mayoría de las obras sobre estas temáticas fueron escritas, aun existía la Unión Soviética como tal, y los archivos secretos aún no habían sido analizados.
Explicado todo esto paso a señalar que siempre me interesaron las revoluciones, pero en todas veía una constante: las revoluciones empezaban con gestos de un heroísmo y unos ideales inmensos, pero a la corta o a la larga, toda revolución se degeneraba, y con el paso del tiempo sus ideales originales se perdían. Sólo quedaba una parodia de revolución. Esto puede observarse en la revolución rusa, en la cubana, en Nicaragua, en China o cualquier otra revolución. Esto dará lugar a nuestra hipótesis respecto a si Estado y Revolución son compatibles. Si se puede llegar al socialismo a través del Estado o si en realidad nos alejamos de aquel al acercarnos a éste. Pero esto lo analizaremos luego y será desarrollado y justificado a lo largo del texto.
Objetivos.
-Rescatar dos hechos casi olvidados de la Revolución Rusa como son el levantamiento de Kronstadt y el surgimiento y la aniquilación del movimiento machnovista.
-Buscar y señalar las diferencias que había entre bolcheviques y anarquistas, y ver los proyectos que estos últimos tenían en Rusia.
-Demostrar con este análisis que el carácter de "utópicos" y de "soñadores idealistas" del que se acusa a los anarquistas es una ficción. Tanto en Ucrania como en Kronstadt se practicó el anarquismo y se lo llevó hasta las últimas consecuencias.
-Empezar a ver si los gérmenes del stalinismo no estaban ya aquí presentes con las masacres cometidas en la represión, si no es una consecuencia directa ver hasta dónde se parecen el primer bolchevismo durante el "comunismo de guerra" y el stalinismo.
-Generar más preguntas que respuestas respecto al surgimiento y la finalización de la Revolución Rusa, desnaturalizando las ideas y los discursos oficiales que hay sobre la misma.
-Separar la idea de Estado y la de Revolución, demostrando que se trata de dos cosas distintas y opuestas.
- Demostrar la naturaleza autoritaria, genocida y centralizadora del bolchevismo, no con fines apologéticos sino basándome en hechos concretos como pueden ser las enormes cifras de obreros y campesinos ejecutados en nombre del "gobierno revolucionario de obreros y campesinos" o encerrados en campos de concentración, no con Stalin, sino antes, entre 1920 y 1921, con Lenin en el poder, y condenados a morir de hambre o pestes.
-Señalar que es erróneo el concepto de un Lenin "bueno" rodeado de un entorno "malo", como era errónea la idea de un zar "bueno" rodeado de cortesanos "malos", ya que el mismo Lenin fue quien integró a Stalin en el comité central del Partido Comunista, y fue Lenin, poco antes de su muerte, quien lo nombra a Stalin, como Secretario General del Partido Comunista.
Los anarquistas en la Revolución Rusa.
Los sucesos más importantes en los que participaron los anarquistas rusos fueron dos: por un lado en la conformación del movimiento machnovista que se extendió por toda Ucrania entre 1918 y 1921 y cuyo nombre se debe a su líder guerrillero, Néstor Machno; por otra parte están los "sucesos de Kronstadt", ciudad rusa en la que los bolcheviques, ya en el poder, asesinaron a miles de marineros que se levantaban en huelga al ver los primeros indicios de la conformación de la burocracia roja, y de la distorsión de los objetivos principales de la Revolución Rusa.
En Ucrania, durante 3 años enteros se practicó la anarquía con la expropiación de tierras, se crearon las escuelas libertarias siguiendo el modelo del pedagogo español y anarquista Francisco Ferrer, fusilado en España en 1909, cuyo proyecto de educación era el de las escuelas laicas con formación naturalista y racional. Al mismo tiempo se da la eliminación del dinero, la consolidación del soviet de Gulái-Polé, la destrucción de cárceles y la liberación de todos los presos. También se crean en Ucrania cientos de comunidades agrícolas socializadas, la más conocida de ellas fue la comunidad "Rosa Luxemburgo", incendiada por los bolcheviques tras vencer a los machnovistas. Finalmente se da la conformación de todo un ejército no regular de guerrilleros campesinos, que rotaban sus puestos para no generar burocracias. El anarquismo en Ucrania no fue una utopía, tres cuartas partes de esta región fueron revolucionadas por el machnovismo hasta que llegó la represión bolchevique.
Hay que destacar que, hasta en los peores momentos, los machnovistas nunca utilizaron las requisas de grano obligatorias sobre los campesinos para alimentar al ejército. El proyecto internacionalista y clasista del machnovismo se diferencia de los nacionalistas ucranianos de origen burgués que sólo buscaban la independencia de Ucrania respecto a Rusia y respecto a la ocupación alemana tras el tratado de Brest-Litovsk, que además eran acérrimos antisemitas, habiendo matado a 100.000 judíos. Los nacionalistas estaban bajo el liderazgo de Petliura, posteriormente asesinado por el anarquista Schulin, en un atentado cometido en 1926, como forma de vengar a los judíos asesinados.
Los machnovistas y anarquistas en general, a diferencia de los bolcheviques, luchaban por las comunas federadas y los soviets descentralizados, con administraciones locales. Los anarquistas no querían dirigir la revolución sino acompañarla. Mientras los marxistas hablan de revolución política, los anarquistas hablan mas bien de una revolución social. No quieren que cambie un gobierno por otro, sino eliminar de la faz de la tierra a todo principio de autoridad, ya se trate de una monarquía, de una república más o menos democrática o de cualquier tipo de dictadura, así se la haga en nombre del proletariado. Los anarquistas no creen que se llegue al socialismo, si el poder mismo esta centralizado, y no socializado. Para el anarquista su fin, son los medios mismos. Por eso no creen en la toma del poder. Para el marxista estatista, el fin (el socialismo) justifica los medios (dictadura del proletariado, centralismo político, persecuciones indiscriminadas). Por último, los anarquistas creen en la revolución hecha por las masas, no en las vanguardias dirigentes como creen los bolcheviques.
Para justificar nuestra hipótesis a desarrollar más adelante, podríamos tomar el libro "El estado y la Revolución", de Lenin, y el ensayo con el mismo nombre, de Luiggi Fabbri, también hay una obra de Rudolf Rocker, llamada "Bolchevismo y anarquismo" y otra del mismo Fabbri, titulada "Dictadura y Revolución". Todas estas obras analizan la relación del Estado con la revolución y servirían para demostrar lo afirmado en nuestra hipótesis o comprobar lo contrario. Lo mismo se puede decir de Kronstadt, allí toda una ciudad se levantó contra el bolchevismo que ya era hegemónico, pese a las amenazas de represión la población se levantó en armas y fue hasta las últimas consecuencias. Estamos hablando de una ciudad cuya mitad de la población fue diezmada. Paul Avrich compara a la comuna de Kronstadt con la Comuna de París de 1871. En Kronstadt la población no hizo mas que seguir el slogan de Lenin de "todo el poder a los soviet" ("y no a los partidos", le agregarán los marinos), slogan luego abandonado por el dirigente bolchevique. Los rebeldes de esta ciudad se opusieron a lo que ellos llamaron la "comisariocracia", crearon el Comité Revolucionario Provisorio exigiendo elecciones libres, al no sentirse representados por los enviados bolcheviques, encarcelando a su vez al general bolchevique Kuzmin y enfrentándose a los bombardeos aéreos de los bolcheviques. Los marinos y obreros de la ciudad crearon una comuna libre que duró 16 días.
El movimiento machnovista.

En lo que respecta al movimiento machnovista, podemos afirmar que este surge en 1918, cuando los bolcheviques firman el Tratado de Brest-Litovsk , de paz con Alemania. Rusia venía de la Primera Guerra Mundial y junto con la derrota de la guerra ruso-japonesa, el imperio zarista se había debilitado como nunca, lo cual dio lugar a gran descontento en la población y a ser una de las causas de la cercana revolución que ya asomaba.
Ucrania había dejado de ser una nación independiente cuando el imperio zarista se adueñó de ella, pero gran parte de su población nunca había dejado de sentir el deseo de libertad y autonomía. Ucrania era una zona marginal del imperio, y era refugio tradicional de bandoleros y rebeldes, era una zona de frontera. (1)La importancia del Tratado de Brest-Litovsk reside en que, al retirarse los rusos de la guerra, Ucrania queda muy indefensa, lo que da lugar a que los austro-alemanes invadan toda esta zona y pongan en el cargo de "Hetman" a Skoropadsky, una autoridad al servicio del invasor. La respuesta a la ocupación alemana no se hizo esperar, hay grandes revueltas de campesinos en Ucrania, y hacia fines de 1918 nace el ejército machnovista en el poblado de Gulái-Polé, tierra natal de Néstor Machno, este ejército derrocará al "hetman" y la zona se declara liberada.
Machno había nacido en 1889, hacia 1909 se relaciona con los grupos anarquistas de Rusia y pronto la policía zarista lo mete preso por agitador y atentador anarquista. En 1917, en plena Revolución Rusa, los campesinos que ya adoraban a la figura de Machno por su coraje, asaltan las cárceles y liberan a muchos presos políticos, entre ellos el mismo Machno. (2)Una vez iniciada la guerra civil, entre 1918 y 1921 los machnovistas se enfrentan con varios enemigos. Una vez derrocado Skoropadsky, los machnovistas se defienden de los ataques de los militares zaristas Deñikin y luego Wrangel, que intentan restablecer la monarquía. Ambos líderes zaristas serán derrocados por la precaria guerrilla de Machno que ataca y huye, haciéndose de armas robadas al enemigo.
Luego aparecerá en escena Petliura, líder de la burguesía nacionalista ucraniana, un hombre de derecha y separatista que pretende darle a las revueltas ucranianas un carácter nacional, pero pronto se enfrentará con los anarquistas seguidores de Machno, que ven que el problema no es ser ruso o ucraniano sino ser proletario o burgués. Antes que los anarquistas triunfen Petliura prefiere entregarlos a los militares zaristas, por lo que Machno y su hombres deberán enfrentarse a Deñikin, Wrangel y luego Petliura.
Entre 1919 y 1920 los bolcheviques, que ya empiezan a ser hegemónicos, empiezan a ver el "peligro" de un ejército horizontalista y anárquico que no se suma a sus filas rojas. Van a existir varios intentos de cooptar a los machnovistas, o en caso contrario eliminarlos. León Trotsky dirá en 1918 que "la guerra civil inevitablemente alimenta tendencias anarquistas en los movimientos de las masas trabajadoras...Psicológicamente una revolución significa el despertar en la masa campesina de la personalidad humana. Las formas anarquistas de este despertar fueron la inevitable consecuencia de la opresión existida. Llegar a la creación de un nuevo orden, basado en el control de los trabajadores mismos sobre la industria, es posible solamente por medio de la INTERNA eliminación persistente de las tendencias anarquistas de la revolución." (3)Radek, otro líder bolchevique, dirá en 1918: "Cuando no hay un poder proletario central, cada individuo se siente libre de obrar a su antojo. Recién cuando se organiza un gobierno central de obreros y campesinos- que fue hecho por los bolcheviques- se da fin a las tendencias anarquistas en la clase obrera. Solamente un gobierno...que hace todo lo posible para aumentar la producción, tiene el derecho moral de perseguir sin piedad las tendencias anarquistas en las masas del pueblo."(4)
No quedan muchas dudas del desprecio de los dirigentes bolcheviques hacia el campesino (hay que recordar que el movimiento machnovista es fundamentalmente un movimiento campesino) y de su desprecio hacia los anarquistas en general.Hay dos tratados de no agresión firmados entre machnovistas y bolcheviques, ambos violados por estos últimos. En esos tratados se había firmado, entre otras cosas, el cese de las persecuciones a los anarquistas de toda Rusia, y la liberación de los anarquistas detenidos y apresados por los bolcheviques, como así también la libertad de decisión militar de los machnovistas de pelear en los frentes que ellos consideraban necesarios. Nada de esto se cumplió por los bolcheviques, ya que al poco tiempo comienzan a presionar a Machno para mandarlo a pelear en la zona de frontera con Polonia, lejos de Ucrania. Machno se niega, y pronto el "héroe expulsor de Deñikin", según voces bolcheviques en vísperas de la firma de ambos tratados, se convierte de pronto en un "bandido al servicio de los generales blancos", al desobedecer. A lo largo de la guerra entre ambas tendencias 200.000 machnovistas serán arrestados y otros 220.000 ejecutados por los bolcheviques. (5)
Sobre este tema nos cuenta Volin..."Días antes de la victoria decisiva sobre Wrangel,  cuando su derrota no dejaba lugar a dudas, la estación central de emisiones radiofónicas de Moscú prescribió a todas las estaciones del interior interrumpir sus recepciones, a causa de un telegrama urgente y absolutamente secreto de Lenin, que debía ser exclusivamente captado pos las dos estaciones centrales: la de Járkov y la de Crimea. Un simpatizante libertario en servicio en una estación del interior no cumplió la orden y captó el siguiente telegrama: "Establecer efectivos anarquistas Ucrania particularmente región machnovista. Lenin. "Algunos días más tarde se cursó, en las mismas condiciones, este otro: "Vigilar activamente todos anarquistas. Preparar documentos, si posible de carácter criminal para poder someterlos a acusación. Mantener en secreto orden y documentos. Distribuir instrucciones necesarias. Lenin. "Y a los pocos días se lanzó el tercero y último telegrama: "Arrestar a todos los anarquistas e incriminarlos. Lenin". (6)
En 1919, los seguidores de Lenin y Trotsky atacan Gulái-Polé con el fin de atrapar o matar a Machno, pero como a este no lo encuentran, ejecutan a uno de sus hermanos. Pronto las diferencias entre marxistas y anarquistas se agigantan. (7)Al mismo tiempo se da otro hecho, Pedro Kropotkin, geógrafo y biólogo de gran renombre en los ámbitos científicos, y uno de los teóricos anarquistas más reconocidos del mundo, sufrirá un allanamiento en su domicilio. Los bolcheviques lo detienen y lo encierran en una quinta en el campo de Dimitrov, para mantenerlo lejos de Moscú. Así le pagó Lenin a Kropotkin todo lo que éste había hecho por él cuando en 1905 usó todas su influencias para sacarlo a Lenin de la cárcel, cuando aún reinaba el zar. (8)
Por otra parte, mientras el ejército bolchevique tenía un sistema de leva obligatoria, los machnovistas se sumaban al ejército voluntariamente, por lo cual, si bien eran miles, eran menos que los bolcheviques. La falta de armas y alimentos fue otro gran problema para los anarquistas, ya que por su ideología no contaban con el poder centralizador del Estado ni la requisa de granos hacia los campesinos. El machnovismo se va muriendo al tener que pelear en varios frentes. Muchas veces, tropas bolcheviques mandadas a reprimir a los anarquistas, terminaban sumándose a estos viendo traicionada la revolución por parte de los líderes rojos. Por este motivo, Lenin enviará mercenarios chinos y letones a reprimir a Ucrania. Por otra parte, el ejército rojo conservaba todo el autoritarismo y la disciplina del ejército zarista, ya que muchos de sus nuevos comisarios eran antiguos criminales, oficiales del zarismo. En reiteradas oportunidades los bolcheviques usaron a los machnovistas para los frentes mas peligrosos, para que se debilitaran y así poder ser dominados. Los distintos tratados violados por los bolcheviques, demostraban cuáles eran sus intenciones y cuál su idea de revolución. La revolución sería liderada por Lenin y el partido bolchevique o no sería revolución. (9)
Hacia 1921 el ejército machnovista es solo un fantasma, logran escapar con Machno solo 100 jinetes, sobrevivientes de aquél ejército. Machno tenía 9 heridas en el cuerpo, una de ellas era un balazo en el cuello que le salió por la mandíbula. La represión bolchevique había sido enorme. Cientos de campesinos y obreros "sospechosos" y "simpatizantes" de los machnovistas, fueron ejecutados por los nuevos "representantes de la clase trabajadora". Varias aldeas son incendiadas y muchas campesinas violadas por los soldados bolcheviques. (10)Mientras tanto, la prensa bolchevique, por su parte, si bien casi nunca nombraba lo ocurrido en Ucrania, cuando lo hacía simplemente decía que se trataba de un "ejército de bandidos degenerados y violadores". (11)
Otra acusación bolchevique hacia los machnovistas era la de señalarlos como agentes zaristas o al servicio de los generales blancos dispersos por Ucrania, argumento erróneo ya que los machnovistas expulsaron de Ucrania a generales zaristas como Deñikin o Wrangel. Por otra parte los bolcheviques, en su prensa, decían que los machnovistas eran grupos nacionalistas que peleaban por la independencia de Ucrania. (12). Si recordamos cuál fue la relación de los machnovistas con Petliura, líder nacionalista ucraniano, luego ajusticiado por el anarquista Schulim, por haber matado a mas de 100.000 judíos, y tenemos en cuenta el internacionalismo obrero de los anarquistas, el argumento bolchevique se cae por su propio peso. Tampoco sirve el argumento bolchevique que decía que los machnovistas eran ricos terratenientes, ya que el machnovismo era un movimiento profundamente campesino y sus integrantes venían de los sectores más humildes.
Finalmente, Machno logra escapar hacia Rumania, y luego termina sus días en París, Francia, donde morirá en 1935, muy pobre y enfermo, con la ayuda de otros refugiados. Tiempo antes de morir Machno conoció allí a Buenaventura Durruti, el emblemático anarquista español que estaba por esos días exiliado en Francia. (13)
Los sucesos de Kronstadt.
Kronstadt es una fortaleza militar construida en el siglo XVIII, y está ubicada en la isla Kotlin, al norte de Rusia, sobre el mar Báltico, muy cerca de Finlandia. Para el momento analizado, esta ciudad puerto tenía 50.000 habitantes. Su importancia como ciudad radica en que tanto en la época zarista como luego con los bolcheviques, Kronstadt será la base principal de la flota rusa.
Los marinos, al viajar conocían otros regímenes y traían muchas ideas de otras partes de Europa.El carácter revolucionario de esta ciudad es histórico. Había sido una de las primeras localidades en plegarse a la revolución de 1905. Luego en 1906 hubo una revuelta enorme sofocada por el zarismo. Sucedió algo parecido en 1910, y en 1917 Kronstadt se convirtió en "la gloria de la revolución" según Trotsky. (14) En vísperas de la revolución de octubre, 16.000 marinos de Kronstadt entran a esta ciudad con banderas rojinegras. Pero hacia 1921, sus habitantes, defensores siempre de la revolución, empiezan a padecer los abusos de las tropas bolcheviques. La ciudad no tiene autonomía sino que su soviet local empieza a ser boicoteado permanentemente por miembros bolcheviques para acatar órdenes de Moscú. El descontento va en aumento y durante todo febrero y marzo se produce la insurrección. Quienes la encabezan son los marineros de Kronstadt. Exigen soviets libres, participación popular de sus habitantes y no de dirigentes bolcheviques de la capital, y además se suman a las enormes huelgas que por entonces sacuden a Petrogrado.
Cansados de requisas, abusos de todo tipo y órdenes de oficiales rojos ex zaristas, los marinos se levantan. Toda la ciudad los apoya. Los pocos enviados bolcheviques son expulsados pero muchos comunistas leales al socialismo se van del partido y se quedan con los marinos. Aquí "la gloria de la revolución" se convierte para Trotsky en "la canalla contrarrevolucionaria". Lenin declara el estado de sitio y el 7 de marzo, a las 18:45, empiezan los bombardeos terrestres y aéreos sobre la ciudad. Como muchos de sus enviados huyen y se suman a los rebeldes, Lenin deberá enviar tropas de mercenarios chinos y bashkires para reprimir. Con los bombardeos 7000 niños y mujeres son asesinados por los bolcheviques. La mayor cantidad de muertos se da el 16 de marzo, dos días después cae Kronstadt. Habían muerto 14.000 marineros sublevados. De una ciudad de 50.000 habitantes los bolcheviques asesinaron a 21.000, sin contar a los sobrevivientes apresados, que fueron enviados a un campo de concentración en el desierto de Turquestán, donde murieron de hambre. Sólo unos pocos marinos lograron escapar hacia Finlandia, y otros como Alejandro Berkmann y Emma Goldman serán expulsados hacia Estados Unidos. (15)
Los bolcheviques colocaron luego al general Dybenko, quien había liderado los bombardeos, como dictador local de Kronstadt. Él se encargaría de que nunca mas alguien tenga la osadía de sublevarse. Y así Trotsky pudo jactarse: "¡Al fin el poder soviético barre de Rusia, con escoba de hierro, al anarquismo!". La revolución había muerto. (16) Las explicaciones bolcheviques respecto a lo ocurrido en Kronstadt serán muchas y hasta contradictorias. Primero dirán que se trataba de un levantamiento de exiliados zaristas comandado desde París. Luego dirán que se trataba de un levantamiento de exiliados, pero comandado desde Finlandia, donde quedaban aún muchos refugiados. Por esos días Finlandia había firmado un tratado de paz con Rusia, por lo que el gobierno finlandés se encargó muy bien de que los exiliados rusos en Finlandia no molestaran ni perjudicaran dicho pacto. (17)Después vendrán otro argumentos, también injustificados. Se dirá que los marinos de Kronstadt tendrán apoyo del exterior, de potencias como Inglaterra o Francia. Si bien la derecha de varios países quiso aprovechar el levantamiento de los marinos para restaurar el zarismo y quisieron ayudar económicamente a los marineros, estos rechazaron dicha ayuda, a pesar de que estaban bloqueados y sin víveres.
Lo de Kronstadt no será un levantamiento organizado como decían los bolcheviques, ya que el levantamiento se produjo días antes del primer deshielo, y de haber esperado a levantarse durante el mismo, la represión bolchevique se hubiera complicado muchísimo ya que al tratarse de una isla, lo único que la conectaba con el continente era ese inmenso bloque de hielo, que al estar en deshielo hacía imposible el paso de la infantería roja para reprimir. No se esperó a dicho momento porque lo de Kronstadt fue algo espontáneo, no algo organizado. De esta manera los bolcheviques pudieron reprimir, y por eso no hubo negociaciones entre ambos sectores. Trotsky veía llegar ese deshielo, y ante la duda decidió no demorar las cosas. Si lo de Kronstadt se expandía la "revolución", como la entendía Trotsky, corría peligro. En el Décimo Congreso del Partido Comunista, llevado a cabo el 8 de marzo de 1921, Lenin dirá: "por detrás de la revuelta asoma la figura familiar de la guardia blanca. Está perfectamente claro que esto es obra de los socialistas revolucionarios y de los Guardias Blancos emigrados." Esto es absurdo ya que entre 1918 y 1920, 40.000 marineros de Kronstadt se habían enfrentado a los generales blancos poniendo siempre la vida para defender la revolución. El día 15 de marzo, continuaba el Décimo Congreso del Partido Comunista, y así, 7 días después de su primera acusación hacia los marineros, Lenin dirá que "en Kronstadt ellos no quieren a los guardias blancos, y tampoco quieren nuestro poder", refiriéndose a los marinos, pero no hizo nada por impedir la matanza que en ese mismo momento, mientras él se retractaba, se estaba llevando a cabo en la isla. (18) Tampoco se trataba de un levantamiento de ucranianos infiltrados en la flota de Kronstadt, ya que si bien había ucranianos en sus filas, también los había letones, estonios y finlandeses, pero el grueso de la flota de Kronstadt era de origen ruso, muchos eran de Moscú y de Petrogrado, donde se multiplicaban las revueltas contra el régimen bolchevique, y más allá de las naciones de origen, del primero al último marinero apoyaron el levantamiento porque lo consideraban una defensa frente a lo que ellos entendían, con mucha razón a mi entender, como la amenaza de muerte a la revolución por parte de la burocracia roja y la estatización de los soviets.
Los marineros de Kronstadt hablaban de su levantamiento como señalando el inicio de la "Tercera Revolución". En el caso de Kronstadt, la prensa bolchevique también usará el argumento utilizado en Ucrania, diciendo que los revoltosos eran ricos terratenientes. La falsedad de este argumento puede verse al observar el origen campesino de Petrichenko y de los demás marineros, quienes al momento de la sublevación tenían a sus familias muertas de hambre en el campo, a causa de las requisas de grano llevadas a cabo por el gobierno bolchevique.
Relación entre el movimiento machnovista y los sucesos de Kronstadt.
Hay dos puntos exclusivamente políticos y geográficos de relación entre el machnovismo y lo sucedido en Kronstadt. En primer lugar, cuando finaliza el movimiento machnovista, en 1921, en ese mismo año comienzan los conflictos en Kronstadt. En segundo lugar, muchos (aunque no la mayoría) de los marinos de la flota de Kronstadt eran de origen ucraniano, por lo que lo vivido en Ucrania pudo haber influido a la hora de agitar los ánimos ya exaltados de la inconforme ciudad de Kronstadt. El mismo Petrichenko, figura más reconocida del levantamiento de esta ciudad, era ucraniano. (19)
Por otra parte, hay quienes afirman que el prófugo Néstor Machno, al ser expulsado de Ucrania, y en camino hacia su exilio hacia Polonia, y luego hacia Francia, pudo haberse contactado con los anarquistas que estaban en Kronstadt, deseando llevar al menos sus ideas hacia la ciudad de los marineros. (20)
También es sabido que tanto en toda la región de Ucrania como en la ciudad de los marineros, aunque mas en la primera que en la segunda, actuaron numerosos grupos anarquistas que fomentaron la rebelión abierta contra el régimen bolchevique. Pero no cabe aquí una hipótesis conspirativa ya que en ambas regiones las revueltas fueron espontáneas, y los anarquistas eran uno de los tantos sectores opositores a los bolcheviques.
Otra similitud entre ambos procesos es que en las dos regiones Lenin mandó guardias rojos a reprimir, pero también mercenarios extranjeros (en el caso de Ucrania se envían mercenarios chinos y letones, en Kronstadt chinos y bashkires) y en ambos son oficiales ex zaristas los que reprimen.
Finalmente se da otro fenómeno, los marineros de Kronstadt eran de origen campesino, al igual que los guerrilleros de Ucrania, y todos ellos habían presenciado o escuchaban los relatos de sus familiares sobre las requisas obligatorias de grano que sufrían por parte del ejército bolchevique, entre otros abusos, para alimentar a sus soldados y a la burocracia cada vez mayor que vivía en las ciudades. En ambas regiones se va dando en forma mucho mas marcada el enojo generalizado hacia los bolcheviques, en ciudades como Petrogrado o regiones como la Siberia que ya habían padecido todo tipo de huelgas y revueltas a lo largo de 1920 y 1921.
Los proyectos de los marineros de Kronstadt eran similares a los de los machnovistas: descentralización, soviets libres, defensa de los primeros ideales de la revolución de octubre de 1917, deseos de finalizar el Comunismo de Guerra, etc. (21)
Hipótesis Final.
La hipótesis a plantear es la siguiente: La revolución no es compatible con el Estado porque cuando triunfa el nuevo Estado la revolución se va muriendo. Para que el Estado "revolucionario" logre imponerse, la revolución debe subordinarse a él, y las revoluciones no la hacen los partidos o los hombres de Estado sino las grandes masas, que serán reprimidas por el nuevo Estado en caso de que no acuerden con él, del mismo modo que el nuevo partido en el poder era reprimido cuando luchaba por su conquista.
Es interesante ver como en 1923 Luiggi Fabbri previó casi con perfección, todo lo que iba a pasar en Rusia luego; parece adelantarse al surgimiento del stalinismo. De todos modos habían pasado ya dos años de los sucesos de Kronstadt, y analizando esa masacre era previsible que si "la gloria de la revolución" era salvajemente reprimida, cabía esperar algo mucho peor para todo el resto de la población rusa.
Conclusión.
Finalmente, creo que queda claro que un grupo o partido puede tener un discurso o una ideología muy progresista, pero que al llegar al poder empieza a olvidarse de sus principios y rápidamente lo revolucionario va dejando lugar a lo reaccionario. El movimiento se convierte en algo estático, y quien se rebela ante el nuevo orden pasa a ser un "contrarrevolucionario". Queda claro aquí que no hay nada mas derechista que los izquierdistas reprimiendo a los anarquistas. Por lo analizado en estos casos creo que Estado y Revolución no pueden convivir, para que uno de los dos triunfe es necesario que el opuesto muera. Por otra parte se puede hablar de "dictadura del proletariado", "gobierno de los trabajadores" y demás, pero sabemos que quien gobierna no trabaja, y quien trabaja no gobierna, que si no hay cambios permanentes de roles se genera una burocracia parásito y la revolución se muere. El socialismo no puede existir si los mismos espacios de poder no están socializados, si todo el poder es un monopolio del Estado centralizado, de un partido, de una vanguardia o de un líder. En el caso ruso podemos observar cómo los soviets de obreros, soldados y campesinos, pronto se convirtieron en soviets de dirigentes bolcheviques, pronto pasaría lo mismo con los sindicatos y otros espacios de poder. Hay que recordar que la estatización de los sindicatos, la borucratización y copamiento de los soviets, la militarización de las fábricas, el genocidio político y la persecución y matanza de opositores, junto a la aplicación del taylorismo explotador en las fábricas tomado del modelo norteamericano; el ejército y las levas obligatorias sumados al hambre y la miseria de millones de seres humanos a causa de la requisa autoritaria y violenta de granos y productos agrícolas, como así también la incorporación de altos jerarcas militares ex zaristas al Ejército Rojo, es decir toda esa gama de síntomas para nada revolucionarios, ya se daban entre 1918 y 1921 con Lenin y Trotsky a la cabeza, mucho antes de Stalin. Lo que hizo Stalin fue aumentar las cifras de las atrocidades cometidas por los otros dos líderes bolcheviques. Los metodos de Stalin no eran desconocidos en Rusia, al contrario, eran moneda corriente. Estos eran los líderes "revolucionarios", estos eran los "defensores" de la clase trabajadora, estos eran el "cambio" para el mundo. Habría que empezar a analizar seriamente quiénes eran en realidad los verdaderos contrarrevolucionarios y burgueses al servicio del capital.
Por otra parte: ¿Qué hubiera pasado si el resto de Rusia se plegaba al levantamiento de Kronstadt?. ¿Hasta donde podría haber llegado la revolución si se la dejaba ser?. ¿Por qué el resto de Rusia no se plegó a Kronstadt?. La respuesta es sencilla: el nuevo Estado bolchevique al llegar al poder, fue adueñándose de los medios de comunicación, por entonces los más usados eran la radio y el periódico. Hay que tener en cuenta que los bolcheviques monopolizaron los medios de comunicación y prohibieron y persiguieron a los periódicos opositores. A través de estos medios el nuevo Estado fue desinformando a la población al punto de que la información que llegaba a Moscu y otras ciudades era falsa, y en muchas ciudades se enteraron de las matanzas de Kronstadt meses después de haber ocurrido las mismas. Además, durante el período que va de 1918 a 1921, la incomunicación entre las ciudades era casi total debido a la destrucción de puentes, rutas y caminos. Era muy difícil trasladarse a ciudades vecinas. Además, el grueso de las revueltas contra los bolcheviques se estaban dando durante 1921, en Petrogrado, Moscú y la Siberia, lugares que sufrieron también la represión bolchevique. Los marineros de Kronstadt esperaban que estas ciudades se plegaran a ellos tras su levantamiento, pero al producirse el mismo las demás revueltas ya habían sido sofocadas y no estaban conectadas entre sí. Por eso el resto de Rusia no se sumó a la comuna de Kronstadt.Por lo demás, queda claro que si la revolución rusa sobrevivía, y se la dejaba ser, las posibilidades de cambios hubieran sido infinitas. El impacto de la revolución rusa en el mundo fue enorme, y enormes eran las expectativas. Si Rusia cambiaba muchos lugares mas podrían haberse contagiado
.Por ello hay que alertar a los ilusos que actualmente esperan revoluciones o cambios por parte de partidos de las siglas más diversas pero con fines similares, que aún hoy reivindican a genocidas de obreros y campesinos como Lenin, Trotsky o Stalin, que critican a genocidas como Videla (que encabezó la matanza y desaparición de 30.000 personas bajo la última dictadura en Argentina, entre otras barbaridades) pero reivindican a genocidas como Trotsky que mató a mas gente que el detestable militar argentino, y no hablamos de matanzas de burgueses o curas cómplices, sino de matanzas de obreros y campesinos en nombre del socialismo, justificando sus cazas de opositores como "un error", cuando atrás de ese error hay en realidad un muerto, y miles de errores que costaron miles de vidas. Hay que recordar siempre estas matanzas, más allá de los años que pasaron, ya que con ese argumento de que son cosas del pasado entonces tendríamos que olvidar a los Videla, a los Hitler y los millones de judíos asesinados, a los millones de indígenas que mató la Iglesia Católica en América y la lista sería infinita.
Si hablamos de recuperar la memoria, que se recupere toda la memoria y no solo las cosas "que no perjudiquen al partido". Por otra parte tampoco hay que olvidar que, entre quienes actualmente hablan de la libertad de los presos políticos en Argentina, están los que justifican los presos políticos en las cárceles cubanas, donde aún hoy hay cientos de anarquistas presos que en este mismo momento se están pudriendo entre sus paredes. Como también se pudrieron en Rusia o en China bajo regímenes llamados "comunistas". Esos izquierdistas están contra éste o aquél gobierno, contra este ejército o contra ésta policía, no contra todo gobierno, contra todo ejército o contra toda policía. No se dan cuenta de que el problema es el Estado, la autoridad. Ellos quieren su propia policía, su propio ejército, y sus propias cárceles, aunque le pongan el color rojo detrás. También si es posible quieren su propia ESMA, como la tuvieron Lenin, Trotsky y Stalin en sus respectivos campos de concentración. Basta pensar en qué sería de nosotros si alguno de estos tantos actuales partidos de izquierda tuviera mañana el tan ansiado poder que buscan tomar hoy. Cualquier crítica a su autoritarismo sería tildada de "influencia pequeñoburguesa o contrarrevolucionaria bancada por el imperialismo yanqui" y este folleto que está en sus manos sería quemado, su autor apresado por la futura policía roja junto a amigos, familiares y simpatizantes, por las dudas. Todavía puede oírse a algún que otro trotskista lamentarse de que en Argentina ya no exista mas el servicio militar obligatorio, ya que en su lógica autoritaria el trotskista considera que el servicio militar era una buena posibilidad para que el pueblo conozca el manejo de las armas y liberarse el día de la revolución, como si la auto liberación debiera basarse en la imposición, ejemplo de una mentalidad jesuítica que justificó el servicio militar obligatorio durante la Revolución Rusa, tratando de obligar al campesino a sumarse a un "ejército liberador" que en realidad no tenía nada de tal y que en caso de negarse ese mismo ejército "liberador", lo fusilaba. Manera peculiar de "liberar" al oprimido.Todo lo que contamos en estas páginas es lo que hicieron quienes se llenaron la boca hablando de plusvalía, obreros y socialismo, pero que sólo buscaban el poder. Y todo lo que hicieron en el pasado, lo volverán a hacer en caso de tener la posibilidad, quienes aún hoy reivindican a estos maquiavelos rojos, porque no critican al poder en sí, sino que lo critican porque aún no está en sus manos, y cuando lo tengan dejaran de criticarlo, para conservarlo sin que se les vaya de las manos, como buenos conservadores que son.Finalmente, la conclusión mas importante es que las revoluciones se hacen de abajo, o no son revoluciones, que la revolución no es obra de vanguardias iluminadas, ni partidos, ni líderes. En las revoluciones actúan múltiples sectores, y todos deben tener la misma posibilidad de tomar decisiones. Estas no pueden ser monopolio de un partido. Un gobierno puede ser derrocado por otro que se atribuye el mote de revolucionario, este "gobierno obrero y campesino" puede requisar a la fuerza a campesinos y militarizar las fábricas, puede matar miles de obreros y miles de campesinos en su nombre. Un ejército puede cambiar de uniforme y agregarse el color rojo, y sumar a sus filas a represores de renombre. Se puede hacer eso y mucho mas en nombre de los ideales y la fraseología mas abstractos, pero si la revolución y la posibilidad de cambio permanente no es un fin en sí mismo, no hay cambio alguno, solo parodias. Si no se es socialista en el plano de la práctica cotidiana y de lo concreto, el socialismo nunca llegará. Si el poder no está socializado, el socialismo es una mentira. El nuevo Estado puede tomar el poder y reprimir a todos los que no acuerden con él, pero por favor, entonces ya no hablemos de revolución.

Notas.1- Volin. "La Revolución desconocida", ed. Proyección. Bs.As, 1977. 2- Idem 3- Trotsky, León. "Para la historia de la Revolución de Octubre". (p 114) Edición rusa en New York. 1920. Fuente citada en la obra "La Revolución Rusa y el anarquismo", de Anatol Gorelik. Ed. Anarquía. Bs.As,1933.4- Radek, Carlos. "El gobierno soviético y el desarme de los anarquistas". Fuente citada por Anatol Gorelik en su obra ya nombrada. Se trataría de una edición hecha en moscú, escrita por Radek en 1918. Recordemos que para ese año ya existían los conflictos militares, políticos y sociales entre machnovistas y bolcheviques.5- Si bien existían ciertos sectores del anarquismo cercanos a los bolcheviques, conocidos como los "anarcobolcheviques", (entre ellos figuraban Emma Goldman y Alexander Berkmann) la paranoia generada tras los sucesos de Kronstadt en 1921, hizo que todo sospechoso de anarquista fuera fusilado, detenido o expulsado de Rusia, esta última medida fue aplicada para Goldman y Berkmann que se exilian en Estados Unidos. Según Volin, hacia 1921 el movimiento anarquista desaparece de Rusia. Se conoce también el caso de Zensl Müsham, (la compañera del reconocido poeta judío y anarquista Erich Müsham, asesinado por los nazis en 1934) que estuvo 13 años presa bajo el régimen de Stalin, pero para entonces un anarquista vivo en Rusia era una rareza. 6- Volin. op. cit. p180.7- Rocker, Rudolf. "Bolchevismo y anarquismo". Editorial Reconstruir. Bs.As., 1959.8- B.R.B. "Recordando a Pedro Kropotkin". Ediciones Acratas "El Sembrador". Andorra, Teruel. Sin año de edición. También puede verse la "Carta de Kropotkin a Lenin", 4 de marzo de 1920. Allí Kropotkin le dirá a Lenin, entre otras cosas: "como usted vive en el centro de Moscú (para entonces Lenin vivía en el Kremlin, lujoso palacio antiguamente hogar del zar) no conoce la verdadera situación del país. Debería ir a las provincias, ponerse en contacto con la gente, participar de sus anhelos, trabajos y calamidades. Estar con los hambrientos-adultos y niños-soportar los innumerables inconvenientes que se presentan al momento de conseguir una miserable lámpara de petróleo. Y llegaría a conclusiones que podrían resumirse en una sola: la necesidad de encontrar una vía hacia una vida en mejores condiciones. De lo contrario, pronto caeremos en una catástrofe sangrienta". Hay que destacar que las cartas de Kropotkin nunca recibieron respuesta, lejos de eso, Lenin solo atinó a rodear la quinta de Kropotkin, de varios guardias rojos. Un año después el sabio y anarquista ruso moría. 9- ¿Por qué afirmamos esto?. Porque para los dirigentes bolcheviques en general, con su ideología de "vanguardias revolucionarias" y "revolucionarios profesionales", todo opositor a sus ideas, ya se trate de un socialista revolucionario de izquierda, un menchevique, un demócrata, un liberal o un anarquista, era un "contrarrevolucionario", "pequeñoburgués", "al servicio del capitalismo inglés", "agente del imperialismo alemán o de los refugiados zaristas de Finlandia". Para esta mentalidad, que se afirma dueña y guía de la revolución, que monopoliza el poder, no cabe la posibilidad de que existan revolucionarios por fuera de su partido, que tal vez no compartan su concepto de "revolución". Que anarquistas y socialistas revolucionarios de izquierda hayan demostrado desde principios de 1900 su capacidad de organización, de rebelión y desestabilización del régimen zarista, a través de huelgas, atentados, insurrecciones armadas y tomas de fábrica, para los bolcheviques no importaba. Quien se oponía al partido, automáticamente se oponía a la revolución, para los bolcheviques. Ellos eran la revolución, y no otros. Por lo tanto no cabía la posibilidad de crítica. Para quien osaba afirmar que se marchaba a la contrarrevolución por su camino, le esperaban los campos de concentración creados entre 1920 y 1921, la cárcel, el fusilamiento, el exilio o la muerte por hambre. La heroica María Spironodova, figura emblemática del Partido Socialista Revolucionario de Izquierda, que había cometido varios atentados a lo largo de Rusia contra el zar y su régimen, será liberada de la cárcel al iniciarse la revolución, pero pronto se opondrá a la política de los bolcheviques, y estos la apresan nuevamente, muriendo enferma en la cárcel. La misma suerte correrán otros legendarios miembros de su partido, pioneros en los enfrentamientos contra el zarismo, apresados y asesinados por los bolcheviques. .Para mayores datos, Archinoff, Pedro. "Historia del movimiento machnovista" (1918-1921). Editorial Argonauta. Bs.As. 1926 y "La Rusia Subterránea", de Stepniak, Editorial Americalee, Buenos Aires, 1945.10- Machno, Néstor. "La Revolución Rusa en Ucrania", tomo I. Editorial Vértice, Barcelona (Sin año de edición). Cabe destacar que la mayoría de los pocos sobrevivientes de la guerrilla machnovista, increíblemente, irán como voluntarios internacionalistas a luchar contra el fascismo en España al estallar la Guerra Civil Española en 1936, siempre en pos de la anarquía y la revolución social, a pesar de haber escapado milagrosamente de Rusia y hechos un harapo, repletos de heridas. Este dato lo destaca Christian Ferrer en su libro "Cabezas de Tormenta", Colección Utopía Libertaria, Bs. As., 2004.11- Chernomordik, S. "Majno y el movimiento majnovista". Publicaciones Edeya. Barcelona. Chernomordik es el seudónimo de P. Sarianof.12- Esto puede verse en el folleto del bolchevique S. Chernomordik, como así también en algunos números del periódico "Pravda", citados y transcriptos por Volin o por Pedro Archinoff.13- Volin op.cit. Sobre el encuentro entre Machno y Durruti puede verse "Durruti en la Revolución Española", de Abel Paz, editado por la Fundación Anselmo Lorenzo en Madrid, en 1996. 14- Volin op.cit15- Petrichenko, líder de la insurrección de Kronstadt, huirá a Finlandia tras la caída de Kronstadt, pasando por Estados Unidos, pero luego de la Segunda Guerra Mundial será repatriado a la Rusia de Stalin, donde será encerrado en un campo de concentración, muriendo allí mismo en 1947, en pésimas condiciones de vida.16- Avrich, Paul. "Kronstadt 1921". Editorial Proyección. Bs. As. 1973. Lo que Trotsky no pudo ver es que poco tiempo después él también sería barrido de Rusia con escoba de hierro por el mismo sistema político que él había defendido y con los mismos métodos de terror que él había utilizado, para luego ser asesinado en México por enviados stalinistas. Kamenev, Zinoviev, Bujarin, y el Mariscal Tujachevsky (militar represor de obreros en tiempos del zar, colocado luego en el Ejército Rojo por Lenin y Trotsky, y uno de los responsables de la matanza de Kronstadt en 1921), los cuatro alcahuetes de Lenin y luego de Stalin, morirían ejecutados por orden de éste en las purgas llevadas a cabo entre 1934 y 1938, junto a otros miles de dirigentes bolcheviques. Para mayor información, puede leerse "Stalin", libro de Jacinto Toryho, Editorial Americalee, Bs. As., 1946.17- Avrich, Paul. op cit.18- Avrich, Paul. op cit. Ver, sobre todo, en la página 99 y 130.19- Avrich, Paul. op cit.20- Volin. op.cit.21- Avrich, Paul. op.cit.
Bibliografía.· Anónimo. "El anarquismo insostenible". El anarquismo insurreccional en Rusia a inicios del siglo XX. Ediciones insurgentes. Editado en noviembre de 2002. Se trata de una respuesta al libro "La otra alma de la revolución", de Paul Avrich, escrito en 1978.· Archinoff, Pedro. "Historia del movimiento machnovista" (1918-1921). Editorial Argonauta. Bs.As. 1926.· Avrich, Paul. "Kronstadt, 1921". Editorial Proyección. Bs.as. 1973.· B.R.B. "Recordando a Pedro Kropotkin". Publicaciones Acratas "El Sembrador". Andorra, Teruel. (No tiene año de edición)· Chernomordik, S. "Majno y el movimiento majnovista" (Los anarquistas a la obra). Publicaciones Edeya. Barcelona (No tiene año de edición). Es la mirada bolchevique sobre lo ocurrido en Ucrania.· Fabbri, Luiggi. "Dictadura y Revolución". Editorial Proyección. Bs.As. 1967.· Gorelik, Anatol. "La Revolución Rusa y el anarquismo". Editorial Anarquía. Bs.As. 1933.· Guérin, Daniel. "Marxismo y socialismo libertario". Editorial Proyección. Bs.As. 1972.· Jensen, Albert. "El bolchevismo heredero del nazismo". Folleto sin año de edición, editado por "Tierra y Libertad".· Lehning, Arthur. "Marxismo y anarquismo en la Revolución Rusa". Colección Utopía Libertaria, Bs. As., abril de 2004.· Leval, Gastón. "Lenin, sepulturero de la Revolución Rusa". Nota aparecida en 1970 en la revista "Reconstruir", en Buenos Aires.· Rocker, Rudolf. "Bolchevismo y anarquismo". Editorial Reconstruir. Bs. As. 1959.· Rocker, Rudolf. "El camino de pasión de Zensl Müsham" (Trece años prisionera de Stalin). Ediciones S.A.I. (No tiene año de edición)· Stepniak. "La Rusia Subterránea", Editorial Americalee, Bs. As., 1945.· Toryho, Jacinto. "Stalin". Editorial Americalee. Bs. As. 1946.· Trotsky, León. "Terrorismo y Comunismo". Ediciones Política Obrera. Bs.As. 1965.· Williams, Chester S. "Crímenes soviéticos". Editorial Agora. Bs.As. 1957.Fuentes.· Cartas de Kropotkin a Lenin, escritas en 1919 incluidas en la obra "Ideario Anarquista", Editorial Longseller. Bs. As. 2000. · Transcripciones de notas periodísticas aparecidas en 1921 con los sucesos de Kronstadt, en los diarios "Pravda", "New York Times" y "New York Tribune", hechas por el historiador Paul Avrich.Fuente literaria.· Gorki, Máximo. "La Madre". Editores Mexicanos Unidos. 1992.Notas periodísticas.· "Recepciones de la Revolución Rusa, el caso de los anarco-bolcheviques", periódico "En La Calle", número 51, mayo de 2004. Bs. As.
Fuente: http://tierranarquista.blogspot.mx/2012/10/las-matanzas-de-anarquistas-en-la.html

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De PRENSA GRÁFICA CALLEJERA, 26/12/2014

Imagen: Néstor Majnó

Friday, December 26, 2014

MUJER, SEXO Y MUERTE, LA FEMME FATALE EN EL ARTE

Lucía Ramos

La mujer fatal ha existido siempre, hay muchos ejemplos en figuras legendarias, históricas y mitológicas de la antigüedad y el Antiguo testamento, como Helena de Troya, Circe, Pandora, Medea, Salomé, Judith o Dalila, sin olvidar que en el origen de los tiempos una mujer llamada Eva fue la causante de la perdición de Adán y del mal de toda la especie. Precisamente la historia de Eva proporciona un elemento muy presente en la iconografía de la mujer fatal: la serpiente como símbolo del mal y del pecado.
La recuperación de este mito a mediados del XIX no es casual y se debe a las circunstancias sociales, económicas y, claro está, culturales de la Inglaterra victoriana. Precisamente en los años 50 aparecieron los primeros movimientos feministas, que provocaron una importante alarma social. Las mujeres y su lucha alteraron la puritana sociedad inglesa, en la que la vida de la mujer de clase acomodada estaba limitada al hogar, en el que desarrollaba sus labores como madre y esposa. En oposición a este modo de vida que se le imponía, surgió un nuevo tipo de mujer: dispuesta a luchar por sus derechos de forma enérgica. Reclamaron su derecho al voto y el acceso a la universidad y al trabajo, a lo que la sociedad masculina reaccionó por el miedo de contar con una nueva rival en los ámbitos que históricamente le habían pertenecido.
John collier, Lilith, blogspot
A demás de estos movimientos feministas, los profundos cambios que provocó el brutal capitalismo de la revolución industrial hicieron que la prostitución femenina se desarrollase de forma extraordinaria. Con ella se propagaron alarmantemente graves enfermedades venéreas que causaron serios problemas sociales, de los que se culpó a la prostituta cuando en realidad era la primera víctima. Al temor a la mujer como rival profesional, se le añade el temor a la mujer como causante de la muerte del hombre.
Primero en la literatura, con personajes como Emma Bovary, Anna Karenina o Lulú que se rebelaron contra la represión y sucumbieron al deseo, y más tarde en la pintura, con los artistas esteticistas y simbolistas, se fue construyendo un arquetipo de mujer perversa. Los temas que más habitualmente escogen los artistas para la representación de la femme fatale son las historias de Judith y Holofernes, de Salomé y el Bautista, de Medusa o de Lilith. Además es frecuente que se hagan representaciones de seres híbridos con un fuerte componente erótico y maligno, como sirenas, harpías o vampiresas.
Albert Joseph Penot, Bat-Woman tumblr.com
Temas que permiten presentar mujeres de belleza inquietante, tremendamente atractivas y seductoras, que irradian una enorme potencia sexual, con ondulantes y espesas cabelleras que si además son rojizas le añaden carácter demoníaco, cuerpos de aspecto marmóreo, los ojos verdes de mirada penetrante y la boca entreabierta como referencia sexual. En su aspecto físico han de plasmarse todos los vicios, su actitud revela una importante capacidad de dominio y de incitación al mal, pero al mismo tiempo se muestra fría y altiva. Esto supone un gran cambio con el ideal femenino anterior: durante toda la historia del arte la mujer ha sido el objeto pasivo receptor de los deseos masculinos, las Venus del renacimiento son el mejor ejemplo de ello, mujeres que desconocen la iniciativa y la perversidad que caracterizará a la mujer fatal del XIX.
Franz_von_Stuck, pecado, blogspot
La imagen de la femme fatale reúne tres motivos: la mujer, el sexo y la muerte. La mujer como personificación del mal, el sexo como pecado y la muerte como castigo a dicho pecado. Es el paradigma del poder destructivo de la sexualidad femenina, la encarnación de la dominación que ejerce el cuerpo sobre el espíritu, la tentación que hace surgir la naturaleza animal del hombre y le impide alcanzar el ideal. En ocasiones se recrea la fantasía erótica en la que la mujer se muestra amenazadora y dominadora, otras veces se la representa en situación de clímax sexual, con las manos en la cabeza, los ojos entrecerrados y la boca abierta. Todo ello muestra a un ser de voraz instinto sexual que practica sexo con el único objetivo de obtener placer y no con fines reproductivos, en oposición al concepto de mujer-Virgen, el ideal femenino de la sociedad victoriana.
El concepto de la femme fatale y su iconografía se fue desarrollando con artistas de final de siglo como Gustav Klimt y hasta los primeros años del siglo XX. En la actualidad la femme fatale se mantiene como mito erótico masculino prácticamente sin cambios desde el simbolismo, aunque queremos pensar que despojado de la carga misógina que lo caracterizó en sus orígenes.
Judith, Klimt, artgen.billerantik.de
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De DROMENON Magazine, 24/10/2014

Havana Diary: Cuba’s Blue Period

W. J. T. Mitchell



At Miami International Airport, as you check in for the daily charter flights to Cuba, an energetic young man charges seven dollars per bag to wrap all your suitcases in sheets of vivid blue shrink-wrap. On arrival in Havana, the bags come off the conveyor belt as a stream of anonymous blue cocoonlike objects. Difficult enough to identify in their usual hues, your bags, vague, generic shapes hidden beneath layers of plastic, become almost impossible to pick out. What is the purpose of this enormous effort and expenditure on miles of nonbiodegradable winding sheet around the luggage transported from Miami to Havana? “It is because the Cubans at Havana airport, seeing that they come from Miami, will open the suitcases and steal from them,” we are assured by an American ticket agent in Miami. When I ask the same question in Havana, I am told that “it is because the Cubans at Miami airport, seeing that they are destined for Cuba, will open the suitcases and steal from them.” 
As a naive American citizen on my first visit to Cuba, wrapped in a lifetime of legends, lies, rumors, and propaganda about our neighbor to the south, I am not certain whom to believe. Even worse, I am not sure that it matters very much. If it turns out that the poor Cubans in Havana are stealing from the rich visitors to their country, will that be so surprising? And if it turns out that the relatively better-off Cubans in Miami are stealing to deter travel to Cuba, will that be a shock to anyone? All I care about at this point is finding my own bags amidst the tangled chaos of amorphous blue and getting out of this airport. 
An American who returns from a visit to Cuba these days is expected to have become an instant authority on the country and to answer all sorts of predictable questions. What is the mood? What will happen when Fidel dies? Will there at last be free elections? A free, uncensored press? Will Cuba’s position as the last holdout of communism collapse under a tsunami of credit cards and free trade? Will the Cuban exile community return in triumph to restore the old neocolonial regime of Batista? How will Cuba catch up with the rest of Latin America, which long ago succumbed to the sirens of capitalism? Will it go the way of other authoritarian communist regimes like the Soviet Union and China and turn itself into an authoritarian capitalist regime? What is happening and what is going to happen in this island, and why should it be of interest to the U.S., to the Americas, and to the rest of the world? 
Of course a week’s visit to a country where I do not speak the native language does not exactly qualify me as an expert on that country. The only thing I can truthfully testify to is a mood that I sensed among the community of artists and intellectuals in Havana—young art students bristling with projects in a variety of media, scholars and editors and filmmakers. 
Thanks to an invitation from Cuban artist Tania Bruguera, I spent a week immersed in this world, 1825 September 2007, giving seminars on the role of images in the U.S. “war on terror,” and relying on translators to communicate with most of the students. I also found myself immersed in the company and the elegant English of some of the leading intellectuals in Havana today, for whom language barriers are either nonexistent or merely the conditions for virtuosic conversation: Desiderio Navarro, editor of the journal Criterio, who hosted my seminars at the Centro Teórico-Cultural, speaks fifteen languages and counting, and is probably the world’s most accomplished translator of European criticism and theory into Spanish; Roberto Fernández Retamar, the author of classic essays on the Caliban figure and Latin American culture and one of the principal inspirations for Edward Said’s Orientalism; and Ambrosio Fornet, editor, writer, and filmmaker, currently writing on the Cuban diaspora, who attended two of the seminars and joined us for a wonderful, leisurely dinner at Bruguera’s apartment in Habana Vieja. 
I was also able, thanks to the connections of some colleagues who had accompanied me from the U.S., to arrange a meeting with Ricardo Alarcón, the president of the Cuban National Assembly and a man frequently mentioned at the time as a possible successor to Castro. Alarcón gave us a two-hour interview at his office at the beginning of our visit and then showed up for the final session of the seminars, much to the delight (or was it dismay?) of the students who were presenting their work that day. We spent our last night in Cuba having dinner with Alarcón, discussing every aspect of the current situation: economic, political, and cultural. 
Since the announced topic of the lectures I had been invited to give in Havana was “Art, Images, and Activism,” I had organized a small collective, Team Havana, as we called ourselves. This team consisted of two actually existing activists, Bill Ayers and Bernardine Dohrn, former Weather People and longtime allies of the Cuban revolution; and one actually existing artist, my wife, composer and performance artist Janice Misurell Mitchell. I will spare you their CVs and say only that their presentations—Janice performing Allen Ginsberg’s “Whom Bomb” and her own new piece “US”; Bill and Bernardine screening the Academy Award-nominated film The Weather Underground—provided the real electricity for our visit. The purpose of my lectures was to raise theoretical questions about the concepts underlying these practices— or in other words (some might say) to cool people down and keep actual politics from breaking out. This did not prevent me sweating blood over the lectures, which could not be read but had to be extemporized in that slow, stately pace demanded by sentence-by-sentence translation. 
The following reflections, then, are a tangle of different threads, conversations mainly circulating around the question of images: the war of images that accompanies the so-called war on terror; the place of Cuba in the Axis of Evil; the self-image of Cubans at the present time, at home and across Latin America and the world; the “Two Cubas” and U.S. electoral politics; the image of the blockade and its relation to other notorious walls that are being erected to separate peoples all over the world; the American image of Cuba in Michael Moore’s Sicko; the role of images in propaganda and in activist or (in Bruguera’s phrase) “useful” art that provokes sustained reflection and critical debate. 
As should be evident, it is difficult to raise questions about Cuba without begging them in advance. The mood may be impossible to specify. Cubans disagree even about the moods of relatively settled past periods. The so-called gray period of the five years after the disastrous sugar harvest of 1970 is now generally regarded as a “black period,” which lasted more like fifteen years. The all-too-brief “golden age” of prosperity in the eighties gave way to the “special period,” which began with the collapse of the Soviet Union and Cuba’s economic reliance on Soviet aid. This colorless era of shortages has now tapered off into a period of mild, tentative improvement bolstered by the diversification of industry (mainly in biotechnology and medicine), an influx of Venezuelan petrodollars, and reinvestment from European countries in defiance of the U.S. blockade, especially from Spain’s new liberal government. One hears occasional jokes about a new, unexpected outcome to the Spanish-American War in Cuba in which Spain emerges victorious after a century of lying in wait. 
Everyone seems happy to talk about the problems, and candid self-criticism is being encouraged by the government. Cubans seem to agree that the media, along with public transportation and the right to free speech, could be a lot better. Vague rumors of censorship in the arts circulate freely, and there was a report on the day of my first lecture in Havana that the translator had cancelled because the police wanted a list of the names of everyone in attendance (this turned out to be groundless). If anyone had tried to stop the workshop, the students were prepared to document it with video cameras and treat it as material for a work of activist art. 
When people are asked, then, about the color of the present in relation to the grays and blacks of the seventies, the golden moment of the eighties, and the revolutionary reds of the sixties, they are generally cautious. Fornet, whose writing has been central to the acknowledgment that the gray period of the seventies was actually black, puts it this way: “The important thing is the color of the future, which will be determined by the Cuban people.” 
If I were forced to paint the mood of Cuba at the present time it would be in several shades of blue. Cubans have the blues partly because of an anticipated and ambivalent sense of mourning for the inevitable passing of Fidel. This is perhaps an inverted form of melancholy in that it is not about a failure to mourn and work through a loss but about a sense that one is already mourning prematurely, without a proper object, and thus experiencing a kind of emotional limbo. Many Cubans express a tired irritation when Yanquis ask their inevitable question about Fidel. One asked us why Americans can’t “leave the poor guy alone to die in peace.” What is the Fidel fetish really about? And how long will they have to put up with this in-between space? 
But this is a limbo that Cubans know will come to an end in the near if unforeseeable future. It is thus a blue period in the sense of a slender opening on the horizon to the clear skies of new possibility. When Fidel passes, it will no longer be possible or necessary to Blame It on Fidel, as the title of a recent film expresses the matter. The Father of the Revolution will be dead and Cubans will have to learn how to keep their revolution alive or, better, how to make it anew. The U.S. will no longer have its symbolic enemy around to justify its ferocious policies toward the Cuban people. 
The barbudos, the bearded revolutionary Calibans of Latin America, have already long since been replaced by the bearded Talibans of the Middle East, and communism has been displaced by so-called Islamic fundamentalism as the primary ideological threat, mythical or real. Fidel’s death, then, while it will surely be the occasion for a spectacular display of mourning around the world, will have approached us in something more like the way we anticipate a birth, knowing that it will come without knowing what it will look like or the exact day and time. It will also signal the official beginning of a struggle that has already been going on for at least five years, to adapt Cuba’s homegrown socialism to the incursions of capitalism. Retamar’s summary of this process is exemplary: “We have to win, even against ourselves.” 
Meanwhile, what was going on in our discussions with the students? While Janice was off with the musicians, Bill, Bernardine, and I posed them a variety of questions. What media are utilized for artistic activism in Cuba? What are the varieties of artistic engagement with politics? How do images provoke action or induce passivity? What are the idols and fetishes of Cuban culture? Is there an emergent Cuban style in the arts, or is current work oriented toward international audiences and issues? There were also more specific questions about the self-image of Cuba and of the blockade, their image of (in José Martí's phrase) the Monster to the North, and their self-image as enemies of that monster or friends of a continent and a larger world that is now relatively indifferent if not hostile to the monster. 
The response from the Cuban artists tended to be quiet and indirect. They chided us politely for our naivete about Moore’s Sicko, which (they pointed out) presents a far too rosy picture of the Cuban health-care system, a system that is overstretched by Cuba’s practice of sending thousands of doctors abroad on humanitarian (and profitable) missions. They questioned the efficacy of straightforward political applications of the arts that fail to distinguish themselves from journalism and propaganda. And they showed us work that subtly bypassed any notion of a ready-made Cubanidad, either revolutionary or traditional, in favor of a knowing cosmopolitanism. One artist presented photographic documentation of his stunning performances as a racial and sexual cross-dresser, showing him in very convincing drag as a mother with an infant, as a gay man, and as an Afro-Cuban stopped by the police for DWB (Driving While Black, the interpretation provided by his Yanqui interlocutors). Another artist organized a neighborhood in Havana to redesign its primary street corner as a brightly painted boat, the intersection of the streets serving as the prow. (Is the iconography of the boatlift referenced in this work? Hard to say.) In another work entitled Emigration, the artist sent pieces of herself abroad, locks of hair to be photographed in their new settings and emailed back to the artist. (Are Cuban artists prevented from traveling abroad? Only to the U.S., which has been completely closed to them for the last two years.) Another piece consisted of taped interviews with ordinary Cubans on issues of the day, their voices dubbed over by a single speaker, reading from a transcript of their statements. (A sly recasting of the central democratic ideal of the vox populi? Or a community voice, different faces and ideas speaking as one?) All the works we saw were united by a single formal imperative, the need to document the artistic process and the social realities it encounters. Technically savvy, humorous, and sophisticated, these artists did not need any lessons from us in techniques or creative processes. We were there as simply a different kind of material to be taken in, absorbed, and put to use. Our visit was, of course, relentlessly documented in video and sound recording, but I would be very hesitant to predict what will be made of it. 
“We are so far apart that there are two Cubas— ours and the one you picture to yourselves.” This statement, from Ricardo Alarcón’s recent address to the Latin American Studies Association, is itself ambiguous in its voicing. Who is he addressing? Is he speaking for the Cuban people? Or quoting C. Wright Mills, whose “noble and generous voice” counseled that it was time to Listen, Yankee, in his book by that title on the Cuban revolution published in 1960
Everything about Cuba seems to be double and doubly so in the present moment, a historical limbo between the twentieth-century era of violent, 
popular revolutions and a hazy future that seems to promise nothing but 
violence against populations, a global arena in which deeply unpopular and nihilistic terrorist organizations are confronted and even nurtured by a massive “war on terror” conducted by the equally nihilistic rulers of the Axis of Goodness. The U.S. government has, in addition to its ever-shifting cast of “good Arabs” and “bad Arabs,” its “good Cubans” and “bad Cubans.” And so the two Cubas persist, one centered in Havana, the other in Miami, ninety miles away. And in each of the two Cubas, as Fornet has shown, there is a further division between the die-hard exilic Cubans of Miami and beyond, dreaming of overthrowing Fidel and rolling back the clock to the good old days of colonialism, and the less visible and audible Cuban diaspora that also lives in Miami and beyond but dreams of return without conquest. When one watches Cubans returning at José Martí Airport (where the Miami-Havana route is serviced) one sees families rushing toward each other with such passionate violence that they seem “in danger of hurting one another,” to quote Bruguera. This is the result of a so-called family-values administration that has devised a labyrinth of regulations to prevent Cuban families from reuniting. 
There are also many doublenesses inside Cuba: between the older, revolutionary generation that is passing away and the younger generation that is moving into their places, for example. The former yearns to ignite a spark of revolutionary renewal—within limits. Fidel’s mantra, “Within the Revolution, everything. Outside the Revolution, nothing,” is still recited. But what does it mean? Accelerating the activist tendencies of grassroots participatory democracy, as called for in a July 2007 speech by Raúl Castro? Or risking the fortunes of an electoral, multiparty politics manipulated by foreign capital? We heard that there are continuing divisions of the races and sexes, with higher poverty rates among Afro-Cubans, but what we saw (in sharp contrast to the continued racial segregation of the U.S.) was a remarkable degree of mixing and collaboration among the races. We heard about but did not see the economic divide between the cities and the countryside, and it turns out that there is a Cuban East–West division that uncannily replicates the central conflicted landscape in the Middle East. A recent issue of La Gaceta de Cuba includes an article by Jorge Fornet on the eastern Cubans as “Palestinos,” an Orientalist fantasy of “barbudos y campesinos” (the bearded country folk) invading Havana. But this hallucination drawn “from right field,” as Fornet puts it, is hardly stranger than the all-too real nightmare of the easternmost province of Cuba, home to Guantánamo, the colonial prison where the Taliban takes the place of Caliban. 
“And what is Cuba,” we were asked, “to the average American citizen?” “Almost nothing,” I answered (to a chorus of disagreement from my comrades). “Cuba now is a footnote to our long list of enemies.” But isn’t it just the reverse? Isn’t Cuba almost everything when its role in the balance of power is registered in contemporary U.S. electoral politics? Florida has played the crucial role in the last two American presidential elections, largely because of the Cuban exiles in Miami, who insist on the continuation of the blockade against Cuba as a condition of their support and participate in a clandestine war of terror and subversion in collaboration with the U.S. government. 
The predominant attitude of U.S. citizens towards Cuba, however, seems to be  one of blithe ignorance and indifference, coupled with a blase ́acceptance that of course Cubans suffer under a dictatorship and are therefore enemies, part of the Axis of Evil. Art historian Adelaida de Juan told us of two questions that Cubans have to answer in order to immigrate into the U.S.: “Do you have a communicable disease? And do you intend to assassinate the president of the United States?” Bill Ayers proposed that the right answer to the second question is: “I have much bigger plans than that.” And of course someone immediately proposed that the best way to answer both questions at once is to say, “I have a fatal communicable disease that I would like to give to the president.”
In the U.S., aside from the icons of revolution, Fidel and Che, and the smug assurance that the Cuban revolution will die out like every other socialist experiment of the twentieth century, little is really known about this small island country. A T-shirt in Canada bears the picture of Che Guevara with the legend, “I have no idea who this man is.” According to historian Geraldine Lievesley, the Cuban revolution is now widely regarded as a dinosaur that will become extinct when Fidel dies. We live in a strange period, however, when dinosaurs (literally “terror lizards”) are coming back to life, seemingly out of the blue. Michael Crichton’s Jurassic Park was set on a Caribbean island off Costa Rica, a site chosen because of its freedom from environmental regulations. If neoconservatism’s militant war on terror has the effect of cloning terror all over the world, neoliberalism’s rapacious economics of Third World wealth extraction has the effect of bringing terror to life in the suffering existence of millions of ordinary people. 
But socialism is coming back to life in new, relatively nonviolent formations all over Latin America, combining capital flows with major investments in education, health, and social welfare. Alarcón remarked that he “had never dreamed that a country could accumulate enough wealth to buy socialism,” the possible meaning of the Venezuelan and Bolivian models. He believes that Cuba has never enjoyed better relations with Latin America than it does today, and Latin America has never seemed more independent-minded toward the U.S. Today “Sarkozy has more of a role than Bush in Latin America,” and the president of China visits America’s “global South” before setting foot in the U.S. It is now Latin American countries who take the lead in resolving issues like the civil war in Colombia. And there is a newly defiant tone toward the Monster to the North; it is not just the usual Cuban impudence (Fidel offering to send election observers to Florida to certify that U.S. elections meet with international standards and medical workers to New Orleans in the wake of Hurricane Katrina). President Rafael Correa of Ecuador responded to the U.S. request for a military base in Ecuador with a request for an Ecuadorean military base in Miami. On the night of our return to Chicago, Evo Morales, the president of Bolivia, appeared on Jon Stewart to explain why he has nationalized major industries formerly owned by multinational corporations, with staggering economic benefits for his people. And the Latin American Studies Association moved its annual meeting to Montréal in solidarity with the Cubans, who have been denied entry permits to attend the conference in the U.S. The keynote speaker was Alarcón; perhaps next year Fidel, if the blue period continues. 
Finally, a bit of tourism (for which we had almost no time) among the sights and sounds of Havana. Do you “Remember the Maine”? This was the slogan that launched the first American invasion of Cuba in 1898 after the mysterious explosion that sank the U.S. warship by that name in Havana harbor. The so-called Spanish-American War (so-called because it erases Cuba from the equation) was short-lived, but the Cuban-American War might now be called the Hundred Years War. For the first fifty years it was conducted by proxy, employing colonial puppet governments who transferred wealth from Cuba to the U.S., turning it into the brothel of the Americas and a free-enterprise zone for American corporations, especially the mafia. Meyer Lansky’s picture still hangs in the lobby of the Hotel Nacional, across the street from the casa particular where we stayed, and memorable scenes from Francis Ford Coppola’s The Godfather II seem to hover in the air. “Michael, we’re bigger than U.S. Steel,” exults Hyman Roth (aka Lansky) as he celebrates his impending business deal with Michael Corleone at a meeting in Havana. 
But Michael is a shrewd observer and cautious businessman. He watches intently as a Cuban guerilla blows himself up while being arrested by Batista’s police and concludes that if the insurgents are willing to sacrifice themselves this way they could win this war. And of course they do. Or, more precisely, they launch the second fifty years of the Hundred Years War, when it becomes the properly Cuban-American War, a war conducted by espionage, terrorism, sponsored insurgencies, invasion, and an economic blockade designed to starve the Cuban people into submission. 
One response of the Cubans has been to send a few agents to Miami to infiltrate the Cuban exile community and to attempt to report on the plans and locations of terrorists to the U.S. government. The reward of the Cuban Five’s antiterrorist activities has been, predictably, to be labeled as terrorists themselves and to be thrown into U.S. prisons, where they languish today despite the 2005 decision of the 11th Circuit Court of Appeals in Atlanta to reverse their convictions and remand them for a new trial. 
When the Cubans remember the Maine, it is to remember the U.S. Marines who died and the century-long war that was launched by their sacrifice. The monument to the Maine in Havana Harbor has been remodeled by the Cubans, removing the triumphant imperial eagle from the top of the column and altering the inscription to commemorate the Marines and to remind people that this was the launching pad for an imperial mission that has failed to achieve its objective for over a century. Cuba remains free and independent of the U.S., impoverished though it may be. 
Down the shore from the monument to the Maine is another sight: a public plaza laid out in front of the massive Swiss Embassy, which is in fact the office of the U.S. Interests Section in Cuba (actually this is just the facade for a U.S. embassy, complete with Marine guards, that cannot acknowledge its existence in a country with which it is technically at war). 
The glass facade of the embassy streams with scarcely readable, Jenny Holzeresque red illuminated letters that are supposed to provide Cubans with a glimpse of the free-information economy of which they are deprived. When one gets close enough to read the messages, however, one is steered away by the guards. In front of the embassy, moreover, the Cubans have erected scores of flagpoles, each bearing a large black flag with a white star in the center, to represent (depending on your informant) either the number of years since the first Cuban revolution against Spain in the nineteenth century or the number of Cubans assassinated by the U.S. and its agents in the bombing of a Cuban civilian airliner. (The recognized assassin, Posada Carriles, now lives openly and immune to extradition in Miami.) There are so many flagpoles that one can scarcely see the embassy through them. 
My other impressions of Havana are so hurried, glimpsed from the rain-streaked windows of taxis going between cafes and lecture rooms, that they remain fairly imprecise. Certainly one can see that Habana Vieja (or, as Cubans call it, Habana Profunda), thanks mainly to European money, is undergoing massive renovation. Havana was the jewel of the Caribbean, arguably the most important city in the Americas in the eighteenth and nineteenth centuries. It is an incredible living museum of the architecture of those periods, with a delicate, ghostly fragility caused by a half century of low maintenance. But the imperative now is to restore, not to clear away, and one can walk through the glorious colonial past amidst the atmosphere of a socialist politics and capitalist reinvestment bringing the old city back to life. One can stroll into the bar at the Hotel Ambos Mundos where Hemingway drank and somehow feel that the light slanting through the windows and the noises from the street cannot be all that different. And then there are the cars. Havana may be the best living museum of the glory days of the American auto industry on the planet. The classics of the fifties are everywhere, the Chevys, Cadillacs, Oldsmobiles gliding gracefully down the boulevards, lovingly maintained where possible, barely surviving and held together by ingenious patchworks of paste, sheet metal, and wire where necessary. These emblems of America at its peak of technological confidence alongside the architectural facades of European colonialism both clash and resonate together, mingled with the music that emerges from bars and cafes on every side and washed down with a mojito on a sultry summer afternoon—and then one can see why the Yanqui feeling toward revolutionary Cuba, when awakened from its ignorance, will be a complex mixture of affection and anxiety. All that was needed in Hemingway’s bar, from my point of view, was to hear on the jukebox the strains of Bob Dylan’s “Tangled Up in Blue”: “There was music in the cafes at night / And revolution in the air.” Perhaps a tangled blue is the right color for this brief period in Cuban history in which the anticipation of Fidel’s death mingles with the clearing skies of a new social compact for the twenty-first century, beyond the war on terror and rapacious capitalism. 
The Cuban people, in contrast to the consumption-sated citizens of the U.S., have been asked repeatedly over the last half century to make sacrifices for the common good, to maintain their independence in a state of siege, to care for one another and for the rest of the world as well. My sense is that they have been tempered in the fires of adversity, and there is a steely resolve in the national self-image. I do not believe they will surrender their revolution or their independence without a fight.



1. A search of U.S. immigration documents failed to come up with these double questions, 
at least in this precise form.

W . J . T . M I T C H E L L is editor of Critical Inquiry. His most recent book is 
What Do Pictures Want? (2005). His forthcoming book is entitled Cloning 
Terror: The War of Images, 9/11 to Abu Ghraib.


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De CRITICAL INQUIRY/Spring 2008