Miguel Sánchez-Ostiz
A la pregunta "¿Qué estás haciendo?", contestaré: pues varias cosas. Una de ellas preparar esa conferencia para la próxima semana en la UPNA: "Un lugar en el mundo", una expresión que me fue sugerida por la lectura de un impagable pasaje de Luis Sepúlveda en el que este habla de ese lugar entre cielo y tierra que es el nuestro y que puede estar o no allí donde vamos, o dos (pasajes): el capítulo final de Patagonia Express y el 7 de Mundo del fin del mundo. Con Sepúlveda tengo una deuda que volveré a contar en este libro. Solo nos hemos cruzado una vez, hace más de veinte años. Para mí fue suficiente. Nueve años después de echarnos unos whiskys y fumarnos un par de habanos en un Madrid en el que el sol caía a fuego, me largué a Patagonia.
Bueeeno, que diría don José Larralde... Lo que empezó siendo una conferencia para media hora –dado nuestro déficit de atención... eso me dijeron– se está convirtiendo en un ensayo que empieza con el viaje crepuscular de Mateo Alemán rumbo a los días de la vida, y sigue con Josep Pla en su mas de Llofriu, pensando en qué bien vive en su casa y a la vez haciéndolo, de manera obsesiva, en poner tierra de por medio, y con R.L. Stevenson escribiendo el elogio de la casa ideal y a la vez embarcándose en la Casco en busca de un tesoro –¿el de la catedral de Lima?– y con Claudio Ferrufino-Coqueugniot y su Exilio voluntario, y esa escritura de los desarraigados por fuerza que viene, y que va a agitar las aguas de este gabinete que huele a meos de gato, y así voy tirando de unos a otros... viajeros y sedentarios, arraigados y desarraigados, viajeros compulsivos y viajeros inmóviles como Lezama Lima en su casa de La Habana, yo mismo claro, como lector y como mal viajero y culo de peor asiento... en fin, que ya iremos viendo.
_____
En la Universidad Pública de Navarra, el 11/12/2014
No comments:
Post a Comment