MAURIZIO BAGATIN
“Ninguna forma de descanso: cama, silla, sillón,
mecedora, etc., podrá igualar a la deliciosa hamaca” - Luis Téllez Herrero -
El ocio está
afuera de cualquier dogma, el ocio no es sinónimo de aburrimiento, el ocio es
más bien hacer una cantidad innumerable de cosas… pararse por un largo tiempo frente a una hoja, perderse mirando un
árbol… todo lo afable del mundo: una mariposa enamorada de una flor en el
verano, la dulce caída de la lluvia mirada desde una ventana, el olor del heno,
el perfume del sudor de una mujer feliz. Todo lo efímero, lo fugaz, lo
imperceptible, la belleza que tú solo sabes que es belleza.
El ocio no es
reconocido por dogmáticos y por el poder: dormir una siesta echado en la
hamaca, a la sombra fresca de los arboles… tomar aquel vaso de vino tan
afrodisiaco que invita al amor, al sexo, al abrazo que destila y resume todas
las pasiones.
Onomatopéyica o
literalidad que importa, sin desviarse el
progreso no es posible nos recordó Frank Zappa, el tiempo pasa y esto es
cierto. Cierto y sólido como la muerte; lo dicho está dicho y ahora deberíamos
actuar: FIAT LUX. Por qué nos olvidamos pronto de los poetas, no de los grandes
poetas sino de los poetas de las esquinas, de los que entran y salen de las
innumerables tabaquerías de Fernando Pessoa, del que ordeña con sus callosas
manos la Holstein mansa, quieta, impasible: animal sagrado, suplente de madres
e invasor de las Américas; del poeta que observa el primer gajo de luna, de la
mujer que apresura su paso en la noche obscura, del niño que escucha la
cantilena que pronto lo conectará con Morfeo.
Queremos todo, o tal vez solo lo hemos deseado por
un instante: una poesía
de Marino Moretti, y así tendré yo también mi crepuscular pausa, el reposo
escuchando Blowing in the wind
pensando en el canibalismo del hombre, en mis madres de leche que fueron diez,
en la tierra, que quienes no la tienen, la trabajan.
Ocio, pereza, descanso, con Mozart, el genio, con
Bach, el encanto, con Beethoven, el absoluto.
Todo ha de pasar,
todo ha de venir, todo ha de suceder, disfrutémoslo; hamack es el árbol fantástico, la
cuna de los dioses, los Mayas con
la fibra de su corteza tejieron redes y redes y se fijaban entre dos árboles,
hamacas para las esperas, el descanso, la contemplación, el simple transcurrir
del tiempo: no las cosas sino lo que hay
entre las cosas, pensaba el poeta, la
hamaca está hecha con los hilos trenzados e indiferenciados del pasado y del
presente para constituirse como el lugar pasmoso del aguardo y la maldita
esperanza, el sitio de un futuro impaciente e incierto, desde ya desmoronado.
Junio 2019
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Imagen: Amerigo Vespucci y el Nuevo Mundo
Un texto precioso! Gracias por compartirlo. Felicidades Maurizio!
ReplyDeletePrecioso.
Delete...Bel Pezzo...
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