JOSÉ CRESPO
ARTEAGA
...sigue a la segunda parte:
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Llunk’us.- Título honorífico que el pueblo llano ha conferido a la legión de serviles funcionarios, legisladores, opinadores y escribanos que defienden a capa y espada cualquier tropelía o metida de pata del soberano plurinacional. Sustancioso vocablo de origen quechua que define con precisión a todos aquellos chupamedias, lambiscones, palmeros, tirasacos, lamebotas y demás ridículos adulones del reino (véase también “amarrahuatos”).
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Llunk’us.- Título honorífico que el pueblo llano ha conferido a la legión de serviles funcionarios, legisladores, opinadores y escribanos que defienden a capa y espada cualquier tropelía o metida de pata del soberano plurinacional. Sustancioso vocablo de origen quechua que define con precisión a todos aquellos chupamedias, lambiscones, palmeros, tirasacos, lamebotas y demás ridículos adulones del reino (véase también “amarrahuatos”).
Los Kjarkas.- Guitarreros íntimos de S.E. que, por
alegrarle la noche, tuvieron el privilegio de compartir con él unos traguitos
de su preciado Etiqueta Azul que guarda con llave en Palacio Quemado. Ostentan,
además, el papel de ser los principales juglares del régimen, que no solamente
amenizan veladas y almuerzos protocolares sino que también acuden raudos a
cierres de campaña y otras concentraciones partidarias, sin cobrar un peso por
ello, por su amor incondicional al caudillo y a su revolución democrática-cultural.
Por tan solidarios artistas hay que sacarse el sombrero y hasta el corpiño si
hiciera falta.
MAS-IPSP.- Acrónimo de Mafia Andina de
Sinvergüenzas, aunque sus ardientes dirigentes argumentan que se trata de una
honorable organización nacida de las luchas sociales, recuperadora de la
dignidad nacional, inventora de la soberanía alimentaria y otros líricos
proyectos que responde al nombre de Movimiento Al Socialismo. Multicromática
cofradía de antiguos emenerristas, adenistas, miristas y otros neoliberales que
renegaron de sus credos para juntarse con marxistas-leninistas, kataristas y
otros indigenistas, guevaristas, pachamamistas, rastafaris y otros
paracaidistas, dejando a un lado sus insalvables diferencias ideológicas para
oportunísimamente crear un brazo operador que, de acuerdo a mis fuentes
palaciegas, es el Instrumento Para Saquear al Pueblo, oficialmente denominado
Instrumento Por la Soberanía de los Pueblos, eufemismo retórico para engañar
con el cuento del tío a la gran masa votante y deslumbrar a los amigos
internacionales que contemplan la revolución desde el sofá.
Masista.- Fanático irremediable que defiende a
ultranza el Proceso de Cambio y demás ideología del partido, pese a todos los
saqueos, escándalos y desmanes que sacuden al régimen. Aplícase también a
cualquier individuo de carácter cínico y prepotente, sospechoso de robo o
corrupción, degradación moral y otros comportamientos repulsivos. El adjetivo
es tan desprestigiante que algunos miembros del partido y muchos simpatizantes
prefieren calificarse como “evistas” antes que “masistas”. Pero vistas las
circunstancias, ambos términos vienen a ser casi lo mismo.
Masistrado.- Sugestivo nombre que el pueblo dio a
los magistrados del Tribunal Supremo y otros altos jueces elegidos entre las
sombras por los jerarcas del partido, pero ampliamente rechazados por el voto
popular, pese al cual fueron posesionados con todas las de la ley, dando
supuestas lecciones al resto del planeta, por ser los pioneros en haber
efectuado ‘democráticas’ elecciones judiciales.
Mestizo.- Criatura oficialmente extinta, como el
tigre de Tasmania, que habitó el territorio boliviano durante la época colonial
y hasta los últimos años de la república. Exterminados de un plumazo (Censo
poblacional 2012, mediante), los mestizos, como no son ni chicha ni limonada
-pues no poseen territorio, cultura, idioma y religión propios, según las
brillantes deducciones del viceministro de Descolonización, quien se define a
sí mismo como “indio aymara en ejercicio” para certificar su pureza racial-,
hoy no cuentan estadísticamente para el régimen imperante, pues no sabría dónde
encajar una nación de mestizos en su originalísimo estado plurinacional de 36
naciones originarias, más puras que el agua del nevado Sajama.
Ministra Paco.- La ministra más ruda del gabinete, que
no obstante su reducido tamaño es capaz de tragarse entero a cualquier
personaje o periodista que ose contradecirle. Desde su trinchera del ministerio
de Comunicación lanza permanentes ataques contra la oposición y otros pérfidos
antipatriotas que se oponen al reinado vitalicio de S.E. Conocida ampliamente
por lucir hombrunamente sombreros texanos y otros de corte europeo -en franca
contradicción con su rabioso discurso anticolonial-, de los cuales no se
desprende ni al dormir, anda amenazando con procesos judiciales a cualquier
bicho que ironice respecto a su particular atuendo, alegando connotaciones
racistas y discriminatorias. Curiosamente, nadie se fija en el sombrero
de una colega suya, una elegante chola paceña que funge de ministra de Justicia.
Ministra
Valdivia.- Desconocida
burócrata que dirigía la ASFI (organismo fiscalizador del sistema financiero),
que rápidamente saltó a la fama al defender celestinamente a S. E. a raíz del
affaire Zapata, en su nuevo papel de ministra de Transparencia y Anticorrupción.
Continuando con la sagrada misión de transparentar o lavar la imagen del
Jefazo, al poco tiempo se estrenó como escritora oficial publicando un informe
bautizado como “La gran estafa del 21-F: Caso Zapata”, que habrá ido a engordar
la biblioteca de la Vicepresidencia, para provecho de las polillas.
Ministro Arce
Catacora.- El
todopoderoso jefe de las finanzas plurinacionales. Orondo burócrata y antiguo
empleado de gobiernos neoliberales, que gracias al liderazgo de S.E. decidió
convertirse al masismo y desde entonces cuida que al redentor plurinacional no
le falte la gasolina para su avión ni los viáticos en sus giras alrededor del
mundo, en su lucha jurada contra la dictadura del capitalismo. Al parecer,
mosqueado por desembolsar tanto dinero en viajes, hoteles, palacios, aviones,
helicópteros y coches lujosos para disfrute del caudillo y principales
jerarcas; decidió que ya era hora de participar del festín, mandándose a
construir un moderno palacete de cristal y acero, cuya obra fina demandó unos
módicos 100 millones de Bs.($us.14,5 millones) y no satisfecho con ello, encargó
la adquisición de exclusivas alfombras de Irán para su nuevo edificio, amén de
equipar sus oficinas con lujosos muebles importados, conjunto de gastos que
superaban los 2 millones de dólares. En estos coloridos afanes fue pillado el
nuevo Sultán del Altiplano (bautizo de las redes sociales) que, ante la
reacción pública, tuvo que frenar las compras a toda prisa y hurtar el
voluminoso cuerpo por algún resquicio de su despacho. Como siempre, el pato lo
pagaron unos subalternos, sospechosos de gustos orientales y otros
refinamientos.
Ministro
Ferreira.- Antiguo poeta,
ensayista, profesor universitario, rector de una universidad estatal,
organizador de cumbres y no sé qué cosas más, que decidió cambiar sus
apolillados versos por los himnos y fusiles del ministerio de Defensa, que él
inexplicablemente confundió con la defensa a ultranza de los líos de alcoba del
caudillo, sumándose al equipo de barrenderos que pujaban entre sí por agradar
al amo a punta de papel y lápiz. De su pluma salió un engendro titulado “Caso
Zapata: la confabulación de la mentira”, donde acusaba a gil y mil por la
derrota del referendo del 21-F.
Ministro
Romero.- El más
tolkeniano de los cortesanos de S.E., ¿la razón?, habría que preguntarles a las
redes sociales. Uno de los funcionarios inamovibles del primer gabinete que, ni
con la muerte del viceministro Illanes -quien le habría llamado pidiéndole
auxilio para que lo rescatara de las garras de sus captores en un conflicto
minero- cambió la expresión de su rostro ni peligró su puesto al mando del
ministerio de Gobierno. Todo el mundo se pregunta, si ha embrujado a S.E. para
gozar de su plena confianza.
Movimientos
Sociales.- Conjunto
de sindicatos y otras agrupaciones, convenientemente adoctrinados, que son
conducidos de un lugar a otro y que, dependiendo de las circunstancias, actúan
ya sea como violentos grupos de choque, como instrumento de presión, vigilia y
amenaza a gobernantes opositores, o como material masificador en las marchas y
concentraciones a favor del régimen. La jerga oficialista los denomina también
como “soldados del Proceso de Cambio”, revolucionario eufemismo con que
disfraza su condición de carne de cañón a cambio de algunos privilegios, casi
exclusivamente aprovechados por los caciquillos que los comandan. Entre estos
grupos de guerreros escogidos figuran los cocaleros, los Ponchos Rojos, las
Bartolinas, las juventudes masistas y otros.
Narco amauta.- Sumo sacerdote que posesionó a S.E.
como gobernante en 2006, entregándole el bastón de mando bajo los ritos aymaras
en el templo sagrado de Tiahuanaco. El amauta o sabio era considerado el “líder
espiritual del continente” o máximo representante de la cosmovisión andina,
algo así como el pope del Pachamamismo que, de celebrar rituales con la hoja
sagrada, descubrió que era más rentable pasarse al negocio de la merca sagrada.
Fue detenido en 2010, con las manos en la masa (240 kilogramos de cocaína,
apenitas) en un pequeño laboratorio de cristalización que funcionaba en su
domicilio.
Neoliberalismo.- Según el vicepresidente García Linera,
en Latinoamérica constituye hoy un “triste recuerdo arqueológico”, sepultado
por el despunte de los movimientos sociales que del poder de las calles han
pasado a detentar poder de Estado, encarnado por supuesto en la figura de S.E.,
quintaesencia de la lucha social y azote del imperialismo. Lo que no parece ver
el marxista de los trajes Armani, es que a los gobiernos de fachada socialista
se les acabó el combustible para vivir del cuento y, en consecuencia, la denostada
derecha está volviendo a tomar las riendas con cierta naturalidad (Argentina y
Brasil como puntas de lanza), sabedora de que las políticas neoliberales solo
fueron camufladas con retórica populista. La economía de mercado sigue más
vigente que nunca en el continente, y Bolivia no es la excepción.
Oposición.- Conjunto de politiqueros dispersos
-liderados por algunos dinosaurios que se niegan a jubilarse-, que se ganan la
vida disputándose famélicamente los restos que caen de la piñata oficialista.
Debido a sus intereses mezquinos, muchas veces se prestan ingenuamente al
triste papel de ser funcionales al gobierno y, dado su comportamiento errático,
gran parte de la opinión pública desconfía de ellos con justa razón.
Desempeñan, asimismo, el pobre rol de figurantes que sólo cobran vida cuando el
régimen necesita una diana a la cual dirigir sus dardos.
Orinoca.- Sitio sagrado por excelencia para todos
los plurinacionales, pues producto de “esa agua, ese aire y esa tierra” ha
nacido, entre llamitas y corderos, en una humilde cuna abrigada por pajas
bravas, el salvador de la humanidad que más tarde sería conocido como Evaristo
(o Cristo resucitado), para temor del imperialismo romano (yanqui, mejor
dicho). Orinoca es una aldea pobre a orillas del lago de Galilea (¡demonios!,
otra vez el corrector, “lago Poopó” debiera decir), en pleno desierto del
altiplano orureño donde actualmente se está construyendo un elefantiásico museo
que albergará desde los primeros p’olqos (zapatitos de lana)
del redentor, pasando por su trompeta adolescente, la veintena de biografías
que le han dedicado, hasta su colección de quinientos ponchos o más, que sus
fans le regalan en sus recorridos a ritmo de avión y helicóptero por todo el
territorio plurinacional.
Pachakuti .- Nombre solemne con que fue
inaugurado el inicio de una Nueva Era, en diciembre de 2012, de acuerdo a una
antiquísima profecía que anunciaba el “cambio de la Tierra” o transformación
radical del modo de vida, justamente quinientos años después del arribo de los conquistadores
españoles, para presenciar el surgimiento de un nuevo esplendor de la gloria de
los antepasados. Ese día en que se alinearon los planetas y las olas rebeldes
del lago Titicaca, surgió como rayo de luz el portador del “fuego sagrado
cosmotelúrico” para redimir a todos los pueblos oprimidos del planeta. Ese
Prometeo andino había sido, of course, el predestinado cuyo nombre
no puede invocarse en vano.
Pachamama.- La divinidad mayor en la cosmogonía
andina, una suerte de madre nutricia de todas las criaturas que pueblan el
planeta, en permanente comunión y relación de dependencia con la naturaleza.
Como se dice que está siendo destruida paulatinamente por la voracidad del
capitalismo, S.E. y otros escogidos que escuchan su agonía, acusan al norte
industrializado de ser el causante de la catástrofe, por lo que se ha impuesto
a sí mismo la misión de llevar hasta el seno de la ONU una bellísima propuesta
de reconocimiento de los Derechos de la Madre Tierra, y que, según su
concepción, son más importantes que los derechos humanos. De ahí que aproveche
todo foro internacional para vociferar su mantra aleccionador de “¡Pachamama o
muerte!”, mientras en su reino plurinacional las petroleras meten tractor a los
territorios indígenas (¿les suena la película Avatar?) y sus inofensivos
cocaleros arrasan con los parques forestales a punta de machete y fuego
purificador de alimañas.
Pachamámicos.- Seguidores de una corriente new
age bautizada como pachamamismo, que tiene entre sus eximios profetas
al esotérico canciller Choquehuanca y a los amautas de zapatillas como
sacerdotes oficiadores de los ritos. Esgrimiendo su devoción a la Pachamama se
han colado hasta los salones de Palacio Quemado, donde hacen humear sus
inciensos y otros sahumerios para espantar a los malos espíritus y, de paso,
dorar de espiritualidad a los solemnes actos de gobierno, posesión de
autoridades, inauguración de obras y diversos festejos.
Palacio
Quemado.- Edificio de
estilo neoclásico que sufrió un incendio parcial durante una revuelta en el
siglo 19, y cuya atmósfera está plagada de pensamiento colonial que tiene
angustiado a S.E., sintiéndose prisionero de él, tanto que hace todo lo posible
para gobernar desde el aire, a bordo de su avión. Como el vetusto palacete no
alcanza ni para cobijar a los pajes y guardia pretoriana, además de que no
reúne ningún decorado plurinacional; se ha resuelto que será convertido en un
museo, al tiempo que se efectúan los preparativos para trasladar toda la corte
al palacio de inspiración tiahuanacota que se está construyendo unos metros más
allá, para envidia de Erdogan y otros sátrapas de Asia Central.
Papalisa.- Cierto tubérculo de color
amarillo-naranja y superficie lisa que los bolivianos degustamos a menudo en
sopas o guisos picantes, sin enterarnos de sus poderes amatorios, que el
místico Choquehuanca al parecer descubrió en las arrugas (surcos) de la madre
Tierra, recomendando su consumo para Vivir Bien...calentados. Picante notición
que ha repercutido en todas las embajadas y suscitado el interés de las
multinacionales farmacéuticas, se dice.
‘¡Patria o
Muerte: Venceremos!’.-
Grito motivacional (como cuando uno se apresta a vencer en una partida de
cacho) con que S.E. saluda a las tropas uniformadas cuando pasa revista en los
cuarteles y otros actos protocolares de las Fuerzas Armadas Antiimperialistas y
demás fuerzas del orden. Por su recomendación, el lema adorna los patios
centrales de los recintos militares y policiales.
Pluris.- Mote cariñoso y ahorrativo que los
“neoliberales” y otros derechistas suelen dar a los militantes del Proceso de
Cambio ya que diferenciarlos entre masistas, evistas, pachamamistas, etc., es
un verdadero engorro.
Ponchos Rojos.- Uno de los movimientos sociales más
aguerridos, provenientes de Achacachi y otras comunidades del altiplano que a
punta de chicotazos suelen ejercer su particular democracia comunitaria. Más
indómitos que un guanaco, se rieron en los postulados de la Pachamama, al
degollar perros en público como advertencia a los opositores. Por semejante
demostración de valentía, desde entonces participan, codo a codo, con tropas de
élite en los desfiles patrióticos, ante la mirada atenta de S.E.
Proceso de
Cambio.- Nombre oficial
de la cleptocracia que se ha apoderado de Bolivia, pues más allá del cambio de
nombre a las instituciones públicas (comenzando con el barniz de Estado
Plurinacional para la República, Tribunal por Corte, Asamblea por Parlamento,
Casa Grande por Palacio, etc), lo que verdaderamente ha ocurrido en la realidad
es el reemplazo de una oligarquía por otra de nuevo cuño, aun con mayor
cinismo y codicia, a la que añadieron algunas figuras indígenas y obreras para
simular una profunda transformación social. El resto es verso para consumo de
los izquierdistas de salón alrededor del mundo.
Rally Dakar.- Competencia ruidosa de decenas de
mamíferos rebosantes de testosterona que, montados en sus carromatos mecánicos,
vienen del hemisferio norte a hollar los virginales caminitos del sur, dejando
a su paso derrames de combustible, latas de aceite, plásticos y otros desechos
industriales para angustia de la Madre Tierra que el hiperecologista líder
plurinacional afirma defender. Principal cometido del ministerio de Culturas
que despilfarrando unos buenos millones en colmar de mimos a los pilotos y
dueños del circo, se asegura que los turistas van a llegar a raudales, porque
“Bolivia está en los ojos del mundo” durante esos barrosos días.
Redes Sociales.- El único sector de la opinión
pública que aún no ha sido domesticado por el régimen. Pero poco a poco se
estrecha el cerco, pues se las considera como las grandes culpables de haber
inducido a la población a votar en contra de la sagrada reelección de S.E.,
acusación inverosímil considerando que poco más que el 10% de la población
tiene acceso a internet. Como sea, los sectores adictos al oficialismo
claman por una urgente ley que amordace su campo de acción y castigue a los
contados tuiteros que tuvieron la osadía de cuestionar la divinidad del amado
líder.
Referendo del
21 F.- Conocido también
como el día más luctuoso (algo así como la Noche Triste del evismo) de la
historia plurinacional, pues en esa infame fecha del 21 de febrero de 2016, las
fuerzas oscuras de la derecha, bajo directrices de la embajada norteamericana,
atentaron contra la infabilidad de S.E al vencerle en las urnas, tal como
estuvieron celebrando hasta altas horas de la madrugada. Otros cronistas
señalan que más bien al pueblo boliviano le dio un ataque de dignidad ante los
intentos desesperados de la camarilla reinante para atornillarse al poder y
seguir gozando del expolio impunemente.
Revolución
Democrática y Cultural.- Rutilante
etiqueta oficial que resume el modo de ejercer la política dentro de las
fronteras del Estado Plurinacional. Ha de ser revolución la sistemática
destrucción del tejido institucional, a través del nombramiento discrecional de
directores y otros altos funcionarios burlando la normativa vigente; el asalto
a los otros poderes del Estado para que sean funcionales al Ejecutivo; el
descabezamiento de gobernaciones y alcaldías rivales bajo cualquier pretexto;
la cooptación de la Central Obrera y otros gremios de reivindicaciones
laborales; el silenciamiento de los medios de comunicación a través de la
compra forzada o la permanente extorsión con amenazas de cierre y; como
broche de oro, la persecución judicial de todos los enemigos del régimen
(al día de hoy centenares de políticos, periodistas y otros, viven exiliados en
los países vecinos, muchos más que en gobiernos de dictadura). A eso le llaman
cínicamente construir la revolución en democracia. En el camino, mientras
tanto, arman las tarimas del espectáculo con que distraer a las grandes
multitudes. Pan y circo a título de despertar cultural.
Sacha Llorenti.- Burócrata de triste recuerdo, que
durante el auge de gobiernos neoliberales fue un acérrimo defensor de Derechos
Humanos, papel por el cual se ganó la simpatía de emergentes líderes sindicales
como el cocalero Evo Morales, que una vez en el poder decidió nombrarlo como
ministro de Gobierno, para que en poco tiempo se estrenara como enérgico
represor de los derechos humanos de los indígenas del Tipnis. Con todos estos
méritos, hoy funge como embajador ante la ONU, donde no tiene mayor
inconveniente en participar de foros sobre la misma temática y otros derechos
civiles.
Satélite Túpac
Katari.- Juguete
de manufactura china que costó más de 300 millones de verdes billetitos, con el
que supuestamente Bolivia entró en el exclusivo club de potencias espaciales, y
mediante el cual el país adquirió soberanía tecnológica y otras mandangas. Su
lanzamiento provocó más audiencia que la llegada del hombre a la luna y
auténticas muestras de emoción de diputadas, cuyas lágrimas se perdieron en la
lluvia de ese día tan históricamente glorioso.
Satucos.- Pandilla de activistas del masismo que
se autodefinen como Colectivo de Pensamiento Político, que supuestamente busca
formar ideológicamente a las clases medias urbanas que coquetean con el
partido. Más allá de sus actividades proselitistas, se les ha visto
amedrentando a un documentalista australiano por la osadía de filmar una
movilización de discapacitados que rogaban por un bono asistencial.
Soberanía
alimentaria.-Otro de los
floridos intentos con que el Gobierno disfraza su incompetencia para aumentar
la productividad del agro, para no depender de la importación de alimentos.
Curiosamente, en el régimen que se apoya en el campesinado como una de sus
bases más importantes, el país depende más que nunca de productos foráneos para
llenar su canasta básica de alimentos. Productos tan típicos como las papas y
el maíz provienen a menudo de los países vecinos. Y dale que dale con el verso
de la soberanía.
Socialismo
Comunitario.- Oxímoron de
reciente creación, tal vez en las trasnochadas del clarividente García Linera,
que define un modelo de “socialismo a la boliviana”, en palabras de un
estudioso del fenómeno. Según el vicepresidente, principal teórico del
socialismo rosa que sirve de sustrato ideológico a la farsa conocida como
Proceso de Cambio, se viene una “comunitarización” universal de las relaciones
humanas y de los seres humanos con la naturaleza, que marcará un Horizonte de
Época, que más temprano que tarde habrá de materializarse a escala global, y a
consecuencia de ello sustituirá al capitalismo como sociedad. “Y es este
socialismo democrático comunitario del vivir bien la única esperanza real para…”
(mejor ahí la paro que me estoy a punto de dormir).
Socialistos o
sociolistos.- Conjunto de
diversos burócratas como directores de organismos de segunda categoría,
gerentes y ejecutivos de empresas estatales, mandos medios del partido,
periodistas de opinión que subsisten del auspicio gubernamental, y los
numerosos “intelectuales orgánicos” que están al servicio del régimen,
beneficiados con sueldos sustanciosos y otros premios como viajes al exterior,
nombramiento en cargos medios de embajadas, etc.
Tiahuanaco o
Tiwanaku.- Formidable
ciudadela lítica perteneciente a una civilización desconocida, que prosperó en
cercanías del lago Titicaca, mucho más antigua que la incaica que, por el grado
de complejidad arquitectónica alcanzado, suscita la admiración de propios y
extraños. Pero gracias al empuje de los pachamámicos el sitio ha sido
convertido en un escenario de espectáculos variopintos, desde comerciales
ceremonias neoincaicas hasta grotescas bodas de la nueva realeza plurinacional.
Y eso que sus sacerdotes juran y recontrajuran que el lugar es sagrado.
Tipnis.- Territorio indígena perteneciente a
pueblos amazónicos, que cobró relevancia en 2011 ante los planes maquiavélicos
del Gobierno de construir una carretera asfaltada por el corazón de la selva,
sin importarle el impacto medioambiental y sociocultural que iba a ocasionar
entre los habitantes de la zona, cada vez más avasallados por los cocaleros del
trópico cochabambino que buscan aumentar sus áreas de cultivo a toda costa.
Ante la negativa de los indígenas, el régimen envió a las fuerzas represivas
a apalearlos con dureza en la localidad de Chaparina cuando se dirigían en una
marcha rumbo a La Paz.
Túpac Katari.- Caudillo indígena de origen aymara,
ajusticiado en la época colonial por rebelarse contra la corona española. Tótem
del katarismo y otras corrientes indianistas que el masismo ha intentado
apropiarse de manera sistemática para decorar su impostura con rasgos de
indigenismo, telurismo y otras manifestaciones que le son ajenas.
Valverde, el
Pelado.- Periodista
cruceño que andaba incordiando el reinado feliz de S.E. con permanentes
denuncias de corrupción, una especie de Lanata boliviano que cometió el pecado
de revelar el Caso Zapata que, por las implicancias de salpicar directamente al
caudillo, le iniciaron procesos de todo tipo, a tal punto que tuvo que
refugiarse en Argentina por falta de garantías.
Vendepatrias.- Apelativo más gráfico con que el
masismo señala a los "privatizadores”, "neoliberales” y otras pulgas
molestosas que cometen la herejía de pensar diferente u oponerse a los planes
totalitarios del régimen. Pero para muestra, mejor citar la lección que el
vicepresidente brindó a unos escolares: “¿Niños, ustedes saben quiénes son los
vendepatrias? …los que venden a los extranjeros, los que han regalado nuestro
gas, los que han regalado nuestras tierras, los que han regalado nuestra
electricidad, los que han regalado nuestra agua, nuestros minerales, esos se
llaman vendepatrias; y esos vendepatrias, toda la plata de Bolivia lo
entregaban a los gringos y no había Juancito Pinto (bono)”.
Viceministerio
de Descolonización.- Insólita
repartición del Estado, sin parangón en el mundo entero, dirigida por un
funcionario que se dice aymara puro, que anda husmeando en la televisión y
otros medios para detectar posibles casos de racismo, sin que a él le tiemble
efectuar, a su vez, declaraciones racistas como las dirigidas a los mestizos.
Es tan puntilloso el burócrata que anda amenazando con procesos a todo aquel
blancoide que se niegue a saludar o dar la mano a S.E, entre otras faltas de respeto,
según su interpretación, cargadas de racismo y discriminación. No se le conocen
mayores resultados de su gestión, salvo en la reciente cuasi-condecoración que
hizo a la ministra de Comunicación como reconocimiento a su ferviente
lucha dialéctica contra las redes sociales que le obsequian memes por sus
omnipresentes sombreros.
Vivir Bien.- Dolce far niente al
estilo plurinacional, que se resume en el permanente disfrute de los
privilegios que dispensa el poder: aviones, coches lujosos, viajes y hospedajes
en hoteles cinco estrellas, amén de la celebración de continuos banquetes con
invitados especiales donde no se escatiman en gastos de toda índole, con danzas
y cantores folclóricos animando las veladas. Todo en nombre de los pobres,
mientras estos tienen que conformarse con bonos y otras migajas. Aunque de
forma lírica, se anda promocionando el concepto como horizonte de vida, en el
sentido moral de vivir correctamente, de acuerdo a prácticas y tradiciones
indígenas basadas en el comunitarismo y armonía con la Pachamama. Bonita
filosofía que no la cumplen ni los pachamámicos.
Wiphala.- Emblema que se dice “sagrada y
milenaria”, adoptada por los ideólogos del Reich aymara para que flamee otros
mil años, y así descolonizarse de una vez por todas, para lo cual han metido
con calzador en la nueva Carta Magna como símbolo oficial, obligando a su izado
hasta en tierras orientales, en una muestra de colonialismo interno ejercido
por la supremacía aymara sobre las otras 35 naciones que contempla el Estado
Plurinacional. Eso sí, reputados historiadores peruanos como María
Rostworowski, aseguran que en la América prehispánica no se conoció el concepto
de bandera y que no corresponde con el contexto histórico; por tanto, la mal
llamada bandera del Tahuantisuyo es una invención tardía del siglo XX, creada
al calor de las corrientes indianistas.
FIN
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De EL PERRO
ROJO (blog del autor), 09/11/2016
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