MAURIZIO BAGATIN
“Maldita sea la venganza, y si asesinan a mi
hermano más querido, no quiero venganza de ningún tipo, quiero otros hombres” - Elías Canetti -
Estoy
leyendo a Esquilo en estos trágicos días, y me acompaña su generosidad; estuvo
en Maratón y en Salamina, dos de las grandes batallas de la Historia, hoy es
más presente que nunca su dramaturgia, su perspicaz psicología, su lectura democrática de todas las
tragedias…
Hay
optimistas bien informados y pesimistas vacíos…la justicia, como me la hizo
entender Esquilo, no puede ser la venganza del ser, no puede ser la ley del
talión, nunca debe ser el ojo por ojo, no, la justicia divina de los dioses, la
de los hombres, debe ser universal y
concreta: la justicia debe ser ciega.
Entender la
complejidad de las cosas, de los seres, de un pueblo… mientras en estos días
nos hemos gastados, crisis del pensamiento, crisis climática, crisis del
hombre, que excavando encuentra su decadencia, sacando costras, su esencia. Las
grandes crisis, como en Esquilo, tienen un aspecto colectivo, de su cultura.
Las crisis no son negativas, hay que elegir un criterio (del griego: criterion, que significa “tribunal de
justicia”), hay que tener conciencia y responsabilidades… un cambio de paradigma
es la gran revolución, mirar el árbol, sus hojas verdes, perderse en su flor,
en saborear sus frutos… ideas, normas y
recursos, me sugería el Qk el
sábado pasado…
A veces
olvidamos nuestra Historia: Potosí cuna del capitalismo moderno, la revolución
sin socialismo del ’52, el neoliberalismo con la 21060, y esta invención orwelliana del Sumaj Kawsay… de ser un
laboratorio para los demás, de regalar recursos a los demás… no utilizar, como
Ulises, una metis contemporánea. Ser
como un Sísifo amotinado de la vida…
Veo
imágenes apocalípticas, hordas de inocentes, víctimas de este irrazonable
mundo, lanzarse como en la película de Kurosawa, Ran (que en japonés quiere decir, caos, miseria), como en una
tragedia… gritando ahora sí revolución,
para volver con un botín, saqueando almacenes, tiendas de barrio y casas
particulares… ¿pecado y culpa?… cambio de película, El huevo de la serpiente, de Bergman, obra maestra, luego un canto
de la Ilíada: “No hay cosa tan perniciosa
como el mando de muchos. Un solo caudillo debe existir, un solo rey”. Ahí
llegamos.
El tablero
está despejado… queda el último bastión,
el de los proveedores del capítulo ausente en ZeroZeroZero de Roberto Saviano, más allá el desierto de la
Navidad, el consumo compulsivo, el nacimiento de la tragedia…
El Alto es
la ciudad más joven de Bolivia, y los jóvenes durante las guerras vienen
enterrados por los viejos, así esta urbe adonde todo inició, también debía
acabar.
Noviembre 2019
Imagen: Esbozo para Ran
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