Tuesday, November 26, 2019

Entropía social y crisis


MAURIZIO BAGATIN

“Maldita sea la venganza, y si asesinan a mi hermano más querido, no quiero venganza de ningún tipo, quiero otros hombres” - Elías Canetti -

Estoy leyendo a Esquilo en estos trágicos días, y me acompaña su generosidad; estuvo en Maratón y en Salamina, dos de las grandes batallas de la Historia, hoy es más presente que nunca su dramaturgia, su perspicaz psicología, su lectura democrática de todas las tragedias…  

Hay optimistas bien informados y pesimistas vacíos…la justicia, como me la hizo entender Esquilo, no puede ser la venganza del ser, no puede ser la ley del talión, nunca debe ser el ojo por ojo, no, la justicia divina de los dioses, la de los hombres, debe ser universal y concreta: la justicia debe ser ciega.

Entender la complejidad de las cosas, de los seres, de un pueblo… mientras en estos días nos hemos gastados, crisis del pensamiento, crisis climática, crisis del hombre, que excavando encuentra su decadencia, sacando costras, su esencia. Las grandes crisis, como en Esquilo, tienen un aspecto colectivo, de su cultura. Las crisis no son negativas, hay que elegir un criterio (del griego: criterion, que significa “tribunal de justicia”), hay que tener conciencia y responsabilidades… un cambio de paradigma es la gran revolución, mirar el árbol, sus hojas verdes, perderse en su flor, en saborear sus frutos… ideas, normas y recursos, me sugería el Qk el sábado pasado…

A veces olvidamos nuestra Historia: Potosí cuna del capitalismo moderno, la revolución sin socialismo del ’52, el neoliberalismo con la 21060, y esta invención orwelliana del Sumaj Kawsay… de ser un laboratorio para los demás, de regalar recursos a los demás… no utilizar, como Ulises, una metis contemporánea. Ser como un Sísifo amotinado de la vida…

Veo imágenes apocalípticas, hordas de inocentes, víctimas de este irrazonable mundo, lanzarse como en la película de Kurosawa, Ran (que en japonés quiere decir, caos, miseria), como en una tragedia… gritando ahora sí revolución, para volver con un botín, saqueando almacenes, tiendas de barrio y casas particulares… ¿pecado y culpa?… cambio de película, El huevo de la serpiente, de Bergman, obra maestra, luego un canto de la Ilíada: “No hay cosa tan perniciosa como el mando de muchos. Un solo caudillo debe existir, un solo rey”. Ahí llegamos.

El tablero está despejado… queda el último bastión, el de los proveedores del capítulo ausente en ZeroZeroZero de Roberto Saviano, más allá el desierto de la Navidad, el consumo compulsivo, el nacimiento de la tragedia…

El Alto es la ciudad más joven de Bolivia, y los jóvenes durante las guerras vienen enterrados por los viejos, así esta urbe adonde todo inició, también debía acabar.
Noviembre 2019

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Imagen: Esbozo para Ran

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