MAURIZIO BAGATIN
El olor a
bosta hoy es sustituido por el olor a neumáticos viejos. La chacra es una
recicladora. Una mujer con la carretilla llena de alfalfa avanza, una mirada
hacia el Tunari pincelado con una repentina nevada y otra mirada al frente: un
improvisado buffet de abogado -se atienden lo civil y lo penal, transferencias,
todos tipos de trámites, fotocopias- una carpintería de aluminio y la tiendita
de barrio de siempre. Símbolos de la tempestad del progreso.
El árbol de
la esquina ha sido eliminado para dar luz a una tienda de abarrotes.
Los
terrenos de hoy representan lo que la Reforma agraria fue ayer. Un minifundio
que desde entonces se hizo cada día más un profundo divide et impera cesariano.
No descubrimos nada. Las parcelas fértiles vienen vorazmente devoradas por el
sueño de un buen vivir cementado.
“Una señora
junto a sus tres hijitas ofrece almuerzos completos, sentadas las tres en una
sillas de madera mal cortada esperan los albañiles que pronto vendrán, se
sentaran en las mismas sillas e irán comiendo la sopa de corbatitas, el segundo
que hoy es pollo con arroz -mañana será pollo con fideo- y el postre, una
gelatina royal de color verde miedo, tomaran un refresco de membrillo y
retornaran a la construcción del frente. Nadie le contó que las ollas de aluminio
donde cocinó es donde empieza nuestra digestión. Nadie le dijo que el material
con el cual están hechas, el óxido de etileno, es cancerígeno. A nadie le
importa que nuestras formas de comer, la nuclearización de la comida, el
conocer los ingredientes, la preparación, son tan importantes y complejos,
difíciles, como criar a sus tres hijas. Su marido es uno de los albañiles que
hoy comieron ahí, o está en España enviando remesa cada mes, en Buenos Aires
asfixiado por el pánico de una fiesta que no siente suya, camino al Chapare con
su camión usado y comprado en cómodas cuotas y que terminará de pagar en el
2027”
Al llegar
al vivero apareció un gran letrero anunciando que el lote está en venta. Nadie
sabe nada y todo se sabe. No menos de cien dólares el metro cuadrado deben
querer, está a dos cuadras de una avenida y ya está aprobado el plan municipal
para el asfaltado de la calle innominada. Pronto habrá una farmacia, tal vez un
gimnasio, la señora con sus tres hijas en la noche servirá sillpancho o anticuchos,
el hijo del bicicletero abrirá su taller mecánico y su hermana una peluquería.
Cambiarán
los olores y faltarán los perfumes, el olor de aceite del frito sustituirá al
perfume del jazmín, el perfume de la laca para cabellos se encimará al olor de
la lluvia en septiembre. El poste de luz será de cemento, el molle mirado mal
por el policía que irá a vivir al cuarto piso del departamento frente a él.
Tendrá más vida la luz de los neones que la fogata de San Juan. Pasaremos por
aquí adentro de unos meses y nos equivocaremos de calle, la calle tendrá un
nombre absurdo y lo único que faltará será el letrero que anunciaba la venta
del lote.
Diciembre
2022
Foto: Lote en venta
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