Por
Anahí Aradas
CARLOS SAURA
Carlos Saura, de 80
años, sigue siendo un anarquista del cine. Arduo defensor del cine de autor, es
un artista veleta que tanto le dio jugar con el neorrealismo, la comedia, el
documental o, en sus últimos tiempos, con el género musical.
Este hijo de la
guerra civil española se mantiene a flote tras medio siglo de batallas en un
sector que dice siempre estar en crisis, pero que ahora parece tener
contundentes argumentos que lo avalan: víctima de un tijeretazo estatal del
35%, con una caída del 70% en número de rodajes respecto a 2011, el cine
español, dicen, está en cuidados intensivos.
Pero cuando BBC Mundo
interrogó a Saura sobre el enfermo en una breve visita a Londres, su respuesta
fue "en realidad el cine español ha estado demasiado protegido".
¿Cómo
financió su primera película?
Fue a través de un productor, Miguel Guzmán, que
quería hacer una película e hicimos Los Golfos. La hicimos en la calle, con la
cámara en la mano. Para la España del 59 aquello era muy novedoso, nunca se
había hecho una cosa así. Fue seleccionada en el 60 por el festival de Cannes y
tuvo cierta repercusión y eso me facilitó el seguir haciendo películas.
¿Cree que un cineasta
español hoy en día tiene las mismas, menos o más oportunidades que en aquellos
tiempos?
Tiene más oportunidades y también menos. Ahora con las cámaras
digitales cualquier persona, con un poco de cabeza y talento puede hacer una
pequeña película. Menos también porque, aunque en mi época también era difícil,
la dificultad hoy es que lo que hagas lo vea la gente. Hacer una película hoy
no es complicado, pero es más difícil encontrar una distribución o a una
televisión que le interese.
Maltrecho, descalabro, muerte, recorte salvaje...
Son algunas de las palabras con las que la prensa describe la situación del
cine español actual. ¿Cuál es su descripción?
No lo sé, no soy productor, pero
no veo yo que sea más complicada la situación ahora que la que teníamos
nosotros cuando empezamos a hacer cine en los años 50, cuando era imposible
entrar en el mundo del cine. Antes había sindicatos y tú no podías dirigir una
película tan solo con un productor. Tenías que hacer de ayudante de dirección
en al menos cinco películas con directores conocidos, pasando un proceso.
Las
salas de cine en España están cada vez más vacías...
El cine ha cambiado,
ahora el cine se ve de muchas maneras. Se puede ver a través de la televisión,
en DVD, en tu casa con un proyector. Hay unas posibilidades enormes para ver lo
que te da la gana. El problema es que necesitas información para eso. Todo
tiene que ver con la publicidad y eso está en manos de los estadounidenses, que
han sido los más listos, que hacen películas que van al gran público. Contra
ellos no se puede luchar.
¿Qué se puede hacer entonces?
El cine personal, lo
que he hecho toda mi vida, que sí tiene un público. Yo tengo un público y así
he podido seguir haciendo películas.
Comentaba que España está deprimida,
asustada. ¿Qué puede aportar el cine a este contexto de crisis?
Es el momento
de hacer películas, buenas películas. Se ha hecho mucha mala película. Parte de
nuestro problema es que se han hecho muchas malas películas, aunque también
algunas buenas. Ha habido un nivel bastante bajo que no ha conseguido atrapar
al público. Va a haber una limpieza feroz, terrible, dramática en todo. Lo que
no sé es si van a quedar los mejores o los peores. Creo que el cine español ha
estado demasiado protegido.
No somos nosotros lo únicos que estamos en crisis.
Ahí está el cine italiano, que controlaba el cine mundial desde el punto de
vista del prestigio y está peor que el nuestro. El cine alemán está por ahí, el
cine francés se va salvando y el inglés se salva gracias a Estados Unidos.
El rey, los
desaparecidos del franquismo.. La crisis parece haber exaltado un debate
latente, ¿tendrá su reflejo en el cine?
Qué duda cabe, seguro que sí. Hay un
creciente interés sobre la guerra española. Parecía olvidado, toda una
generación parecía no querer saber nada de la guerra. Hay un creciente interés
precisamente por la Repúbica española, que fue una época fantástica. Fue un
tiempo de crecimiento intelectual de un talento enorme, de poetas, de pintores,
de escritores… No se sabe cómo va a ser el futuro, pero España tiende hacia una
república.
¿Y ese pensamiento más progresista no choca con el hecho de que la
derecha tenga hoy mayoría absoluta en España?
Bueno, sobre el PP, no
se qué va a pasar. Hasta qué punto se va a vender a la banca internacional, a
las necesidades de otros países. Tengo la sensación de que alguien está
controlando todo esto y no sabemos quién es, que es lo peor, no saber quién es,
si es una entidad, una empresa, los americanos, si es una mezcla de todo.
Antes, al menos sabíamos dónde estábamos, ahora no lo sabemos. Depende de otras
cosas. Creo que el PP está acentuando ese miedo.
Es muy peligroso porque
España tiene paciencia hasta un punto, pero puede explotar, que es lo que me da
miedo. Una guerra civil, parecida a la que hubo en el 36, es una posibilidad
lejana pero hay que tener cuidado con eso, porque la gente se puede cansar.
Países
como Argentina se han mostrado preocupados sobre el impacto que los recortes en
España pueda tener en sus cooproducciones.
Muchas películas, por no decir la
mayor parte, son coproducciones con España. Ha habido un flujo muy grande de
producciones con Argentina, Cuba, Chile. Eso es muy interesante y no se debería
perder nunca. No sé que va a pasar ahora con eso.
Por último, qué le
aconsejaría un cineasta de la llamada "generación perdida", con nula
posibilidad de conseguir subvenciones o créditos privados.
Pues le diría que
se dedicase a otra cosa… Tal y como lo presentas. Si no tienes nada, ¿cómo lo
vas a hacer? Depende de qué tipo de recursos. Necesitas un mínimo, una cámara
de vídeo, un sistema para procesar eso, unos amigos actores que sean muy buenos
y ya está, haces una película.
De joven yo soñaba con cámaras con las que no
tuvieras que pasar por todo el proceso de grabar sonido a parte, procesar la
cinta –lo que costaba una fortuna- hacer copias y montar eso.
Hoy puedes
grabar tú mismo sonidos en la calle, utilizar Final Cut. Te puede costar ocho
meses hacer una película, pero puedes hacerlo. Antes no lo podías
hacer.
Fuente: BBC Mundo
Foto: Carlos Saura
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