Friday, November 13, 2015

El regreso del Jedi, digo, emperador

José Crespo Arteaga

Poco a poco se empiezan a conocer los entretelones de la gira relámpago que hizo Su Excelencia por los cielos, mares y tierras de Europa; el continente que le faltaba trajinar más o menos a fondo. Entre conferencias magistrales, reuniones de alto nivel con gobernantes y con jugadores de fulbito, visitas a fábricas y otras cositas importantísimas, S.E. aún tuvo las energías necesarias para efectuar compras desde radares –para estrenar en la cacería al Chapo Guzmán, de paseo en Sudamérica, según los últimos rumores - hasta doctorados al por mayor, que salen más baratos por docena. Esperemos que S. E. tenga el tino de guardar-por lo menos en fotos- todas sus coronas (digo, birretes) que ha ido atesorando a lo largo de una década para así rellenar su inmenso museo personal de Orinoca, junto a sus invaluables ponchos del color del viento.

Desplegaba el imbatible paladín de la Dignidad toda su majestuosidad en los salones dorados de la vetusta Europa. Merkel y Hollande, a su tiempo, enfundados en sus monótonos y decadentes ropajes de jefes de estado, le envidiaban aquel traje avasallador de alpaca works confeccionado por la Coco Chanel de los Andes, aquellas filigranas que remataban la chaqueta y los puños de camisa como el redondel de la boca de una guitarra. Y es que S.E. había elevado la moda falazmente tiahuanacota a categoría de arte andante.

Pero no todo había sido pichanga futbolera para el inimitable emperador plurinacional, que en una de esas entrevistas televisivas pasó inusitados calores para gozo generalizado de la audiencia alemana. Como se sabe, S.E., no habla ninguna de las tantas lenguas de sus 36 naciones reunidas bajo su cetro, y por fuerza utiliza un idioma foráneo, ya que la Bolivia mestiza y castellanoparlante no figura entre esas naciones. Tantos viajes y cumbres le enseñaron que hay que ponerse los cascos (de audio) automáticamente, y por un rato su imponente cabellera se lió con los audífonos a la espera de las preguntas…en alemán, como cabía esperar. Sin embargo, el entrevistador le habló con fuerte acento pero fluida y correctamente. Cariacontecido, S.E. daba a entender que no captaba nada y con gestos de sus manos parecía decir “esto me suena a español”, como haciéndose al sueco, mejor dicho, al alemán, que me estoy liando yo también. En fin.

Luego de cosechar vítores, certificados de asistencia, títulos nobiliarios y ruidosos aplausos por la función en una universidad de Berlín, S. E. al fin pudo retornar a sus pagos, después de una larguísima semana en la que estuvimos extrañando sus perlas de inagotable sabiduría; porque ciertamente su vice, Álvaro el Gris, no divierte con su cháchara de marxista embutido en Armani. Cómo será de incombustible el estadista que, en un dos por tres, esta tarde estaba prometiendo un hospital en una tarima empotrada-novedad- a media grada de un gran coliseo, en Villazón, ahí al frente de la frontera argentina. Por cierto, hoy 10 de noviembre es el aniversario potosino y ni por asomo pensó en visitar a la ciudad capital y participar de su desfile cívico, consciente de que cosecharía sonoros silbidos y abucheos por el desprecio que manifestó hace unos meses a sus demandas regionales.

Supongo que también le habrán informado que acaba de salir un estudio donde catalogan al Estado Plurinacional como el subcampeón de la corrupción en Latinoamérica, sólo superado por ese agujero negro conocido como Venezuela, que si no tranquilamente estaríamos batiendo otro récord histórico para los registros de la “Nueva Bolivia”. No hace falta acudir a un chamán de la coca para saber que al aureolado caudillo le estará valiendo Berlín lo que se publique sobre este nauseabundo asunto. Ya habrá ocasión para opinar al respecto.

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De EL PERRO ROJO, 10/11/2015

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