MAURIZIO BAGATIN
Otra ola, la tercera ola -sin desprecio por Alvin Toffler- con la peste
planetaria que sigue arrasando pueblos, países, continentes enteros. A causas,
efectos, Newton enseñó.
Desde la cordillera baja un frío que solamente quien conoce los Andes lo sabe
percibir, es un frío intacto y firme, penetra sin piedad, no son la temperatura
o el viento, es la intensidad, la constancia, hasta el color gris de su
propuesta, le permite su expresión.
Han sido días de muerte y sin embargo siguen muriéndose amigos y extraños, sin
piedad alguna la muerte, mezquina oportunidad de un virus para sentirse
protagonista, y darle fin al verso del poeta, al socorro de la enfermera, la
desesperación del más débil. Domingo gris. Amigos que escriben, llaman, chatean
para confirmar la presencia, en este irrazonable mundo que seguimos demasiado
violentamente devastando. Medio siglo, o un poco más, antes de ayer el
medioevo, ayer las guerras mundiales, hoy una peste. No es una guerra, pero es
nuestro presente en acabar con lo fundamental y lo irreversible.
Las notas de John Coltrane, A Love
Supreme, el cielo gris de un domingo gris, preparar un plato caliente, una
jankakipa o un minestrone, seguir leyendo la novela pendiente, mirarnos a los
ojos, sentir la presencia.
Lo denominado queda con vida, escribió Canetti.
23 de mayo 2021
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Imagen: Marc Chagall, En la noche, 1943
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