La Ruta de la Seda, que unió la Roma imperial con la lejana China, fue durante siglos la mayor vía de comunicación de la Tierra. A través de ella viajaban preciosas cargas de seda, oro y marfil, así como nuevas ideas revolucionarias. las ciudades oasis florecían en torno a prósperos centros budistas de arte y cultura. Con el tiempo empezó la decadencia. El tránsito disminuyó. los mercaderes se fueron y finalmente las ciudades se desvanecieron entre desiertos de arena. Pero las leyendas sobre ciudades perdidas llenas de tesoros y guardadas por demonios no dejaron de crecer. Durante años exploradores extranjeros empezaron a interesarse por estas leyendas, e iniciaron una ambiciosa carrera en busca de los valiosos tesoros artísticos de la Ruta de la Seda. Grandes frescos, esculturas y preciados manuscritos fueron extraídos literalmente a toneladas, y aún hoy se encuentran esparcidos por museos de docenas de países...
Con ese texto de contraportada es complicado que cualquier viajero que se precie no sienta curiosidad por lo que cuentan las páginas del interior de un libro. Peter Hopkirk es todo un especialista en Asia Central y nadie mejor para retratarnos con detalle las historias de aquellos hombres que con arrojo y valor se lanzaron a misiones arqueológicas que todavía hoy provocan la eterna ira de los chinos.
El libro retrata parte de la vida y las expediciones de auténticas leyendas en el mundo de la exploración: Sven Hedin, Sir Auriel Stein, Albert von Le Coq y el profesor Langdon Warner. Eminentes viajeros que compaginaban un tremendo nivel cultural y científico con el mundo de la acción sobre el terreno.
Así que a lo largo del libro viajamos en mayúscula por parte de la Historia de la exploración y la arqueología. La legendaria Ruta de la Seda es el lugar donde confluyen las pasiones científicas y de descubrimiento de nombres inmortales que permanecen en la mente de todos. Las referencias a otros viajeros , a hechos históricos y a lugares legendarios son constantes a lo largo de todo el libro.
La propia Ruta de la Seda y Asia Central sigue siendo en pleno siglo XXI un foco de aventuras, misterios y de problemas geopolíticos. Y es que hoy como ayer sigue poniendo la piel de punta el escuchar nombres comoTurquestán, el desierto del Gobi o el desierto de Taklamakan.
"No hay viajero que tenga algo bueno que decir del Taklamakán" nos decía Sven Hedin , uno de los pocos europeos que durante mucho tiempo pudo contar el haberlo cruzado.Mercaderes, peregrinos, soldados y otros aventureros dejaron sus huesos en un desierto que para muchos sigue siendo el más peligroso del mundo.
Y así a lo largo de las páginas recorremos algunos de los grandes hechos fundamentales de la arqueología y la exploración. Un libro que se lee con pasión y que nos va atrapando para llevarnos a viajes llenos de dificultad y significado. Atravesando sus páginas sentiremos en su pura esencia la llama de la aventura, pero también el riguroso conocimiento científico y de la Historia en una época irrepetible.
Una obra fundamental para entender una zona del mundo tan misteriosa como fascinante.
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De LEER Y VIAJAR
y en el Taklamakán siguen viviendo los demonios porque es el lugar donde China realiza sus pruebas atómicas y tiene además ubicada cerca una prisión para los irredentos, la cual le sirve para observar los efectos de la radioactividad en los presos. Por esa region es que China quiere extender el gasoducto proveniente del centro de Eurasia.
ReplyDeleteUrgente detalle. Muchas gracias.
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