Miguel Sánchez-Ostiz
Esta mañana he salido al mercado y he parado en la plaza 14 de Septiembre, en el Café París, a tomar un café y leer la prensa. El diarioOpinión. Una noticia de sucesos regionales me ha llamado la atención y la he copiado, aquí va:
«Boris Arnold Martínez Aranda, de 21 años, fue apuñalado al salir de una fiesta, durante una pelea en la calle, y murió camino al hospital, ayer de madrugada. Los sospechosos del asesinato fueron atrapados por comunarios de Villa 14 de Septiembre, en el trópico de Cochabamba. Ambos fueron llevados a orillas del río donde intentaron ahogarlos, y luego los amarraron a un palo santo para ser picados por tucanderas (hormigas que pueden provocar la muerte). La Policía logró evitar el linchamiento».
Bien, no es nada nuevo ni nada muy raro, porque hace unos días anoté otra parecida. Basta rastrear las hemerotecas para encontrar noticias de linchamientos uno detrás de otra: personas victimadas con mayor o menor crueldad, quemados vivos lo más común, apedreados, enterrados a veces también vivos... Lo cargan en la cuenta de la justicia comunitaria, en su defensa o en su perversión, le quitan importancia, se encogen paladinamente de hombros como una fatalidad inevitable o lo utilizan como munición contra el Proceso de Cambio, emprendido por Morales... Si muestras tu rechazo, te dirán, como en todas partes, que en tu calidad de extranjero, no entiendes las esencias y la idiosincrasia andinas.
En el mismo periódico, en un suelto breve, he leído que hace unos días fue detenido el morguero del Hospital Clínicas de La Paz por traficar con grasa humana. Al morguero lo detuvieron pasadas las diez de la noche y le incautaron siete frascos con grasa humana. Conozco la Morgue de La Paz, la de los NN, los asesinados, los no identificados, los vagabundos, los mendigos... No recuerdo haber estado en un lugar más turbador. Luego he podido seguir la noticia en prensa. La grasa humana se utiliza en ceremonias de magia y en curanderismo. También leo que el morguero fue liberado porque no se presentaron denuncias formales de personas afectadas. ¿Qué personas afectadas va a haber en el caso de los NN que allí se amontonan unos sobre otros, al fondo del galpón o que cubren materialmente el suelo?
¿Es esto significativo? No lo sé. Tal vez haya que hacer lo que hace la mayoría: encogerse de hombros y pensar que es una fatalidad con la que hay que contar y que en todas partes cuecen habas, a ser posible no en tu casa. ¿Es esto Bolivia? Tampoco lo sé. Una parte desde luego, me cuenten lo que me cuenten, porque los periódicos de sucesos se nutren de manera copiosa y a diario de enormidades de estas, las que tampoco abruman los diarios nacionales por que para qué. Que no lo identifique como país es otra cosa. Lo que sí sé es que no es fácil acercarse a hechos como estos, a sus trasfondos, a la ideología o la mentalidad que les da sustento y cobertura, a sus causas sociales, económicas, educacionales... Si ni conoces ni comprendes del todo el país en el que has nacido y vives, para rato vas a conocer aquel en el que, estés el tiempo que estés, lo haces de paso, con tus prejuicios, tus creencias, tus ideas más o menos elaboradas a cuestas... Y si te haces estudioso y erudito, y solo eso, peor que peor. No vas a acertar jamás. El asombro y la perplejidad van en tu equipaje.
En el mismo periódico, en un suelto breve, he leído que hace unos días fue detenido el morguero del Hospital Clínicas de La Paz por traficar con grasa humana. Al morguero lo detuvieron pasadas las diez de la noche y le incautaron siete frascos con grasa humana. Conozco la Morgue de La Paz, la de los NN, los asesinados, los no identificados, los vagabundos, los mendigos... No recuerdo haber estado en un lugar más turbador. Luego he podido seguir la noticia en prensa. La grasa humana se utiliza en ceremonias de magia y en curanderismo. También leo que el morguero fue liberado porque no se presentaron denuncias formales de personas afectadas. ¿Qué personas afectadas va a haber en el caso de los NN que allí se amontonan unos sobre otros, al fondo del galpón o que cubren materialmente el suelo?
¿Es esto significativo? No lo sé. Tal vez haya que hacer lo que hace la mayoría: encogerse de hombros y pensar que es una fatalidad con la que hay que contar y que en todas partes cuecen habas, a ser posible no en tu casa. ¿Es esto Bolivia? Tampoco lo sé. Una parte desde luego, me cuenten lo que me cuenten, porque los periódicos de sucesos se nutren de manera copiosa y a diario de enormidades de estas, las que tampoco abruman los diarios nacionales por que para qué. Que no lo identifique como país es otra cosa. Lo que sí sé es que no es fácil acercarse a hechos como estos, a sus trasfondos, a la ideología o la mentalidad que les da sustento y cobertura, a sus causas sociales, económicas, educacionales... Si ni conoces ni comprendes del todo el país en el que has nacido y vives, para rato vas a conocer aquel en el que, estés el tiempo que estés, lo haces de paso, con tus prejuicios, tus creencias, tus ideas más o menos elaboradas a cuestas... Y si te haces estudioso y erudito, y solo eso, peor que peor. No vas a acertar jamás. El asombro y la perplejidad van en tu equipaje.
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De vivirdebuenagana, blog del autor. 03/09/2013
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