PABLO MENDIETA PAZ
Siempre he
lanzado los dados y abrazado la oscuridad con la escasez cantada desde muy
lejos, fuera del alcance de mis brazos; con amor, quizás fama chica y toda
muerte de años que volaron sobre mí; aunque siempre retorno al hogar y atizo y
apago incendios de sueños de tener y no tener; claro, sin olvidar ni a Rameau
ni a Grieg. Es el péndulo eterno, el de todas las vísperas.
Conmovedoras y profundas palabras de un grande.
ReplyDeleteUn abrazo enorme a Pablo Mendieta Paz y a Claudio Ferrufino-Coqueugniot, sin cuya comprensión y generosidad editora estos valiosos textos se dispersarían en un nunca jamás.
Gracias, querido Jorge Muzam. Y al maestro por estos sus trabajos de orfebre.
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