MAURIZIO BAGATIN
“El pasado
define el presente cuando la humanidad no es dueña aún de su propia historia” -
Jorge Zabala -
El
personaje
Desplazaba
a muchos por su tremenda libertad. Recuerdo haber compartido con Jorge Zabala
unos cuantos cafés en el Carajillo y en el Metrópolis, boliches bohemios de fin
de siècle cochabambino. Allí llegaba buscando tertulia, sin provocar
directamente pero siempre estimulando con su disposición al humor inglés. Otro
instinto de su libertad sin pertenencia alguna. Muchos ahora intentan armar un
rompecabezas imposible de su personalidad, de sus miles posibilidades, un Zelig
que retornó al pueblo grande después de una incomparable formación para
aquellos años.
Facetas
culturales
Su último
libro, Hojas del adivino, es un viaje caleidoscópico adentro de la hoja sagrada
y es la visionaria percepción de un maudit más químico que Rimbaud. Tremendo
libro. Inclasificable por sustancia y alteridad, riquezas en los espacios de
pausa que nos ofrece y por la elegante investigación que demuestra. Bolivia es
la historia de sus recursos naturales y la coca, además de haber sido empleada
para sojuzgar a los nativos, es el elemento esencial del dominio contemporáneo.
Jorge Zabala está a la altura de los cronistas desvelando el martirio sin fin
de esta tierra.
Exorcismos
No hay
lectura que se le escape. La radiografía cultural que Jorge Zabala nos ofrece
es ante litteram para una época que sigue columpiándose entre dictaduras y
democracias; el nuevo que no aparece y el vejo que no muere, en un país que
nunca podrá matar al caudillo, eliminar a sus resentimientos y a su vanagloria;
son perfiles que habrían engatusado a Guy Debord. Política, revolución, artes,
religión, sexo y anarquismo pincelados como un Roland Barthes criollo, libre de
la nouvelle vague y de cualquier estereotipo académico. Más Oscar Wilde que
Charles Baudelaire. Ética y estética andaban de acuerdo, porque la belleza no
puede estar sola; creo que Jorge Zabala veía en la cultura la construcción de
la acción humana, el antiguo dran griego como única oportunidad del ser humano.
Mundo
compartido
Sus
personalísimas lecturas se reprodujeron en los textos que escribió. No creo
hayan sido críticas, sus textos eran más bien análisis microscópicos de cuanto
su metabolismo cultural, y su inteligencia, le ofrecían. Y nos regaló algo
inédito por aquel tiempo. El cine de Bertolucci, los comics de Pat Tourret y
Jenny Butterworth, un cuadro de Kandinsky eran emociones, y lo fueron también
los breves análisis de la sociedad en la cual le tocó vivir. Solo que Jorge
Zabala intentó siempre estimular lo imposible, incomodar Hegel para describir
el mundo andino, utilizar siempre fines ironías para provocar la razón y hacer
poesía.
Triste
solitario y final
No hizo a
tiempo en conocer el mundo que había anticipado. Una obra reunida es lo mínimo
que se merece. Andando como flâneur sin herramientas, vemos la ominosa
metamorfosis de la ciudad, y como metáfora de todas las urbes sudamericanas, me
contaron que Jorge Zabala estaba de cara a la pared en la esquina de una casa
céntrica de Cochabamba, unos amigos pasando por ahí se pararon y le preguntaron
si se encontraba bien, y Jorge, un poco Cioran y un poco Diógenes, les dio esta
explicación: “Le estoy dando la espalda a esta ciudad. No quiero darle el gusto
de mirarla”.
Mayo 2023
Foto:
Sergio Leon Lozano, La tumba de Jorge Zabala en el Cementerio general de
Cochabamba, Bolivia, mayo 2023
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