La joven no soporta más la distancia y en abril de 1916 decide ir a París para casarse con Éluard. Europa, en ese momento, está totalmente inmersa en el conflicto y destruida, por lo que viajar a París desde Moscú pasando por Alemania y el Imperio Austrohúngaro –dos de los ejércitos enemigos– sería imposible. El trayecto que debe seguir Gala es totalmente rocambolesco y la lleva a viajar a Helsinki, Estocolmo y Londres para llegar a la capital francesa. El 21 de febrero de 1917 se casa de verde con Paul Éluard y el 10 de mayo de 1918 nace su única hija, Cécile.
Las esferas vanguardistas en las que se movía tanto Gala como Éluard ayudaron a desarrollar sus inclinaciones sexualmente liberales, lo que implicaba correspondencia y fotografías eróticas desde siempre entre ambos. Incluso relaciones consentidas de Gala con otros hombres, como con Pablo Picasso en 1924, que sentía especial predilección por las mujeres rusas y no dudó en pintar y regalar un cuadro a su amante.
En 1929, el matrimonio Éluard visitó a Salvador Dalí en Cadaqués, en la Costa Brava, gran amigo de Paul. Gala tenía en ese momento 35 años y Dalí diez menos. Para el pintor fue amor a primera vista. Paul tenía que regresar a París, pero Gala decide quedarse unos días más en España, aprovechando la enfermedad de su hija como excusa para quedarse junto a Dalí. Sería para siempre. “Ya nunca más nos separaremos”, prometió Gala a Dalí. Nunca lo hicieron. 
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De RUSIA HOY, 15/05/2013 
Fotografía: "Gala asomada a la ventana", escultura de Salvador Dalí. Fuente: wikipedia / Manuel González Olaechea y Franco