Wednesday, June 17, 2015

Bolivia y su fútbol de historieta

JOSE CRESPO ARTEAGA

Anochecía. Yo que estaba tranquilamente en mi cuarto continuando con la lectura de un libro de Tom Wolfe (Lo que hay que tener, cojonudo título de entrada, por ahí va la cosa) porque sencillamente no había nada que hacer, fui sobresaltado por otra racha de petardos en la vecindad. Asomé la cabeza por la minúscula ventana que da al norte y que hace de tragaluz, y pude divisar un rosario de fogonazos amarillentos que se sucedían cada tanto, y no faltó alguna muestra de multicolorida pirotecnia, a la distancia.

El acontecimiento habrá durado unos diez minutos. Me puse a recapitular antecedentes: no era un aniversario patriótico, no había fiesta patronal, ni suele haber marchas de protestas al caer la noche. Encendí la radio buscando una explicación para tan magna celebración en este país de celebrados hábitos. ¡Por las cuitas de la FIFA!, había olvidado que el lunes la selección boliviana tenía partido contra Ecuador. El locutor, ya con la voz ronca, en cualquier momento se iba a morir de emoción como otros diez millones de gargantas repartidas en toda la república. Habíamos ganado el campeonato mundial de la alegría, eso seguro.

Estaba batiendo mi récord personal de tiempo sin ver fútbol. Desde la final deChampions no he visto ni un solo partido más, ni siquiera minutos de resumen. Y eso que en un país vecino se desarrolla la Copa América a toda mecha. Honestamente siento que no me he perdido nada hasta la fecha, ni la memoria del músculo futbolero me reclama. Es un campeonato deslucido en los últimos tiempos, a pesar de la presencia de casi todas las estrellas que se lucen en los mejores equipos europeos. Los cracs están sin chispa, por lo que me he venido enterando. Desde luego, en la misma Europa apenas le tiran pelota al asunto. Los clubes estarán más preocupados de que no se lesionen sus jugadores sudamericanos que estarán hasta el gorro por las temporadas extenuantes. Pero se imponen los patrióticos deberes.

Así pues, patriótica obligación es apoyar a la Verde, pase lo que pase. Ayer, lunes al morir la tarde no pasó lo que tenía que pasar. “Bolivia se rebela contra su historia”, dice un titular de prensa español. No era para menos, triunfar en una Copa América después de 18 años suena a eternidad. Toda una generación ha crecido en ese lapso, sirva de ejemplo mi hermano menor. Tanto él como sus coetáneos no habían visto nunca a la Selección triunfante en el torneo más antiguo del mundo. Tal vez por eso anoche tanta gente celebró la machada de estos nuevos titanes del balón. A su lado, la epopeya del único título sudamericano del 63 suena a pergamino roñoso. Así vamos, a los conchazos, como decimos acá. Tres llegadas al arco rival y tres goles. Haber metido tres goles en un primer tiempo también es hito histórico porque nunca se había hecho antes, acotan los estadísticos. Luego a defenderse con uñas y dientes y que la suerte nos ampare.

La mezquina fortuna nos sonrió, colgados del arco y agradecidos al travesaño que escupió un agónico trallazo ecuatoriano. O será la poderosa impronta que ha dejado en el imaginario nacional - tan dado al pesimismo histórico según hallazgo del clarividente Vice-, el inconmensurable liderazgo de Su Excelencia, quien hace pocos días, coincidentemente derrotaba en ajedrez a todo cristiano que se le enfrentara, en pleno vuelo por los cielos minados de Europa para mayor dificultad. Tan concentrado estaba en la faena que se dice que no se inmutó cuando aparecieron dos cazas F-16 del ejército suizo para escoltar a su gloriosa aeronave, cuidando de que no se perdiera en el trayecto rumbo a Milán.  Ni los amargos recuerdos de los cafés y maratónicas horas de espera en un aeropuerto austriaco pudieron con él. Y eso era suficiente ejemplo de valor y coraje para cualquier delegación en misión internacional.


Y por una vez, la Selección demostró Lo que hay tener, según se extrae de las opiniones triunfalistas. La historia se meó ante el embate de esta aguerrida camada de pantalón corto. Temible escuadra plurinacional que tiene como armas secretas a un argentino, un paraguayo y un sueco que posee la patada del rayo como su antepasado Odín. Empezad a temblar, rotos, que aquí entran los nuevos Colorados de Bolivia; perdón, me quedé en offside: quise decir Verdolagos de Bolivia.

_____
De EL PERRO ROJO (blog del autor), 16/06/2015

No comments:

Post a Comment