Friday, April 28, 2017

Bolivia: El país de la joda, el rabioso ballet del zafarrancho

HUÁSCAR PUMA

No nos resulta extraño que este nuestro país, donde todo pasa y no pasa nada, sea hasta divertido para el que sabe mirar las cosas con buen humor, para aquel que aprendió a reírse de sí mismo. Para el tonto grave, el tipo muy serio que se toma las cosas muy a pecho, puede resultar peligroso, pues puede sufrir un síncope en cualquier momento, gracias a los colerones que le puede ocasionar nuestra particular idiosincrasia.

Confundiendo aquello de que el deporte es salud, el “insustituible número 10” y su equipo de inútiles lambiscones, gastaron tres veces más, de nuestro dinero, en campos deportivos que en hospitales, la mayoría de ellos, canchas de fútbol. Cualquiera diría que somos unos consumados futbolistas, cuando en realidad no damos pie con bola, pero todos muy ufanos y contentos…

Los estadios y coliseos han surgido por doquier, allí donde antes no había nada. El mismísimo “líder supremo” manifestó en una entrevista que la gente prefería coliseos antes que agua potable y alcantarillado, total, un pueblo de saludables deportistas, puede cagar en cualquier lado y beber cualquier porquería insalubre.

En la mayoría de las provincias se les ha metido en la cabeza que tener un estadio es sinónimo de progreso, aunque nadie juegue en ellos, eso sí, sirven para las multitudinarias manifestaciones de apoyo, y para que las inaugure el “divino protector”. Estos actos políticos, invariablemente, terminan en monumentales borracheras, donde la basura y el olor a orines se tornan parte del paisaje.

Estos mismos compatriotas, cuando su salud se ve afectada, deben peregrinar, en un interminable vía crucis, hasta la capital del departamento, para ser mal tratados en algún hospital atestado de enfermos, con poco personal y escasos medios. ¡Digan si no es una joda! en Bolivia hacer deporte es dañino para la salud.

Nos preciamos de ser modernos, y aún mantenemos una mentalidad de aldea. No hay fiesta patronal, aniversario cívico o entrada folclórica que no convirtamos en una joda completa. Nos encanta desfilar, bailar y chupar en media calle, avenida o carretera, no importa, de lo que se trata es de joder al prójimo, y festejar por lo alto nuestras bellas tradiciones y costumbres.

En las ciudades la cosa se pone realmente buena, los choferes y comerciantes se han tomado las calles, no hay espacio que no sea de su propiedad, el ciudadano de a pie es un pobre ser indefenso, a merced de unos criminales motorizados, y ¡guay! de aquel que les diga algo, se expone a ser azotado en plena vía pública.

¡Qué joder! Nuestro servicio exterior es una alegre comparsa carnavalera al mando de Fumanchú. La ministra de salud atiende su salud y su belleza integral, la de su jefe y todos sus compinches, en algún spa cubano. El ministro de gobierno anda cazando asaltantes, y no agarra ni un mosquito. El Banco Central anda prestando nuestra plata a empresas, dizque, públicas de las que nunca más veremos un mango. Y así, cosas por el estilo, mientras nosotros muy tranquilos esperando el Gran Poder…

Parece que ya nos acostumbramos o tenemos el cuero muy duro. ¡Meta bloqueo nomas! Que la constitución te ampara. ¡Zafarrancho de combate, al asalto del estado! ¡Vivan los movimientos sociales! ¡Viva el jefazo! ¡Qué joder…!

__
De ADELANTE BOLIVIA, Diario digital, 27/04/2017

Imagen: Caricatura de Pancho Cajas


4 comments:

  1. Le diste en El clavo papacho!!

    ReplyDelete
  2. Que buen artículo!!!! no hay que agregar ni quitar nada. Es la radiografía de nuestra triste mediocridad!!!

    ReplyDelete
  3. ¿Y si reaccionáramos...? Lo muy bien escrito viene dándose desde tiempos inmemoriales. Pedimos cambio, pero ¿será para hacer exactamente lo mismo con la única diferencia de ser nosotros quienes mandamos...?

    ReplyDelete
  4. Es la triste realidad. Ojalá aprendamos de esta situación y cambiemos con convicción de hacer mejor las cosas

    ReplyDelete