ÁLVARO VÁSQUEZ
Queda un
sentimiento de satisfacción al leer las últimas líneas de “Diario Secreto” de Claudio Ferrufino-Coqueugniot. Un texto que no desmerece en
absoluto la bien ganada reputación del resto de su obra.
Libro duro,
en forma y fondo, con lenguaje descarnado, agresivo. Cuenta la historia de un
psicópata, sobre todo en primera persona, lo que permite seguir el hilo
conductor de los pensamientos de quien si fuera descrito solo desde fuera,
merecería fácilmente el adjetivo de monstruo u otro similar (Que podría
merecerlo, pese a todo. Dependerá de cada quien).
Pese a
ello, no es un texto que origine rechazo por su violencia. Me arriesgo a decir
que no lo hace porque habla, se comunica con nuestro propio lado oscuro; porque
de la mano de la narración acaso llegamos a intuir que bajo ciertas
circunstancias podríamos desencadenar un vendaval tan sangriento como el que
atestiguamos en los 43 capítulos de la novela (personalmente, gustoso hubiese
prescindido del último, de apenas 4 líneas).
Y parece
que el autor intuye esa casi complicidad del lector, cuando ya al encarar el
final del texto, ordena al narrador que dirigiéndose a un personaje que le
grita su desprecio y asco, asumiéndose superior/mejor, le diga: “… Y vas a
ayudarme. No porque me pesen las cosas que hago, sino para convencerte de que
no somos tan diferentes, tú y yo”.
De yapa, me
llevo la tarea de buscar una obra del Marqués de Sade, y una hilarante (al
menos para mí) referencia a Messi y Maradona.
2017
Espero leerla pronto.
ReplyDelete¡Gracias, Eduardo!
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