ROBERTO NAVIA
Al caer la noche o al llegar la madrugada, un centenar de adolescentes, cada día, está dispuesto a mojarse la espalda con tal de cruzar al frente, en busca del sueño argentino. Hasta Bermejo llegan muchachos que no han cumplido los 18 años. Son originarios de zonas rurales de Tarija y de otros departamentos del occidente. El objetivo no es quedarse aquí, sino mandarse a mudar a las haciendas del norte argentino, donde son requeridos sin contratos de trabajo en labores agrarias. Para llegar a ese destino se entregan a los "coyotes", que inventan rutas clandestinas por el río fronterizo y arman balsas con neumáticos de vehículos en las que los transportan hasta pisar tierra extranjera.
El tráfico de seres humanos en Bermejo es una realidad que es de conocimiento de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, de Migración y también de la Policía. Pero como estas instituciones carecen de suficiente personal y de equipo logístico, sucumben ante las amenazas que ejercen los coyotes; y así, el negocio "clandestino" sigue su curso por el río Bermejo. Por el mismo lugar por donde se acarrean personas, también suele cruzar el narcotráfico y el contrabando de mercadería.
"Cada día por lo menos 100 menores cruzan la frontera", dice Martha Espíndola Crespo, responsable de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de Bermejo. La autoridad lamenta que es poco lo que puede hacer, porque es peligroso operar en ese punto rojo que es la plaza fuerte de los contrabandistas.
Los ‘coyotes’
La noche está estrellada, pero la luna no ha salido. En el lado boliviano, en una orilla del río Bermejo se escuchan movimientos humanos. El resplandor de una fogata alumbra a los botes hechos con llantas de vehículo y a las personas que llegan para subirse en ellos y también a un hombre que dice ser el que se encarga de hacer el trabajo. Pregunta quién soy. Quiero cruzar al frente, respondo. El pasaje personal cuesta Bs 10 y si quiero cargar con mercadería de contrabando hacia Argentina o de allá para Bolivia, el viaje cuesta Bs 300 aproximadamente.
Este hombre, de voz pausada, me revela que también cruza seres humanos extranjeros sin documentos y bolivianos menores de edad. "La otra noche llevé a seis africanos y a cuatro colombianos. Eran unos hombres enormes", afirma y dice que los jóvenes bolivianos cruzan por esta vía en busca de trabajo en Argentina. El precio por ese trabajo fluctúa. Los menores de edad que nacieron en Bolivia pagan poco, Bs 10 por el servicio de transporte, pero cuando llegan a Argentina, buscan por ellos mismos el trabajo. La Defensoría de la Niñez indica que tiene datos de que también existe gente que los recluta en sus lugares de origen, en las terminales y en la carretera.
"Y no quiere que le transporte la ‘merca’?", me pregunta el hombre que se encarga de hacer el trabajo. La merca es una clave que se utiliza para transportar sustancias controladas, incluyendo la hoja de coca, que es cotizada en Argentina. "También soy bueno para eso. Yo conozco los caminos", dice despreocupado.
Son las 20:00 y está a punto de salir una balsa hacia Argentina. Encima hay 10 personas y cuatro de ellas tienen el porte de no haber cumplido los 18 años. Me subo en ella y un hombre fornido se presenta como el navegante que nos llevará al frente. Su trabajo consiste en pechar el aparato por un tramo del río Bermejo que se transita en 15 minutos, bajo la oscuridad absoluta de la noche y acompañados por una musiquita chicha que sale de una grabadora que está atada encima de ese flotador artesanal.
En esa falsa balsa hay que ir sentado, porque si uno se para corre el riesgo de meter el pie en los orificios de las llantas y caer al agua. Ningún pasajero habla. Las bocas están cerradas y el frío del sur pareciera que ha congelado las palabras. Hay un sector del río Bermejo en el que el bote encalla por la presencia de piedras menudas. El "capitán" puja para sacar al aparato a punta de fuerza física. Después de aquel esfuerzo, quedan 20 metros de viaje y al llegar al destino uno se percata de que en la orilla hay vehículos que encienden sus faros. Algunos viajeros se suben en ellos y otros caminan 100 metros hasta entrar en Aguas Blancas, el primer pueblo argentino, donde los adolescentes bolivianos empiezan a buscar un mejor futuro. En el trayecto, un joven cuenta que nació en Monteagudo, Chuquisaca, que como ahí no hay trabajo, se animó a llegar a Bermejo, cruzar el río y pelear un puesto de trabajo en una hacienda argentina. No sabe cuánto le pagarán ni en qué condiciones será el trabajo. Teme que no sea cierto ese sueño de mejores días.
Las autoridades sabenEl subteniente Carlos Cardozo, encargado de la Oficina de Trata y Tráfico de Personas y comandante interino de la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen de Bermejo, tiene conocimiento de la actividad clandestina en el río Bermejo y afirma que por ahí cruzan todos los días personas que van en busca de trabajo a Argentina. "Se trata de un paso irregular. Es abundante el flujo de gente por esa ruta", confirma.
El director de Migración, Esteban Blanco, sabe que solo tiene siete funcionarios y que no abastecen para hacer frente a una actividad ilícita compuesta por cientos de personas.
Una periodista de Bermejo me contó que intentó reportear desde las entrañas del problema, pero que fue identificada por los coyotes y amenazada con recibir piedrazos si no se iba del lugar.
Ahora que estoy encima de esta balsa fabricada con llantas de vehículo, me acuerdo de ella y miro a mi alrededor. Solo la música de una grabadora rompe el silencio bajo una noche estrellada y fría
FORMAS DE EXPLOTACIÓN
ExplotaciónObtención de beneficios económicos o de otra naturaleza a través de la participación forzada de otra persona en: prostitución, explotación sexual o laboral, trabajo infantil, venta y extracción ilícita de órganos del ser humano.
SERVIDUMBREDependencia o sometimiento de la voluntad en el que el victimario induce u obliga a la víctima a realizar actos, trabajos o servicios, mediante engaño, amenazas, coacción y violencia.
AMENAZAEs la coacción que se ejerce hacia la víctima mediante la violencia o restricción física o sicológica, para que no presente denuncia ante las autoridades competentes, por temor a una pérdida de trabajo y el no pago de salarios.
TURISMO SEXUALEs la utilización de personas para ofertarlas en servicios sexuales.
EN BERMEJO BUSCAN A 20 PERSONAS DESAPARECIDASLas fotos de adolescentes y jóvenes que desaparecieron en el interior de Bolivia están prendidas en varios puntos estratégicos de la ciudad de Bermejo. En las oficinas de Migración y de la Policía, ubicadas en el puente Internacional, afuera de los hoteles e incluso más allá de la frontera, en las inmediaciones del puesto de control argentino, en Aguas Blancas y más allá.
Es que Bermejo, al ser un punto extenso de frontera, se ha convertido en un sitio de esperanza para que los familiares encuentren a sus seres queridos que desaparecieron. Por eso, llegan del interior de Bolivia y dejan sus datos telefónicos junto a las fotografías.
El director de Migración, Esteban Blanco, señala que desde 2011 se ha conseguido frenar la trata y tráfico de personas cuyas víctimas eran nueve menores de edad. A los supuestos traficantes los encontraron in fraganti y se les inició un proceso judicial que no ha terminado hasta la fecha.
Víctor Aricoma, asesor legal de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, lamenta que los juicios no hayan prosperado debido a que los mismos menores obstaculizan el proceso, cuando retornan a sus lugares de origen y no declaran en los procesos que se llevan adelante en Bermejo.
Además de los menores de edad, Blanco dijo que se ha detectado la trata y el tráfico de ciudadanos de Senegal, quienes ingresan al continente a través de Ecuador y utilizan Perú y Bolivia como lugares de tránsito para llegar hasta Argentina.
En las oficinas de la Policía, de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia y en Migración, también hay afiches con mensajes que dicen: ‘Si te ofrecen trabajar lejos de casa, antes de viajar asegúrate que no sea un engaño. Puedes ser víctima de explotación laboral’.
Los trámites para que un niño pueda cruzar la frontera hacia las ciudades de Argentina, de forma legal, se realizan en el puente Internacional, en tierra boliviana, que se encuentra a 5 kilómetros de la ciudad de Bermejo. Ahí existe una oficina de Migración y el o los padres del menor de edad deben llenar un formulario y presentar los documentos de su hijo. El documento que se le extienda deberá también ser presentado en los puestos de control de Argentina.
Funcionarios de Migración dijeron que por día se registran entre 15 y 20 solicitudes por parte de padres de familia y que en época de vacaciones este número aumenta.
ENTREVISTA
“La falta de contrato laboral los hace vulnerables al tráfico sexual y de órganos”MARTHA ESPÍNDOLA CRESPO - DEFENSORA DE LA NIÑEZ EN BERMEJO -ROBERTO NAVIA | rnavia@eldeber.com.bo
Sabe que por esa extensa frontera hay tráfico de mercadería, de droga y de seres humanos. Sin embargo, admite que es poco lo que su institución puede hacer. Los ‘coyotes’ tienen amedrentadas a las autoridades y siguen con su negocio clandestino.
¿Cuál es la realidad sobre la trata y tráfico de menores?
Vivimos en una frontera amplia con Argentina. La migración a esta zona es enorme. Familias de Potosí, Chuquisaca y de las provincias de Tarija llegan en busca de trabajo. Vienen con miras de un empleo en la zafra o en las quintas del vecino país. Hay mucha afluencia de gente de escasos recursos económicos. Hemos evidenciado que muchas personas no tienen cédula de identidad ni certificados de nacimiento, lo que las hace vulnerables a ser víctimas de trata y tráfico de personas.
¿Qué está haciendo la Defensoría de la Niñez?
Intentamos controlar los permisos de viaje del interior del país y el control de los menores de edad que se trasladan a Argentina para buscarse la vida.
¿Qué es lo que motiva la migración de estas personas a través de esta frontera?
Por la crisis económica de muchas zonas rurales, los chicos buscan la forma de ganar dinero para subsistir en una tierra lejana. Hemos encontrado que menores de edad circulan por esta frontera para ser utilizados en el trabajo infantil en el sector agrícola. Hemos encontrado incluso a jóvenes que traspasaron la frontera de manera ilegal.
¿Van solos o son llevados por traficantes?
Bolivia es un país de tránsito. Al tomar declaraciones, hemos visto que vienen de forma voluntaria. Salen de sus hogares en las zonas rurales en busca de trabajo y son captados en las terminales o en la carretera donde esperan vehículo. Se ve que vienen voluntariamente y burlan controles migratorios, conocen dónde hay retenes y toman otros tipos de caminos. Así logran llegar a la frontera. También se sabe que son captados en el mismo lugar de origen con promesas de mejor futuro.
¿Cuáles son los peligros a los que están expuestos estos niños y adolescentes que cruzan la frontera?
El solo hecho de no contar con un contrato laboral los somete a vulneraciones como el tráfico sexual o de órganos, al matrimonio servil y todas las formas de explotación
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Publicado en El Deber (Santa Cruz de la Sierra), 30/06/2013
Fotografía: Botes sobre el Bermejo
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