ELIANA SUÁREZ
Agosto preanuncia la primavera en el sur del sur. La
luna se ha mostrado desafiante ante una mujer que no la observa. La sombra de
un cuervo araña su superficie y entonces llora lágrimas de hiel. Hay una mujer
ciega de luna deslizándose por un camino de espinos que abren surcos en sus
pies.
Peces en lugar de neuronas le impiden emular el
vuelo de las gaviotas. Y el tiempo se detiene. No habrá vejez, esa zorra
innoble que acecha para devorarla. Habrá labios como pétalos y manos como
garras. Lleva un vestido rojo que es página en blanco del escriba y la quijada
que mató a mil filisteos.
Mujer-jaula del pasado, da cuerda a un antiguo reloj
de bronce y en sus oídos crecen madreselvas. Desnuda, ante una mesa, escribe
poemas a la luz de velas que son zarza ardiendo. Sueña con alas y amaneceres,
con cristales rotos por el grito. Espera al manso discurrir de los minutos y al
rayo que cercena la mirada. Anhela sus ojos sin venda, las grietas del rostro…
El invierno cede, al fin, su espacio. La espalda,
espejo de amores, desaparece detrás de negros cabellos. Vestido rojo cae y una
sombra de mujer huye por el sendero.
25/08/2022
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De DANDO VUELTAS LAS PÁGINAS DEL LIBRO DE
ARENA, blog de la autora
Imagen: Toyen (Marie Čermínová)
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