Los años 80 fueron una época dorada del deporte yugoslavo. En cada rincón, en cada pueblo, tenían su hijo predilecto, su genio. Justo antes del infierno que fueron las guerras de los Balcanes, Yugoslavia le dio al mundo un último regalo en forma de deportistas mayúsculos, ya fueran los Petrovic o Divac en baloncesto, los Igor Milanovic o Aleksandr Sostar en waterpolo o los jugadores que ganaron hoy hace 25 años el Mundial juvenil de fútbol de Chile. Era 1987.
Ese 1987 media Yugoslavia era feliz y la otra mitad ya era consciente que el futuro pasaba por un divorcio. Con Tito enterrado desde 1980 y políticos cada vez mas nacionalistas alzando la voz en Belgrado y Zagreb, los jóvenes yugoslavos perseguían chicas alemanas o chicos italianos en las playas, escandalizaban a sus padres con el ‘Boy George’ local, Oliver Mandic, o con Sladana Milosevic, la ‘Nina Hagen’ serbia. Las chicas lucían bikini atrevido y los chicos se dejaban seducir por subculturas nuevas como el punk o el hooliganismo. Los estadios reflejaban esa dualidad. En el césped, jugadores maravillosos. En las gradas, grupos que seducían a jóvenes desencantados y los convertían en radicales listos para enfrentarse con rivales en nombre de la Gran Serbia o la Gran Croacia. Esos jóvenes que protagonizaron los famosos incidentes de 1990 durante un Dínamo de Zagreb-Estrella Roja, cuando mucha gente que vivía feliz en sus casas se percató al poner la tele de que en las gradas de sus estadios muchos radicales recuperaban consignas de los años 40.
El sueño de un estado yugoslavo feliz y unido se partió en pedazos a finales de los 80 después de décadas de gobierno que dejaba vivir por un lado y oprimía por el otro. Nunca fue un estado fácil de entender, Yugoslavia. Los deportistas que fueron rivales a inicios de los años 90 lo tenían claro, pues le dieron muchas medallas a Yugoslavia jugando unidos a finales de los 80. Los Mundiales de waterpolo de 1987 y 1989, los oros olímpicos de waterpolo en 1984 y 1988, el Mundial de baloncesto de 1990, el oro olímpico de 1984 y el Mundial de 1986 en balonmano y el mundial juvenil de fútbol. Un palmarés maravilloso forjado por algunos hombres que en su fuero interno ya no creían en ese estado, como Petrovic o Slaven Bilic, hijos los dos de nacionalistas croatas.
El mayor éxito del fútbol yugoslavo llegó de forma inesperada. Todo el mundo tenía claro que había una generación maravillosa, pero la Federación nunca apostó por ellos, priorizando en algunos casos los partidos de los clubes a la selección sub’20. Casi todo el Mundo pensó que ese equipo jugaría los tres partidos de al primera fase y se volvería, pues tenía bajas de peso como el macedonio Boban Babunski (padre de dos hermanos que ahora se forman en las canteras de Barça y Madrid) o tres pesos pesados como Sinisa Mihajlovic, Vladimir Jugovic y Alen Boksic, a los que se dejó en casa para que crecieran como futbolistas. Como si un Mundial fuera poca cosa.
Pero el equipo, una mezcla de serbios, croatas y montenegrinos, funcionó. Sin eslovenos o macedonios, y con algunos bosnios, esa Yugoslavia se encontró con el paraíso en Chile. La selección funcionó dentro y fuera del campo, olvidando tensiones étnicas; el único que sufría era el seleccionador, el croata Mirko Jozic, sobre todo cuándo constató que el equipo se pasaba las noches de fiestas hasta las 3 o las 4, pero jugaba como los ángeles. Especialmente célebre fue la historia entre Stimac y Miss Chile, una belleza hija de inmigrantes yugoslavos.
Con buena base de la selección croata que brillaría en el Mundial de Francia una década después, Yugoslavia se comió a sus rivales de la primera fase: 4-2 a Chile, 4-0 a Australia y 4-1 a Togo. Cuándo el Estrella Roja pidió que Prosinecki volviera para jugar un partido europeo, la selección se plantó pues sabía que era su gran ocasión, pidiendo a la FIFA que le evitara perder a su gran estrella. Prosinecki respondió con el mejor gol del torneo, el gol de falta con que los balcánicos eliminaron a Brasil por 2-1 en octavos de final. Las semifinales fueron una batalla contra la RDA de Sammer, que le rompió dos dientes a Pavlicic. Una batalla que dejó a Yugoslavia sin Mijatovic y Prosinecki, sancionados para la final.
En la final esperaba la otra Alemania, la occidental, que sólo se rindió en los penaltis. Los yugoslavos los metieron todos, ganando merecidamente un Mundial que enamoró al público local. El mismo Jozic encontraría trabajo en Chile con el inicio de la Guerra Civil. De esa generación dorada, muchos jugadores lo encontrarían en la liga española, huyendo de un país que justo antes de desaparecer, aún vio el triunfo de un Estrella Roja multiétnico en el césped (pero no en la grada) en la Champions, y el buen papel de parte de los héroes de 1987 en el Mundial de 1990. Mundial jugado cuándo se producían las primeras víctimas mortales de un conflicto que aún no se ha superado del todo. Para el recuerdo quedan dos tandas de penaltis. La que dejó a la selección absoluta a las puertas de las semifinales del Mundial de 1990 y la que le abrió las puertas del cielo a un grupo de jóvenes descarados, melenudos y divertidos en 1987. Eran croatas, serbios, bosnios y montenegrinos.
Eran yugoslavos.
La última Yugoslavia que sonrió.
El equipo:
1.Dragoje Lekovic. Portero. Serbio. Jugó dos años en el Málaga.
2.Branko Brmovic. Defensa. Montenegrino. Jugó seis años en el Español.
3.Robert Jarni. Defensa. Croata. Jugó en el Betis el Madrid y Las Palmas
4.Dubravko Pavlicic. Defensa. Croata. Jugó en el Hércules, el Salamanca y el Racing de Ferrol. Falleció de cáncer en Elche con 44 años.
5.Slavoljub Jankovic. Defensa. Serbio
6.Igor Stimac. Defensa. Croata. Jugó en el Cadiz
7.Zoran Mijucic. Extremo. Serbio.
8.Zvonimir Boban. Centrocampista. Croata. Jugó en el Celta
9.Robert Prosinecki. Centrocampista. Croata. Jugó en el Madrid, el Sevilla, el Oviedo y el Barça
10.Milan Pavlocic. Centrocampista defensivo. Serbobosnio.
11.Pedrag Mijatovic. Centrocampista ofensivo. Montenegrino. Jugó en el Valencia, el Madrid y el Levante.
12.Tomislav Piplica. Portero. Bosniocroata
13.Davor Suker. Delantero. Croata. Jugó en el Sevilla y el Madrid
14.Gordan Petric. Centrocampista. Serbio
15.Pero Skoric. Centrocampista. Serbio
16.Dejan Antonic. Centrocampista. Serbio
17.Slavisa Durkovic. Defensa. Montenegrino
18.Ranko Zirojevic. Centrocampista. Montenegrino
Entrenador: Mirko Jozic. Croata.
De Panenka, 25/10/2012
Foto: La selección yugoslava campeona del mundo, Chile 1987
Foto: La selección yugoslava campeona del mundo, Chile 1987
No comments:
Post a Comment