Mariano García
Estimulante y poco previsible, LB repasa su vida sin detenerse tanto en lo que uno espera, el cine, o su cine, sino en su visión del mundo, de los humanos y de los insectos. Ciertos aspectos machistas de su obra aparecen equilibrados aquí por una conmovedora página sobre la muerte de Lorca. Hay ideas muy atractivas (LB era un derroche de ideas, queda claro) como la de elaborar un guión donde las personas se comporten como arañas, o como abejas. Hay unas páginas apasionantes sobre el azar, “su hermano” el misterio y la imaginación, especie de tríada mágica para el creador. Lo que él llama los cuatro jinetes del apocalipsis: la superpoblación, la ciencia, la tecnología y la información (en cuya proliferación ve la fuente de toda angustia). Al final, con mucho humor, dice que le gustaría levantarse de la tumba cada cien años, leer el diario y volver a la tranquilidad del ataúd: ¡si se levantara ahora y viera a la gente con los telefonitos y escuchara un noticiero!! Sus consideraciones sobre la vejez son muy sensatas aunque no se puede evitar el escalofrío que produce la paulatina senectud en estos personajes. El lleva un “libro de los muertos” donde anota los nombres de sus amigos desaparecidos, los surrealistas con una x roja. Mientras tanto lee La vieillesse de Beauvoir, seguramente no la lectura más estimulante. Comenta otras lecturas como Historia de los heterodoxos españoles de Menéndez Pidal, que, junto con la lectura de La leyenda dorada (que conoció gracias a Lorca) de Santiago de la Vorágine (de este último salen el nombre de Viridiana y las tentaciones de Simón el estilita) constituye la base de su extraordinaria La voie lactée. Otro libro curioso es Peter Ibbetson de George du Maurier, libro que casualmente me había recomendado con énfasis César Aira (yo leí la despareja Trilby).
Hay muchas y muy apasionantes anécdotas sobre las primeras épocas del surrealismo. Para él, el mejor entre todos ellos, Benjamin Péret. Hay también algunas anécdotas terroríficas con Gala Eluard como protagonista. Y preciosas consideraciones sobre el sueño y la ensoñación.
“Dans une société organisée et hiérarchisée le sexe, qui ne respecte aucun barrière, aucune loi, peut à chaque instant devenir un facteur de désordre et un véritable danger.” (21)
“J’ai eu la chance de passer mon enfance au Moyen Age, cette époque “douloureuse et exquise”, comme l’écrivit Huysmans. Douloureuse dans sa vie matérielle. Exquise dans sa vie spirituelle. Juste le contraire d’aujourd’hui” (26)
“On dit que pendant le sommeil le cerveau se protège du monde extérieur, qu’il est beaucoup moins sensible aux bruits, aux odeurs, à la lumière. En revanche il semble qu’il soit bombardé de l’intérieur par un véritable orage de rêve qui déferle par vagues. Des miliards et des milliards d’images surgissent ainsi chaque nuit, pour se dissiper presque aussitôt, enveloppant la terre dans un manteau de rêves perdus. Tout, absolument tout, une nuit ou l’autre, a été imaginé par tel ou tel cerveau, et oublié.” (112)
“Pour parvenir à toute beauté, trois conditions me semblent toujours nécessaires: “espérance, lutte et conquête” (271)
“Steinbeck ne serait rien sans les canons américains. Et je mets dans le même sac Dos Passos et Hemingway. S’ils étaient nés au Paraguay ou en Turquie, qui les lirait? C’est la puissance d’un pays qui décide des grands écrivains.” (274)
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De MICROLECTURAS, 01/012/2014
Imagen: Retrato de Buñuel por Dalí, "con fondo que evoca adrede a Mantegna"
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