© Silvia Antelo Aguilar | Redacción Sol de Pando
Pese a que la producción pesquera en la Amazonia se vio afectada en los últimos meses por el desastre fluvial del río Madera que se desbordó en sus afluentes de Bolivia y Brasil, los pescados amazónicos se constituyen en la alternativa más sana y nutritiva para su consumo masivo en los días de la Semana Santa.
Las principales especies que recomiendan los expertos son el surubí, el sábalo, el pacú y el paiche, ricas en proteínas y otros nutrientes. Estos peces de gran tamaño abundan en la Amazonia boliviana sobre los ríos Chapare en Cochabamba, Ichilo en Santa Cruz, Iténez Mamoré en el Beni, Madre de Dios en el Norte de La Paz y Pando, además del Abuná y Manuripi en las confluencias del Acre pandino.
Una riqueza alimenticia y medicinal
Expertos del Instituto de Investigaciones de la Amazonia peruana sostienen que especies como el paiche, el pacú, el sábalo y la palometa, entre otros, contienen altas concentraciones de proteínas y nutrientes, así como calcio, potasio, magnesio y fósforo, fundamentales para el normal funcionamiento del cuerpo humano en todas las edades.
Además de todos estos elementos la carne de pescado contiene ácidos grasos Omega 3 y 6, que son un tipo de grasa poli-insaturada, considerados esenciales porque el cuerpo no puede producirlos, y que por lo tanto deben incorporarse a través de los alimentos.
Una alimentación rica en ácidos grasos Omega 3 puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas y coronarias, así como accidentes cerebrovasculares y cáncer. También reduce el colesterol LDL o “malo”.
Por ejemplo el paiche contiene 20 gramos de proteína por cada 100 gramos de su carne y asimismo contiene calcio, hierro, vitamina A, vitamina C y sodio; elementos muy importantes para los huesos, para la visión y para evitar el envejecimiento prematuro, además de contener enormes cantidades de los Omegas 3, 6 y 9.
La potencia del paiche
El paiche (Arapaima gigas), uno de los peces de agua dulce más grande del mundo, se caracteriza porque su carne es blanca, firme, y algunos asemejan su sabor al pollo. Es conocido con varios nombres: en Brasil y Colombia lo llaman pirarucú, en Bolivia, Ecuador y Perú como paiche y en Guyana arapaima.
Este gigantesco pez, que puede alcanzar entre tres y cuatro metros de largo y más de 200 kilogramos, vive en toda la Amazonia, pero de manera natural no habitaba en las aguas de Bolivia hasta que fue migrado de los ríos amazónicos del Perú.
Riberalta es el principal municipio amazónico de Bolivia donde la producciòn del paiche se ha desarrollado a gran escala, representando el 80 por ciento de los desembarques pesqueros, es decir más de 30 toneladas de pescado por mes que son enviadas en las ciudades de Cochabamba, La Paz y Santa Cruz.
UNA ABUNDANCIA CRECIENTESegún el investigador Paul Van Damme del Instituto de Investigaciones Aplicadas de los Recursos del Agua (Faunagua), el paiche es una especie introducida en los afluentes de los ríos Beni y Madre de Dios en la década de los años 80, proveniente de la zona peruana de Puerto Maldonado.
Relatos de los pescadores más antiguos de la ciudad de Riberalta indican que la llegada del Arapaima a Bolivia fue después de 1980. Según el pescador Wilfredo Chipunavi, su embarcación llevó el primer ejemplar deArapaima a la ciudad de Riberalta estimativamente el año 1983.
El ejemplar, que medía alrededor de 1.5 metros y pesaba 22 kilogramos, fue capturado por el lago Murillo, a la altura de la Barraca Venecia, a unos 100 kilómetros de la ciudad de Riberalta. Dos meses después, el mismo pescador capturó un ejemplar de dimensiones similares al primero a la altura de la comunidad San Miguel, sobre el río Madre de Dios, aproximadamente a 70 km de Riberalta.
Debido a que Arapaimaera una especie desconocida en la región, los pobladores locales no consumían la carne; el sabor les parecía desagradable comparado al de las especies nativas. Los pescadores que lograban accidentalmente su captura desechaban la carne o la guardaban en forma de charque (secada con sal y a la luz del sol).
Actualmente es una especie endémica en toda la cuenca de los Madre de Dios y Orthon. En el río Beni, la especie ha alcanzado casi toda la cuenca baja (lagunas y tributarios).
Más al sur de la cuenca Amazónica de Bolivia ha sido observado el año 2008 en la boca de río Negro, afluente del río Beni, aproximadamente 200 km río abajo del pie de monte andino (Rurrenabaque).
En el río Madera su presencia es incierta por debajo de la confluencia de los ríos Mamoré y Beni (no pudo ser comprobada durante las visitas de campo), pero se sospecha que alcanzó el tramo del río Madera entre la desembocadura del río Abuná y la cachuela de Santo Antonio por la facilidad que tuvo para atravesar las cachuelas en Bolivia.
Recientemente se sabe que los pescadores brasileños del estado de Acre capturan la especie en el río Abuná.
La investigación de Van Damme establece que la presencia de este pez gigante en los ríos amazónicos de Bolivia ha contribuido al incremento de la actividad pesquera en Bolivia.
En un informe publicado el año 2011, el experto de Faunagua sostiene que en varias zonas pesqueras de los departamentos de Beni y Pando, la mayor actividad con más cantidad de personas dedicadas a la pesca se generaba en aquellos ríos donde abunda el paiche.
“Las localidades visitadas en esta área (con abundante paiche, nr) representaron el 68% de los pescadores presentes, mientras que los puntos visitados en las partes donde no hay paiche representaron sólo el 35% de los pescadores presentes en esta área”, afirma Van Damme.
Estimaciones recientes indican que alrededor de 12.000 personas se dedican a la pesca en la Amazonia boliviana, entre pescadores comerciales a tiempo completo y aquellos que combinan parcialmente la pesca con otras actividades productivas como la recolección de castaña y la agroforestería.
El potencial pesquero de Bolivia
El recurso pesquero en Bolivia, dice Van Damme, representa una fuente de proteínas e ingresos económicos para miles de habitantes en todas las regiones del país. Recientementem con datos de la FAO para el año 2009, se estimó que la producción pesquera anual en Bolivia es de 6.568 toneladas al año. Según la misma fuente, la cuenca amazónica representa 52% de la producción pesquera nacional, la cuenca del Plata 10% y las cuencas endorreicas 38% (especialmente el lago Titicaca).
El científico estima que “el recurso pesquero en la Amazonia boliviana es sub-explotado y existe potencial para aumentar la producción pesquera a 12.000 toneladas al año aproximadamente. De forma preliminar, el valor comercial actual del recurso pesquero en la Amazonía boliviana fue estimado en $us 7′ 270.000 a nivel productor y en $us 10’100.000 a nivel del primer eslabón comercial”.
Aproximadamente, sólo el 45% del pescado consumido en Bolivia proviene de producción nacional, mientras que el volumen restante es producto de importaciones, principalmente de sábalo (Argentina), enlatados (Canadá, Perú, Ecuador), pescado marino congelado (Perú, Chile, Ecuador) y trucha peruana.
En la Amazonia boliviana— sostiene Van Damme— “la pesca comercial se constituye en un sector productivo que recibe muy poca atención del aparato estatal así como por las agencias de cooperación. Esta situación contrasta con la importante contribución que brinda este sector a la se guridad alimentaria en zonas rurales, al empleo y, por ende, a la economía, tanto a nivel familiar, local y regional. Además, gran parte del pescado consumido en las ciudades grandes (Santa Cruz, Cochabamba, La Paz) proviene de lagunas y ríos amazónicos”.
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De SOL DE PANDO, 16/04/2014
Foto de inicio: Un surubí y un paiche en la Feria del Pescado que anualmente se realiza en Riberalta, principal proveedora de este saludable y nutritivo producto al mercado nacional. | Foto David Bernal Parada | Archivo
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