Thursday, November 20, 2014

Los viajes de Shackleton a la Antártida

AutoresAlberto Fortes
Reseña hecha por : Carlos Olmo   @vagamundo
Ahora que se cumplen 100 años de la fracasada expedición de Ernest Shackleton a la Antártida, para cruzarla de lado a lado, un proyecto que se llamóExpedición Imperial Transantártica, la publicación de este libro pone la miel en la boca a los que no conocen a Ernest Shackleton, que sin duda después de leerlo, se lanzarán a buscar más publicaciones sobre su vida y aventuras. ya que en poco más de 120 páginas el autor no puede más que resumir brevemente sus peripecias y obsesión por la Antártida, que en última instancia le llevaron a morir muy cerca de ella, en la isla Georgia del Sur.
Es legendario el anuncio publicado en la prensa inglesa el 1 de enero de 1914 en busca de miembros para la expedición: “Se buscan hombres para un viaje peligroso. Sueldo bajo. Mucho frío. No se asegura retorno con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito”. Este anuncio, tan poco motivador para cualquier persona normal, recibió más de 5.000 respuestas.
También es legendaria la frase que circulaba entre exploradores árticos y antárticos: “Para conductor científico, denme ustedes a Scott; para viajar veloz y eficientemente, Amundsen; pero cuando uno se encuentra en una situación desesperada, cuando parece que no hay salvación, conviene arrodillarse y pedir a Dios que le envíe a Shackleton.“
El libro se divide en capítulos que resumen la infancia de Shackleton, su vida como marino mercante, su participación como oficial en distintas expediciones, como la de Scott, y ya como líder, queriendo restañar la herida causada por el fracaso de Scott en nombre de Gran Bretaña en ser la primera persona en alcanzar el Polo Sur geográfico, carrera que ganó, como todos sabemos, el noruego Roald Amundsen, cuyo barco, elFram, tuve la oportunidad de visitar en el estupendo museo que hay en Oslo.
El punto álgido del libro coincide, como tiene que ser, con el punto álgido de la vida de Shackleton, aquel en el que su expedición más ambiciosa fracasa sin llegar a poner pie en la Antártida porque su barco, el Endurance, queda atrapado en la banquisa durante meses, como describe gráficamente, como una "almendra en una tableta de chocolate" para ser finalmente aplastado y engullido por el océano.
A partir de ese momento la aventura no sería la de atravesar la Antártida, sino la de sobrevivir a las condiciones extremas y a la pérdida del barco, lo que les obligó a realizar un recorrido a pie de cientos de kilómetros, arrastrando tres pesadas barcas de madera, sobre la banquisa antártica, a la que siguió un viaje marítimo en esas frágiles barcas no aptas para las rugientes vientos y olas antárticas, para llegar a la isla Elefante y finalmente, en una desesperada intentona al límite de sus fuerzas, lograron llegar a la isla San Pedro en las Georgias del Sur, donde desembarcaron, y encontraron ayuda en la base ballenera.
Increíblemente nadie murió y Shackleton y sus hombres regresaron como héroes a Inglaterra a pesar de haber fracasado en su expedición, y se encontraron un mundo en guerra, ya que poco después de su partida en 1914 había comenzado la Primera Guerra Mundial.
Hay un extraordinario documental de 100 minutos que se hizo sobre la aventura en 2000, narrado por Liam Neeson. Para su vision gratuita está en Youtube.
También recomiendo la miniserie de tres horas y media en dos partes que hizo la BBC, con Kenneth Branagh en el papel del aventurero. Está en español en calidad regular enYoutube.
En 2001, en el primer año de mi viaje de vuelta al mundo para Vagamundos.net, hice un viaje desde Curaçao, en el Caribe, hasta Ciudad de Panamá, que incluía el cruce del Canal, en un precioso velero de madera de roble construido en Noruega, el Soren Larsen, con un gran curriculum cinematográfico que incluye la serie La linea Onedin de la BBC y la serie de televisión Shackleton de 1982.
Cuando visité la Antártida en 2003 me di cuenta de la magnitud de su aventura, y escribí un artículo, Exploración Antártica, ¿ciencia, aventura, heroismo o simplemente locura?, donde expresaba mi admiración por la conquista de la Antártida y mi preocupación de que 100 años después el continente sin bandera se convierta en un parque temático de turistas y países empeñados en explotarlo comercialmente.
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De LEER Y VIAJAR, 20/11/2014

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