Mariano García
William Butler Yeats (1889-1939). The Poems. Edited and Introduced by Daniel Allbright. London: Everyman’s Library, 1992.
Resulta una tarea ímproba y en última instancia inútil intentar reseñar en este espacio cuya premisa es la brevedad la obra poética completa de uno de los poetas más importantes, personales, complejos, extraños y significativos del siglo xx. Por eso mismo creo que lo más conveniente sería en este caso remitirme a algunas impresiones personales y en todo caso a comentar las felicidades de esta excelente edición de Daniel Allbright, modelo en su estilo por el rigor, la exhaustividad y la pertinencia de sus notas, que ocupan más de la mitad del volumen, y que sin embargo no dejan esa sensación de que son más las notas innecesarias y que las importantes faltan, como ocurre tantas veces (las ediciones de Cátedra son un ejemplo persistente de esto último).
De Yeats tenía una presencia algo desvaída ya pero concreta en mi memoria por varios motivos: un libro de Ellman dedicado a los cuatro irlandeses más importantes de las letras modernas (Wilde, Joyce, Yeats y Beckett), la cursada de literatura inglesa y sobre todo los devaneos ocultistas de WBY y su paso por la Golden Dawn. La lectura intensiva hace dos años de Paul de Man (en particular su libro sobre la retórica del romanticismo, en donde PdM incluye parte de lo que fue su tesis sobre Yeats y Mallarmé) me dejó con la sed, y en WBY me sumergí apenas pude, inmersión que duró unos cuantos meses.
La carrera de WBY fue larga, prolífica y muy diversa, sin contar con sus esfuerzos teatrales, que no son pocos, y con la prosa, en la que habría que considerar su esencialA Vision tanto como los relatos, la novela inconclusa The Speckled Bird y por supuesto sus ensayos. En la labor específicamente poética se distinguen claramente sus comienzos, títulos todos publicados aun en el siglo xix y bajo la fuerte impronta de Swinburne, Tennyson y acaso Morris, aunque interesados temáticamente en la épica y el folclore irlandeses. Así el largo poema The Wanderings of Oisin (1889) o varios enThe Rose (1893) que tienen por protagonistas a Cuchulain, Aengus, Fergus y personajes similares, si bien allí ya asoma una imagen y símbolo esencial en su obra: la rosa en sus distintas encarnaciones (curiosamente Yeats detestaba las flores). The Old Age of Queen Maeve (1903), Baile and Aillinn (1903) y diversos poemas en su importante The Wing among the Reeds (1899) continúan en la misma línea, aunque en este último título ya se presenta un complejo yo lírico que interactúa con lo evocado.The Shadowy Waters es una obra teatral en verso que parte de premisas similares a las de Tristan und Isolde de Wagner, que a WYB le había impactado. En The Green Helmet(1910) se manifiesta un cambio de dirección a través de poemas como “The Fascination of What’s Difficult” o “The Mask”, cuyo tema constituye otro símbolo ineludible. Responsibilities (1914) representa desde su título una voluntad por volver del lejano pasado legendario de reinas y druidas; se destacan “The Three Beggars”, “The Three Hermits”, “Beggar to Beggar Cried”, “Running to Paradise”, “The Magi”, “The Dolls”. En The Wild Swans at Coole (1919) alcanza su forma madura y por lo visto definitiva, con más símbolos importantes como el cisne (dialéctica de la presencia/ausencia) o Coole Park, la propiedad de su amiga Lady Gregory que tanto peso tuvo en su vida y que era para él una imagen del paraíso que termina fatalmente por perderse. Hay aquí muchos poemas importantes: el que da título a la colección, “An Irish Airman Foresees his Death”, “Men Improve with the Years”, “The Scholars”, “Shepherd and Goatherd”, “Lines Written in Dejection”, el ciclo “Upon a Dying Lady”, “Ego Dominus Tuus”, y la piedra angular de su poesía: “The Phases of the Moon”, que le gustaba a Borges y donde la forma dialógica tan típica de su poesía alcanza una perfección ejemplar; “The Cat and the Moon”, “The Double Vision of Michael Robartes”. Este alter ego suyo será el que da título al siguiente volumen, Michael Robartes and the Dancer, que contiene el famoso “Easter, 1916”. Ya The Tower, símbolo vivido y concreto de su vida (la torre Ballylee donde vivía y trabajaba, a cuyo pie se da el insólito diálogo de “The Phases of the Moon”) representa la madurez y la plenitud, que no llega para Yeats como unos laureles con olor a naftalina sino que lo conducen a plantearse dramáticamente tópicos como la vejez, o el imperfecto consuelo del intelecto frente a la decrepitud. Este libro comienza con un poema justamente famoso, “Sailing to Byzantium”, en que el yo lírico del poeta se transfigura en un pájaro mecánico, y que comienza con el verso que otro autor usó para otros fines: “That is no country for old men”. Destacan aquí “Nineteen Hundred and Nineteen”, el famoso soneto “Leda and the Swan”, acerca de la violenta colisión entre el orden divino y el humano, y el archifamoso “Among School Children”, poema inspirado por una visita “oficial” a un colegio y donde su pasión por la danza encuentra su formulación en un verso inmortal, tal vez uno de los más significativos de la poesía del siglo xx. “Owen Aherne and his Dancers” pone en escena una vez más la pasión por los bailarines así como a otro de sus personajes recurrentes. Cerca del final se encuentra uno de mis favoritos, muy en la atmósfera de Robert Browning, versión “transfigurada” de cómo llegó a escribir A Vision, bajo el dictado mediúmnico de su esposa: “The Gift of Harun Al-Rashid”. The Winding Stair alude justamente a la escalera de la torre que figuraba en el título anterior, pero esta sugerencia optimista de ascenso resulta algo engañosa, ya que la presencia de la muerte o las meditaciones al respecto predominan: “A Dialogue of Self and Soul”, “The Nineteenth Century and After”, “Swift’s Epitaph” y otro poema importante: “Byzantium”, además del largo ciclo sobre Crazy Jane, que le permite, como los mendigos, cuestionar desde la supuesta locura de esta mujer (inspirada en una mendiga real) varias de las locuras normalizadas de nuestra sociedad. De sus dos últimas colecciones, solo los New Poems pudo organizarlos el propio WBY, son de interés “The Gyres” (nuevamente asociado a su teoría teosófica de las etapas de la humanidad), “Colonel Martin”, “A Model for the Laureate”, “The Old Stone Cross”, “The Municipal Gallery Re-visited” (más desencanto frente al arte) y “Are You Content”. Por fin, de los Last Poems, cuyo título como puede imaginarse no es del propio autor, son significativos y solidarios entre sí “Under Ben Bulben”, donde el poeta plantea su propio epitafio y se refiere al monte donde pasó dichosos días de infancia, y el último, escéptico y deslumbrante “The Circus Animals’ Desertion”, repaso de sus propios temas e imágenes.
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De MICROLECTURAS, 03/11/2014
Imagen: William Butler Yeats en un sello conmemorativo sueco.
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