Wednesday, January 7, 2015

Charlie Hebdo



Miguel Sánchez-Ostiz

«Intocables. No hay que mofarse». Unas caricaturas de Mahoma publicadas por la revista Charlie Hedbo hace tiempo han sido el pretexto para una matanza en la que han fallecido 11 personas. No es este el primer ataque que padecía la revista satírica francesa por cuenta del mismo motivo. Se trata de una demostración de fuerza de los extremistas e integristas, responsables siempre de los atentados cualesquiera que sean estos, a los que responderán los musulmanes «moderados», desde su sede parisina, con el no todos somos así, y convendremos porque es cierto y porque nos conviene que así sea, para sosegar y satisfacer nuestra buena conciencia, y porque no sabemos quién es así y quién no, es decir, que no sabemos quién está dispuesto a matar por una creencia religiosa y quién no. Dirán que el Islam es pacífico y nosotros callaremos porque la inmensa mayoría no tenemos las más remota idea de en qué consiste la religión mahometana, qué es el Islam, que los musulmanes.
Las buenas conciencias han defendido la libertad de expresión por un lado y sus límites por otro, establecidos en el terreno de las creencias religiosas. La defensa a ultranza de la libertad de expresión está limitada por el miedo que este sí, este es real y lo va a ser más en el futuro. choca con el miedo. Vuelve lo intocable, lo indecible, lo sagrado erga omnes... no, estaba aquí, camuflado y no solo pertenece al Islam.
Si esto no nos obliga a repensar cuáles son nuestras ideas y creencias, nuestro sentido de la libertad, la convivencia, a título individual más allá de las condenas rituales las altisonancias oficiales, no creo que haya nada que nos conmueva de verdad. Nosotros no hemos sido, no hemos dibujado, publicado, reído... estamos a salvo. ¿Seguro? Allá cada cuál. ¿Seguro? No podemos, creo, entrar en el juego de si se pasaron o no se pasaron, porque la cuestión no es pasarse o no pasarse. No hay equilibrio alguno entre un respeto y otro. Basta asomarse a los países islámicos donde las denuncias de persecución de otras religiones caen en el vacío. No mezclemos, pero las cosas se mezclan solas. La cuestión es de cómo pueden convivir dos concepciones opuestas del mundo, salvo que convenga decir lo contrario y hablar de alianza de civilización antes de fumarse un puro y esperar a la próxima caricatura o agravio divino imperdonable y a la matanza. Mete miedo.
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De VIVIRDEBUENAGANA, 07/01/2015

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