Thursday, May 5, 2022

La noche de los poetas asesinados


JUAN ZAPATO

 

13 de agosto de 1952, sótanos de la prisión de Lubyanka, Moscú; trece intelectuales judíos y máximos exponentes de la literatura en Iddish de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, los cuales  seis años antes habían sido encarcelados por orden  directa de  Stalin,  son ejecutados por ser considerados traidores a la patria.

Una vez que se conoció lo ocurrido, ese ajusticiamiento fue denominado la “Noche de los Poetas Asesinados”.

Peretz Markish (1895-1952), poeta Yiddish, co-fundador de la Escuela de Escritores, una escuela literaria Yiddish de la Rusia soviética
David Hofstein (1889-1952), poeta Yiddish
Itzik Fefer (1900-1952), poeta Yiddish, informante del Ministerio del Interior
Leib Kvitko (1890-1952), poeta y escritor Yiddish de los niños
David Bergelson (1884-1952), distinguido novelista
Salomón Lozovsky (1878-1952), Director de la Oficina de Información Soviética, Comisario Adjunto de Relaciones Exteriores, denunció vigorosamente las acusaciones contra él y los demás.
Boris Shimeliovich (1892-1952), Director Médico del Hospital Clínico Botkin, Moscú
Benjamin Zuskin (1899-1952), asistente y sucesor de Salomón Mikhoels como Director del Teatro Judío Estatal de Moscú
Joseph Yuzefovich (1890-1952), investigador en el Instituto de Historia de la Academia de Ciencias Soviética, dirigente sindical
Leon Talmy (1893-1952), traductor, periodista, ex miembro del Partido Comunista de EE.UU.
Ilya Vatenberg (1887-1952), traductor y editor de Eynikeyt, periódico de la JAC; líder laborista sionista en Austria y EE.UU. antes de regresar a la URSS en 1933
Chaika Vatenburg-Ostrovskaya (1901-1952), esposa de Ilya Vatenburg, traductora en JAC.
Emilia Teumin (1905-1952), Directora adjunta del Diccionario Diplomático, editora de la División Internacional

Personalidades de la cultura judía, que se convertirían en miembros del Comité Antifascista Judío, firmaron un llamamiento a los judíos del mundo para apoyar el esfuerzo de guerra soviética contra la Alemania nazi, Moscú, 1941.

Una década antes de tan fatídica fecha, en plena Segunda Guerra Mundial, esos intelectuales judíos fundaron  el Comité Judío Antifascista – CJA, con la anuencia del dictador soviético, para   conseguir el apoyo económico de los judíos que vivían en los países occidentales, en especial en los Estados Unidos, y ayudar a los casi dos millones de judíos que huyendo del nazismo habían encontrado refugio en la URSS.

Las labores desarrolladas por la CJA la convirtieron en una especie de representante de los judíos que vivían en la URSS: eso fue suficiente para molestar a Stalin, quien como todos sabemos fue  un convencido antisemita.

Concluida  la II  Guerra Mundial, la inmensa mayoría de los judíos que se habían refugiado en la URSS decidió no permanecer más  en territorio soviético, mientras unos intentaban radicarse en los países occidentales donde tenían parientes, decenas de miles optaban por dirigirse a Eretz Israel, desoyendo a los miembros del CJA que consideraban que la URSS era el lugar en donde podrían vivir sin sufrir persecuciones.

El inicio de la denominada “Guerra Fría” en la que se enfrentaban por motivos ideológicos la URSS y los Estados Unidos, como el advenimiento del Estado de Israel, brindaron a Stalin la oportunidad de desmantelar el CJA y detener a sus miembros, en 1948, acusándolos de traición por mantener lazos con las potencias occidentales, basándose en un proyecto de Mijhoels de establecer un estado judío en Crimea en el que se asentaran los sobrevivientes de la Shoá.

Según Stalin, ese estado contaría con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos, quien desde allí, en un futuro no lejano, invadiría la URSS para derrocar al régimen soviético.

Mientras que la mayoría de los integrantes del CJA eran torturados y obligados a firmar confesiones en los que aceptaban los cargos de traición, Mijhoels murió a consecuencias de un accidente de tránsito en la ciudad de Minsk, que luego se supo que fue planificado y ejecutado por los servicios de seguridad soviéticos.

El resto de los miembros del CJA fueron llevados a juicio, en los que no contaron con abogados defensores, y cuya sentencia ya estaba decidida de antemano, la pena de muerte. De acuerdo a las declaraciones de un oficial que los presenció, efectuadas luego de la muerte de Stalin, los juicios fueron una parodia en los que realmente se los juzgaba por ser judíos.

Si bien Stalin había ordenado que no se difundiera el ajusticiamiento de los intelectuales judíos, la noticia trascendió, pero muchos judíos del mundo entero se negaban a aceptarla. Cuando luego del deseo del dictador fueron confirmadas, algunos intentaron justificarlas hasta que Nikita Krushchev, años después publicó un perdón póstumo para miembros ejecutados del Comité Judío Antifascista afirmando que los juicios fueron “flagrantes violaciones de la ley”.

Fuente: https://phuergocaso.wordpress.com/2016/08/13/la-noche-de-los-poetas-asesinados/

_____

De LA TORRE DE BABEL, 14/08/2016


No comments:

Post a Comment