Monday, June 5, 2017

Mates con Walter Benjamin

JORGE MUZAM

Esta vez fueron los tordos que se comieron las cerezas rosadas, las primeras en madurar. Se trenzaban en aletazos y trinos groseros con otros pájaros, pero ellos terminaban ganando en número. Parecían un ofuscado parlamento surcoreano en medio del ramaje. 

Noviembre es la adolescencia de las estaciones sureñas. Lirios y rosas florecen al unísono cubriendo el valle de rojos, amarillos y blancos. Las mañanas frías han quedado en el recuerdo y hoy es posible salir a trotar por la carretera aspirando la mezcolanza primaveral. Los perros feroces andan de buen humor y hasta mueven sus colas desde el otro lado de las rejas. Sol tempranero, de siete de la mañana, mate bajo el parrón, Mozart y Schubert en voz baja, raudas camionetas hacia los camping del río Ñuble, lecturas del desayuno, Walter Benjamin, Dirección única (lo acabo de descubrir en el archivo digital), vagabundeos reflexivos tan asertivos como implacables, el sueño de atrapar una época a través del escrutinio de los detalles. No lo logró completamente. Tuvo una mala noche en Portbou. Puede que hoy tampoco lo hubiese logrado, y sin probable suicidio, sin agentes misteriosos socavando su vida, sino tan solo por el desgaste natural de una voz lúcida ante un mundo sordo e idiotizado.

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De CUADERNOS DE LA IRA (blog del autor), 06/2017


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